El sonido del silencio

A veces es mejor callar; que los gestos, que los ojos hagan un trabajo más efectivo que los oídos. Este redactor decidió eliminar el volumen durante la transmisión, decidió deshacerse de la influencia de las opiniones teledirigidas para encontrarle una respuesta futbolística a esto. A este equipo al que le ha costado entender los conceptos de Chumpitaz, o que no los comprende de por sí por engorrosos.
El justo medio
En la filosofía Chumpitaz el europeísmo mal entendido se impone. El privilegio a la marca general -que nunca se notó- sobre la libertad de los hombres de armado costó caro. Esta vez salieron Ísmodes, Núñez, Salazar y Joel Sánchez, cada uno más perdido que el otro en sus funciones. El ‘Ruso’ se "mató" en su afán de cortar los avances de Reina por izquierda y Blanco por derecha y terminó cayendo en imprecisiones que no solo costaron pelotas paradas en contra, sino también en tarjetas. Mientras tanto, Joel Sánchez no ha cuajado como el nexo entre el mediocampo y el ataque. La imprecisión, aunque ello haya sido una constante en los primeros minutos en ambos equipos, fue una de las deficiencias más notorias del volante de Total Chalaco.
A diestra y siniestra
Luis Trujillo, que a la postre terminaría como el mejor de Perú -es un decir-, y el oculto Damián Ísmodes le dieron pase libre a las incursiones cafeteras por la banda izquierda nacional. Sin embargo, ‘Talara’ fue quizá el único que se excluyó de los constantes errores blanquirrojos en salida. Deficiencias que se vieron claramente reflejadas en la torpeza de Zela, en su evidente falta de timing. Con semejantes ventajas, el cuadro cafetero centró sus posibilidades de triunfo en el balón parado. Fue así como sobre los 34 minutos llegó lo temido pero esperado. Uno de los tantos tiros libres del zurdo Javier Reina derivaría en un mal rechazo del zaguero de Bolognesi para dejársela servidita a Yamith Cuesta. Gol colombiano.
Inicio del fin
Perú no había llegado en una sola ocasión durante el primer tiempo y eso decía mucho. La soledad de Manco y Barros en ofensiva se repitió. El DT peruano le buscó la solución con La Torre y Saco Vértiz: el primero como tercer delantero y el segundo en su ‘habitual’ posición de marcapunta. Solución que nunca llegó y que más bien generó un desequilibrio que permitió la expulsión de Carlos Zambrano. Con un Perú en un desfalco de cambios y recambios posicionales, el objetivo de empatar tomó atisbos de utopía. Apenas un cabezazo de Zela y un remate de Trujillo fueron las más serias insinuaciones peruanas.
Déjà vu
La ‘Blanquirrojita’ acabó dándole a los tiros libres y córners sin destinatario fijo. Muchos dirán que el somatotipo de los colombianos apabulló a los nuestros, comentaristas saldrán a versar sobre la formación física y mental de los jugadores menores y algunos hasta harán cherry gratuito a los tres vasos de leche al día. El fracaso de esta selección, la "mejor" selección de menores de los últimos años, pasa por otras cuestiones, por tratar de no explotar carencias y desaprovechar virtudes. Dijo Chumpitaz antes de partir, como una nueva premonición o profecía para las Sub-20 peruanas: “No voy a hablar, la gente quiere ver al equipo ganar y no escucharme a mí”. Sí, ‘Tito’. Es mejor, sobre todo en casos como estos, que prefieras -que prefiramos- el silencio.
Fotos: EFE, FIFA.com / AFP
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