Pasaporte color blue
Chelsea y Liverpool protagonizaron una definición vibrante. Tuvo todos los ingredientes necesarios para cocinar buen fútbol: entrega, goles y hasta emotivas lágrimas. El 3-2 fue justo premio para los de Avram Grant, que con un Drogba oportuno pegó en los momentos justos para conseguir que Stamford Bridge pudiera, tras tres intentos fallidos, alcanzar la invitación al día “D”.
Fotos: dailymail.co.uk
Rafa Benítez había tratado de quitarle presión a sus
jugadores al hablar sobre el arbitro italiano Roberto Rosetti -de buena
actuación- aludiendo que siempre que este dirigía eran los equipos locales
quienes usualmente salían victoriosos. También se refirió a las habilidades
histriónicas de Didier Drogba, inclusive mostrando un video. Avram Grant, por
su parte, respaldó al africano y dijo que Benítez solo quería cubrir los
errores de su equipo. Todo esto había creado tensión en la previa y se
presagiaba un partido no apto para cardiacos. Así fue.
QUE NO ACABE NUNCA
Este partido fue uno de esos que uno no quiere que se terminen jamás. Inclusive cuando el Chelsea se puso arriba 3-1 en el minuto 104, con el aguerrido Liverpool al frente uno no se animaría a dar el partido por sentenciado -sino pregúntenle a Carlo Ancelotti-. Más aún, cuando llego el gol de Ryan Babel a falta de tres minutos para el final, a más de uno se le vino ese recordado Liverpool-Milan a la mente. Sin embargo, esta vez les iba a tocar a los blues cambiar su historia copera al llegar a su primera final de Champions; la primera final con dos equipos ingleses en la historia.
El Chelsea venía empilado tras vencer al Manchester United el fin de semana y ponerse en carrera para un posible doblete. Quién también venía empilado era Didier Drogba. La pregunta era cuál Drogba iba a aparecer hoy día: el delantero quejón e ineficiente que jugo en Anfield o el letal que estuvo en Old Trafford. Para suerte de los blues, fue el último. El marfileño apareció cuando su equipo más lo necesitaba y abrió la cuenta tras un buen remate previo de su compatriota Kalou. Definió con convicción al palo del arquero y nada pudo hacer Pepe Reina. A cobrar.
El primer tiempo acabó con el Chelsea en ventaja, más por convicción que por otra cosa. John Terry se mostró sólido en defensa al ganar todo por alto, y el polifuncional Essien se estaba “comiendo” la cancha. El Liverpool intentaba, pero el esquema de Rafa Benítez parecía un poco conservador, sobre todo cuando requería lograr un gol a toda costa. El Liverpool no pudo hacer mucho daño en el primer tiempo y la salida por lesión del eslovaco Skrtel fue significante para el trámite del partido, pues el veterano Hyypia estuvo falto de fútbol, algo que se evidenció más en un partido de este calibre.
Ya en el segundo tiempo, el Liverpool salió con más
predisposición de lograr el empate. Dirk Kuyt pasó a tener un rol más ofensivo,
pero igual esto no parecía darle resultado. Justo cuando los de Anfield parecían
incapaces de lograr algo productivo, apareció el factor Torres. Una muy buena
maniobra personal de Yossi Benayoun dejo mal parada a la defensa y el español definió
soberbiamente sobre la salida de Cech. El Chelsea reaccionó con un remate de
larga distancia de Essien, pero no concretaba. Los blues mejoraron en términos
de posesión pero no parecía llegar con claridad. Ambos equipos intentaban con
una entrega notable, aunque más sobre la base de ganas que de fútbol.
VIDAS EXTRA
El suplementario se volvió de ida y vuelta. Había bastantes espacios y nadie –quizá más el Chelsea- quería llegar a la tanda de los penales. La polémica más grande del partido llegó en el minuto 94: un rebote le quedo al ghanés Essien y este, con un misil, la mando a guardar. Todos celebraron el gol hasta que se noto la bandera del cuarto oficial arriba. Fuera de juego. Si bien había tres jugadores del Chelsea en offside, ninguno parecía haber intervenido en la jugada o haberle bloqueado la visión al golero Reina. Probablemente ese gol no debió ser anulado.
Se seguía comentando la decisión del italiano Rosetti cuando Hyypia, lento e inocente, trabó a Ballack dentro del área. Penal. Lampard concretó la pena máxima. Arquero a un lado, balón al otro. Una celebración emotiva para Frank, quien dedicó el gol a su difunta madre. Se esperaba la reacción del Liverpool. Increíblemente Benítez saco a Torres para darle paso a Ryan Babel. Ni bien el holandés se pudo acentuar en el campo, el Chelsea marcó un tercero gol. Essien combinó bien con el recién ingresado Anelka, quien cruzó un centro bajo para que apareciera Drogba. La victoria parecía para el cuadro de Stamford Bridge.
Al Liverpool ya no le quedaba mucho más que esa garra inacabable. Ryan Babel sacó un latigazo sobre el final para darle emoción al partido, pero nada mas pudo hacer el cuadro rojo. Las lágrimas de Torres en el banco reflejaban todo. El Liverpool igual se fue aplaudido, aunque se esperaba un poco más de su capitán y emblema, Steven Gerrard. Esta vez no pudo salvar la noche y su querido club se quedo, por un año más, con las manos vacías.
Ahora es el turno del Chelsea de escribir su historia en Europa.
Abramovich quizás finalmente logre su más ansiado titulo en su natal Rusia. El
Chelsea ganó porque jugó con convicción y garra y se mostró sólido en
todas sus líneas. Es importante notar que un ignoto como Avram Grant logro con
el Chelsea lo que ni Mourinho ni Ranieri pudieron. Quizá el equipo esté jugando
con menos presión, a lo mejor se sienta más consolidado. Lo cierto es que ahora
el equipo podría, inclusive, lograr un doblete a costa del Manchester United. Decir
que eso sea suficiente para llamar a Avram Grant un gran técnico puede resultar
atrevido, pero de que el israelí está yendo por el camino correcto no caben
dudas. Poco a poco está probando a muchos, hasta al redactor más incrédulo, que
el banco del Chelsea no le queda grande.
Los africanos del Chelsea: Magia negra en los campos del reino
¿El Liverpool ya había perdido alguna semifinal de Champions?
escrito por Salome , May 01, 2008