Colombia - Perú: Prolongación de las tristezas
Una eliminación más que a nadie sorprende. En Iquique, la reacción de la Sub-17 no tomó en cuenta el tiempo y las ganas de empatar se quebraron con el pitazo final. Oré dejó a hombres importantes en la banca y con más alma -o desesperación- que fútbol se buscó revertir el 2-1 a favor de Colombia, pero nunca se logró.
El 2-1 en el marcador final era más que justo. Justo porque, aunque se desperdiciaron numerosas ocasiones de gol que pudieron decretar la igualdad, Perú salió pensando que Colombia le haría el favor y que el empate estaba firmado, un “pacto de caballeros”. Pues bien, al parecer los colombianos prefirieron ser hombres antes que caballeros y le recordaron a los dirigidos por Oré que cuando se pelean puestos a un Mundial, nadie siquiera te presta algo.
A llorar al río
Ya no se sabe qué enseñan en las academias de fútbol. Si hay algo que todos señalan como la razón principal de la debacle del balompié nacional, eso se llama divisiones menores. Sin embargo, uno sigue suponiendo que todavía se inculca en los jóvenes una de las premisas más importantes para un defensa: cuando saltes a cabecear el balón, no lo hagas con los brazos totalmente estirados. Al parecer, Rodrigo Ríos -por el hecho de ser volante de marca- desoyó el consejo y generó un penal tontísimo. Jorge Ramos, a los 15’, se encargó de transformarlo en gol y puso el partido cuesta arriba.
Café bien cargado
Ramón Viáfara decidió dar descanso a sus habituales titulares y mandó al campo a un equipo relativamente alterno. Al fondo, la línea de cuatro cafetera no pasó mayores apuros en el primer tiempo y la muy buena labor de Johan Caicedo por la banda izquierda le dio seguridad a la zaga y permitió claridad en el ataque. Al medio, en un cuadrado marcado, Robles y Leudo se encargaron de incomodar a Arroé mientras que el fútbol transcurría en los pies de Palacios y el movedizo Castro -que fungió de delantero, pero con mucha tendencia a bajar-.
Banca desatendida
Oré no mandó lo mejor que tenía a la cancha al empezar el partido. Así de simple. Inexplicable resultó cómo dejó a Helaman Chuy y Deyair Reyes sentados cuando fueron los únicos que aportaron algo tangible al juego peruano. Es muy difícil jugar sin un referente en el área; Chuy es el único nueve que llevó 'Jota Jota' y bien debería haberle dado más minutos, pues demostró ser un jugador muy interesante. Lo de Arroé quedó en ganas, porque lo que él construía, sus compañeros lo derribaban con una facilidad increíble.
Bombazo que hundió las ganas
En el mejor momento de Perú -ya con Chuy y Reyes en la cancha-, llegó el baldazo de agua fría. El segundo tiempo comenzó con un claro dominio blanquirrojo pero se perdonó demasiado arriba. Robles aprovechó la desesperación y, a los 69’, sacó un remate de larga distancia que encontró a Falcón adelantado y se clavó en el arco peruano. Un golazo que en la práctica sacó a Perú del partido y lo despidió del Mundial.
Alma, corazón… ¿y el fútbol?
Sin embargo, los dirigidos por Oré encontraron el descuento antes los cinco minutos. El villano -Rodrigo Ríos- habilitó al semi-héroe -Helaman Chuy- y el ‘9’, con un bonito sombrero, ponía el descuento en el marcador. Perú se lanzó entonces en busca del ansiado empate pero no encontró el hueco necesario para entrarle a Colombia. Quedaron para rescatar las ganas con que se peleó el partido y que no se dio por perdido aún estando dos goles abajo. Lo que siempre queda para rescatar; lo único que queda, en verdad.
Fotos: Sergio Dávalos Montealegre
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menos tactica fisica. En Peru una persona disc la tactica fija y el resto lo repite sin saber
realmente que significa. De manera que se trabaja en menores y todavia existiendo las
argollas no creceremos nunca futbolisticamente.
si empezamos a hacer esto ahorita en algunos años tal vez el futbol peruano mejore!!
buena pagina suerte!