Bailando bajo la luna
La frecuencia: CMD
Daniel Peredo, Ramón Quiroga y Pedro García fueron los encargados de informar todos los pormenores del partido que dio inicio a la tercera fecha del Hexagonal final. A pesar de las inclemencias del clima, la transmisión del cotejo de llevó a cabo sin ningún contratiempo. Como curiosidad habría que mencionar que el ‘Internacional’ lució con un paraguas negro debido a la intensa lluvia. De igual forma, resultó curioso escuchar las historias de Ramón Quiroga acerca de todos los goles que se había comido a lo largo de su carrera.
La pizarra: Una máquina llamada Uruguay
El esquema y el funcionamiento de Uruguay ya es una marca de calidad registrada. Su 4-2-3-1, con Cabrera y Platero como barreras infranqueables en la defensa, Cayetano como el motor del medio campo, y con la habilidad de Luna en la parte ofensiva, hacen de la escuadra charrúa una máquina compacta y de buen funcionamiento. En el encuentro ante los sureños, el rendimiento de Uruguay no fue diferente al de los demás. Su ataque se basó en los remates de larga distancia, y en los balones detenidos -solo basta recordar el gol de Luna-, mientras que su solidez defensiva fue suficiente para neutralizar las intenciones de su rival por sacar un mejor resultado. Precisamente, Chile sólo fue un cúmulo de ganas que no se concretaron básicamente por la falta de definición de sus jugadores. Su propuesta de 4-3-3 careció de un referente de área. Sin un gran '9' de área, los dirigidos por Vaccia tuvieron que esperanzarse en las individualidades de sus mediocampistas para buscar el milagro del empate.
Los cambiazos:Precaución ante todo
Con la ventaja en el marcador, Juan Verzeri apostó por cuidar su resultado en base al ataque. Lejos de replegarse, el técnico uruguayo mantuvo la presión en el campo chileno, y por ello sacó a los jugadores amonestados – Arias y Pereira-, para no arriesgarse a quedar con un hombre menos. Por su parte, Vaccia intentó refrescar sus líneas con los ingresos de Pinares, Ramos y Bustios. Los ingresos de dichos jugadores hicieron que Chile ganara evelocidad y verticalidad en su juego; no obstante, la falta de un referente de área hizo que la mayoría de sus ataques terminara inconcluso
El capo: Adrián Luna
Tiene técnica, un interesante cambio de ritmo, y posee una visión del juego que llama la atención a su corta edad. Lo exhibido por el volante uruguayo rozó con lo excepcional. Más allá de las primeras planas de Neymar y toda la maquinaria publicitaria brasilera, el talento del uruguayo lo hace brillar con luz propia. Quienes tuvimos la suerte de observar el partido, pudimos contemplar un nuevo tanto suyo de tiro libre. Luna hace que el fútbol parezca fácil. Con balón y sin balón, su trabajo táctico es magistral.
El extraviado: Yashir Pinto
Más que el extraviado, Pinto fue el olvidado del partido. A lo largo de los 90 minutos su presencia en el área charrúa pasó desapercibida, y tanto Gallegos, Márquez y Guerrero tuvieron que tener un mayor desgate para originar jugadas de peligro, las cuales básicamente fueron por individualidades de ellos mismos.
Jailaits
Errores que matan: A los 7', una proyección de Carrasco por la banda derecha pudo cambiar el trámite del partido para beneficio de Chile. En dicha jugada, el árbitro del partido, Wilson Seneme, no consideró como falta un claro empujón de Polenta en contra de Carrasco. De haberse aplicado el reglamento los sueños habrían tenido una inmejorable ocasión para ponerse adelante en el marcador y, de paso, Polenta habría sido condicionado con una amarilla en el inicio del partido.
Necesita un marco: Adrián Luna posee en su pierna derecha un sutil pincel que puede diseñar goles como el marcado a los 37 minutos. Parte interna del pie, una moderada fuerza y una comba perfecta. Ni los saltos de los jugadores que integraban la barrera chilena ni la estirada de Santis pudieron impedir un nuevo tanto de tiro libre del volante uruguayo.
¡Qué concentración!: Pese a tener menos de 20 años, la concentración de Leonardo Cabrera se asemeja a la concentración de Lugano o cualquier otro zaguero de la retaguardia uruguaya. Cuando corrían los 88 minutos una acción personal de Bustos casi termina en el empate chileno. Sin embargo, la buena visión de Cabrera hizo posible que su humanidad desviara un balón que tenía destino de gol.
Fotos: Reuters
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