ChiquiTitos
Por quinta vez en la historia, un combinado Sub-20 de Perú se retiró de un Torneo Juventud de América sin sumar puntos y último en su serie. En esta ocasión, el cuadro de 'Tito' Chumpitaz no pudo con Venezuela y cayó por 3-1 en un partido en el que se desnudaron aun más las falencias de un plantel que acabó al borde del caos.
Quien escribe habrá ido a la Videna unas 35 veces en los últimos seis meses y, cuando le pregunto al entrenador sobre su equipo base para el Sudamericano, él respondió: "Hermoza; Corzo, Zambrano, Duarte y Trujillo; Albarracín, Vega, Manco, Sánchez, Cueto y Barros". Jamás se vio a ese equipo en Maturín y no se entiende por qué no llevó a Albarracín (en Hungría), a Vega (en Argentina) y por qué nunca se dio continuidad a Daniel Sánchez y a Anderson Cueto, suplentes en la competencia. Solo Chumpitaz sabe por qué su equipo, luego de seis meses de trabajo, jamás mostró una idea de juego en conjunto. Solo hubo desorden y más desorden.
Irreconocibles
No se sabe qué habrá pasado con Adrián Zela, Ernesto Salazar, Aurelio Saco Vértiz y Christian La Torre, todos irreconocibles en este Sudamericano. A Zela los rivales lo superaron como si fuera un ingenuo Sub 15, Salazar se olvidó de marcar y de dar pases con propiedad, a Saco Vértiz lo quemaron como lateral izquierdo y La Torre lo mandaron a la cancha, pero nunca supo qué hacer en ella. ¿Y Manco? Es desequilibrante, pero no puede solo. Y la fragilidad de su humanidad le jugó en contra en todos los partidos. El único que se salva es Luis Trujillo, suplente inicial y titular por necesidad, luego de que Chumpitaz realizara malabares para que su equipo funcione.
Errores sin corregir
Otra vez 'Tito' no consideró a Daniel Sánchez, el mejor Sub-20 de la temporada en el fútbol peruano. Chumpitaz tendrá que responder en Lima por qué no ubicó como titular al volante celeste, quien demostró que es mucho más desequilibrante que Joel Sánchez, del Total Chalaco. Aurelio Saco Vértiz era el segundo capitán y pieza clave en el armado del once inicial, pero esta vez no figuró ni en la banca. Anderson Cueto arrancó ante Venezuela, pero su presencia no gravitó en el ataque nacional. Y Éder Hermoza lució muy flojo en sus intervenciones, digno de un arquero que, luego de dos años de haber disputado un Mundial juvenil, no tiene un solo minuto en el fútbol profesional con Alianza Lima.
Los golpes
Peña, Camacho y Del Valle, el primero con un latigazo y los últimos con sendos remates a balón parado, liquidaron al equipo peruano, que desnudó errores increíbles en sus líneas, como si los chicos de Chumpitaz se hubieran conocido minutos antes del partido. Solo un gol de cabeza de Juan Barros, tras un centro de Cueto, sirvió para reducir la ventaja que tenía el conjunto de César Farías, que, finalmente, se hizo de los tres puntos con absoluta justicia. Dio la impresión de que Perú podía hacerle pelea a Venezuela, pero los mismos jugadores lucían confundidos y, ante la impotencia de ver cómo perdían sin ser inferiores, empezaron a producirse fricciones. De ellas derivaron las expulsiones irresponsables de Reimond Manco y Manuel Tejada.
Más de lo mismo
Perú fue a Venezuela con el objetivo de ganar uno de los cuatro cupos al Mundial de la categoría en Egipto. Sin embargo, disputó cuatro encuentros, no sumó puntos en ninguno de ellos (había ocurrido antes en 1987, 1992, 2003 y 2007) y se retiró de la competencia como el último clasificado en su grupo. Pero Chumpitaz ha dicho que está conforme con el rendimiento de sus jugadores, que no tiene nada que reprocharles y que él está tranquilo por el trabajo que ha realizado en todo este tiempo (seis meses). Reflexiones que preocupan de cara a la próxima competencia que se viene en Chile, donde los nuevos 'jotitas' -los de Oré- jugarán el Sudamericano Sub-17. Ojalá, ojalá, eternamente ojalá que la suerte sea diferente.
Fotos: EFE
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