Argentina - Perú: Que seis no sea más que uno
La Sub-20 tuvo un primer tiempo desastroso en defensa y manejo mental. El 6-2 refleja más los errores y el estado anímico que la diferencia entre los dos equipos. Quedan dos partidos: hay que aprender de los golpes antes que rendirse. La mira sigue puesta, en primer lugar, en el hexagonal.
Perú había tenido un rendimiento sólido ante Ecuador. Sin ser avasallador y con fragilidades defensivas, supo encontrar el gol en una jugada colectiva y, con el marcador a favor, hallar la calma necesaria para manejar el resultado y sellarlo con el doblete de Alexander Succar. La lectura general señalaba a un Perú al que le costó asentarse, pero cuando lo hizo demostró ser superior a su símil ecuatoriano. No fueron necesarios los fuegos artificiales para llevarse los primeros tres puntos. Una victoria de perfil bajo.
Ante Argentina, sin embargo, se contó otra historia. Un equipo que se había plantado de manera correcta en la cancha, pero que vio como todo su esfuerzo se ponía en peligro por un blooper, por dos bloopers, por tres bloopers… no es necesario que se recuente. El equipo se cayó ante el primer obstáculo y luego, aunque quiso, no fue capaz de levantarse. Un resultado que puede ser catastrófico, pero al que hay que bajarle el drama para seguir peleando.
Sí, hubo debilidad mental
Las posiciones extremistas salieron como es costumbre en las redes sociales una vez que los goles comenzaron a caer en el arco peruano. Los hinchas casuales y hepáticos se dedicaron a enterrar a los once peruanos en el hoyo más profundo del fútbol nacional, mientras otros buscaron defender a los chicos de tanto veneno y negaron incluso hasta los errores más obvios.
Hay que ser sinceros: la reacción peruana en los primeros 45 minutos tanto mental como anímica fue desastrosa. A partir del fallo de Daniel Prieto en el minuto 24, los jugadores peruanos se quedaron estancados en el recuerdo del blooper y le abrieron los caminos a Argentina para llegar a nuestro arco con facilidad. Error tras error que demostró la tormenta que tenían los peruanos en la cabeza, no había calma.
De esa situación, más que burlarse como se hizo, hay que aprender. El ‘Chino’ Rivera tiene que dejarle claro a sus dirigidos que una reacción así no es aceptable. Que un partido no se pierde por un error ni dos. Que no se pueden desconectar en el momento que la situación parece salirse de control. Quedan dos encuentros, es necesario corregir ya.
Sí, también hubo respuesta mental
El segundo tiempo contó otra historia. Muchos podrán indicar que Argentina quitó el pie del acelerador y eso le permitió a Perú encontrar los espacios y la pelota. Sin embargo, por más que los albicelestes hayan soltado el agarre, la selección podría haber sido un equipo muerto, incapaz de aprovechar esa ventaja. El equipo del ‘Chino’ se hizo protagonista y asumió el control del partido. Hay un mérito en eso; lo que faltó en la primera mitad se tuvo en la segunda.
Con eso también hay que quedarse. Con los amagues y picardía de Carranza, los chispazos -que deben ser más- de Peña, la habilidad de 'Beto' da Silva y las ganas de Canales de ponerla al piso. Existen jugadores y factores que rescatar del partido de ayer. El resultado no puede tapar que Perú quiso jugar. La goleada ocurre por darle tantas ventajas en el fondo a un equipo que no las necesita. Mientras encontremos la solidez de los primeros 20 minutos ante Argentina y del segundo tiempo ante Ecuador, podemos seguir soñando con el Mundial.
Cargamontón innecesario
Daniel Prieto será el destinatario de todas las miradas negativas estos días. Lo ideal sería que se entienda que no se puede matar a un futbolista por un error. Prieto fue uno de los más destacados ante Ecuador y esa desatención -por más grave que sea- no refleja lo que es. Lo mismo para los centrales descoordinados y aquellos que regalaron pelotas. Perú no está eliminado ni está cerca de serlo, probablemente solo necesiten ganarle a Bolivia para llegar al hexagonal final. Ese sigue siendo el objetivo. El único. Que seis goles no sean más que una meta.
Composición fotográfica: José Salcedo / DeChalaca.com
Fotos: AUF
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