• NO SE DAN TREGUA. Battaglia y Neymar luchan con vehemencia un balón en campo argentino. Ambos jugadores tuvieron un duelo aparte durante el cotejo. (Foto: REUTERS)
  • LA FIGURA. Iturbe volvió a convertirse en el jugador más gravitante de Argentina. Su gol lo llevó a erguirse como uno de los mejores del cotejo. (Foto: REUTERS)
  • SIN LUZ. Neymar no fue el jugador desequilibrante de otras jornadas y terminó perdiéndose en medio de su frustración. (Foto: REUTERS)
  • DISTINTAS REALIDADES. Mientras los jugadores argentinos celebran el triunfo de su selección, Casemiro se retira desolado del gramado de juego. (Foto: REUTERS)
  • LOS OLVIDADOS DE DIOS. Danilo intenta levantar del gramado de juego a un compañero, luego que éste cayera el césped producto de su tristeza por la derrota. (Foto: REUTERS)

 

La frecuencia: CMD

El trío conformado por Daniel Peredo como relator, Alberto Beingolea analizando lo que se sucedía en el campo de juego y Pedro García cubriendo todo lo que acontecía con los equipos, cubrió de entretenida manera el partido estelar de la tercera fecha del Sub-20. El inesperado vértigo del comienzo fue bien amortiguado con las intervenciones de los tres, logrando equiparar la expectativa del partido con los atinados datos.

La pizarra: Clásico es enfrentarte

Ambas selecciones salieron al campo de juego con los sistemas que mayormente han venido usando a lo largo del torneo. Argentina con un 4-4-2 en el cual la movilidad de sus volantes siempre juega un papel importante. Quitaron y tocaron prolijamente, aunque hubo algunos errores, el balón en cada ocasión que se les presentó. Por su parte, Brasil arrancó con un 4-2-1-3 que resultó altamente ofensivo por la velocidad de sus jugadores. Sin embargo, los incidentes iniciales trastocaron en un inicio sus planes, lo que motivó que les tomara prácticamente todo el primer tiempo para empezar a desplegar su juego.

Los cambiazos: ¡No me rompan la cabeza!

Ney Franco, técnico brasileño, pudo haber tenido al comienzo del partido algún pensamiento como este. La lesión de su capitán y expulsión del compañero de zaga de éste, generó que hiciera dos rápidos cambios para recomponer su defensa. Con estas sustituciones, sus variantes ofensivas se vieron reducidas, al tener que sacrificar a uno de los hombres que iba por las bandas. En Argentina no tuvieron mayor problema porque, por cómo se dio el partido, solamente tuvieron que refrescar las principales posiciones.

El capo: Lucas

En un partido tan parejo, las intervenciones individuales sobresalían sin necesidad de hacer mucho esfuerzo en notarlas. El que más sobresalió en la continua búsqueda por generar peligro fue el volante ofensivo brasileño quien generó peligro con cada desborde suyo. Muy cerca de él estuvo el atacante argentino Juan Iturbe, quien logró despertar a tiempo de su letargo inicial para favorecer los intereses de su selección.

El extraviado: Juan

Lo del central brasileño fue increíble, porque agredir de la forma, en el lugar y en el momento que lo hizo, linda con lo descabellado. Más aún cuando un minuto antes su compañero en la defensa (Bruno Uvini) tuvo que salir del partido lesionado. El técnico brasileño Ney Franco va a tener que pensarlo dos veces para volver a alinearlo en un partido tras esta errada actitud.

Jailaits

Você abuso: Cuando los equipos se estaban terminando de acomodar en la cancha, la incomodidad invadió al defensor brasileño Juan. Ante la vista del árbitro, dio un infantil golpe en la cara a Rogelio Funes Mori dentro del área. Con ello motivó su expulsión y la sanción de un penal que el mismo delantero argentino se encargó de transformar en gol a los 8'. Este suceso, agregado a la previa lesión del otro central, Bruno Uvini, fue un golpe muy duro para la selección verdeamarelha.

Remando si cesar: Tras la culminación del primer tiempo, el panorama para ambos equipos lucía de tonos muy diferentes. Para Argentina, el 1-0 significaba poder trabajar con tranquilidad el partido; para Brasil la desventaja en el score, sumada a la inferioridad numérica, ponía todo cuesta arriba. Sin embargo, su reaparición en la cancha durante la segunda mitad pareció inundada de un nuevo espíritu. Los jóvenes brasileños empezaron a jugar libremente llegando con mayor frecuencia al pórtico de Esteban Andrada. Fue en una jugada que parecía no traer riesgo cuando se produjo lo inevitable: tras el cobro de un lateral, el balón llegó libremente a los pies de Willian, efímeramente iluminado, quien sacó un furibundo remate desde fuera del área para fusilar al meta argentino y decretar el justo empate.

Sacándole brillo a la lámpara: A pesar del gol recibido, la selección albiceleste se mantuvo calmada confiando en la capacidad de sus atacantes para desequilibrar y generar peligro. Justamente fue de esta forma que anotaron el gol de la victoria. El que hasta ahora viene siendo el mejor jugador argentino del torneo, arrancó con la mirada puesta en el pórtico de Gabriel y el balón unido al pie. Juan Iturbe partió cerca de la media luna, se encontró en su camino a dos defensores brasileños a los que superó sin mucho esfuerzo para luego encarar la apresurada salida del arquero a quien doblegó con un fino remate por debajo del cuerpo. 2-1 y a celebrar el gran gol convertido.

Fotos: AP

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