Amor a la mexicana
México se viene consolidando como potencia en torneos juveniles tras adjudicarse su segundo torneo en casa. El Mundial Sub-17 México 2011 tuvo varias curiosidades. Uruguay, quien había sido derrotado por Perú (3-0) en el Sudamericano, terminó dando la hora con su subcampeonato. El campeón europeo, Holanda, terminó último en su grupo. Por primera vez un arquero anotó en un torneo organizado por la FIFA: Quillan Roberts. La sorpresa fue Uzbekistán, pues llegó como favorito a cuartos de final -aunque usted no lo crea-. Por último, México se convirtió en el único anfitrión campeón y anotó el único gol olímpico de la historia del torneo, obra de Jonathan Espericueta.
El Podio
México: Hace aproximadamente un año, en agosto del 2010,
Raúl Gutiérrez comenzó una travesía con el combinado sub-17 mexicano, que tuvo
varias pruebas en el camino. Amistosos con clubes del país azteca, escuelas
importantes estadounidenses y otros países de su misma categoría, le terminaron
dando un bagaje que relució en el Mundial. Pasó con tres victorias la fase
de grupos y en octavos derrotó fácilmente a Panamá. Sin embargo, consiguió
victorias ajustadas y sobre la hora ante Francia y Alemania. Y se terminó coronando campeón
ante Uruguay con una solidez y seguridad en todas sus líneas impresionante.
Uruguay: Uruguay pasó sin muchas complicaciones a cuartos de
final, donde acabó con el sueño uzbeco. Luego, dio el batacazo sacando a
Brasil por un amplio marcador en semifinales, 3-0. En la final, cuando se
esperaba ver a la celeste con esa verticalidad mostrada en el torneo, apelaron
a su tradicional juego contragolpeador, sin embargo, se encontraron ante un
equipo con mejores variantes ofensivas y más cuajado en defensa.
Alemania: La selección teutona mostró un ataque fulminante
en el torneo. Los números no mienten: 24 goles en 7 partidos. El líder de la
línea más fuerte de los alemanes fue Samed Yesil. A pesar de obtener un
decoroso tercer lugar, los dirigidos por Steffen Freund dejaron la mejor expresión
ofensiva, con un juego prolijo y un cambio de ritmo que dejarían a cualquier
defensa -sin importar la edad- en ridículo.
Los destacados
Brasil: El jogo bonito estuvo presente en todos los partidos
de la verdeamarelha. Pura alegría y una sinfonía de toques. Pocos equipos le
encontraban la mano y solo Costa de Marfil pudo sacarle un empate aprovechando
la falta de sapiencia para manejar los momentos y cerrar los partido. Esto, a la
postre, le terminó costando el trofeo ante equipos más incómodos y que no
aguantaron el lujo brasileño.
Japón: Siempre discretos, los japoneses le dieron un duro
golpe a la escuadra albiceleste en fase de grupos ganándole por 3-1 y se quedaron
con el primer lugar. En la fase final, la goleada por 6-0 ante Nueva Zelanda
habría jugado en contra del cuadro nipón, ya que le quiso jugar de igual a
igual a Brasil. Esto no le funcionó y cayó en un final emotivo, con una derrota digna de un equipo
que se sacrificó mucho.
Inglaterra: Basando su juego en la fuerza que le daba su
bloque defensivo -liderado por el jugador de Chelsea, Nathaniel Chalobah-
Inglaterra dio dos de los encuentros más cardíacos del torneo. Le ganó el
clásico a Argentina por penales y fue más que una piedra en el zapato para la
sensación del torneo: Alemania. Con mejores jugadores en ataque hubiese podido
llegar más lejos.
Las decepciones
Holanda: Era el estandarte europeo por el campeonato
continental con el que venía a cuestas. Dio la primera sorpresa del Mundial,
pero por lo negativo. Fue derrotado por el Congo, haciendo recordar -salvando las distancias- a lo
ocurrido entre Francia y Senegal en el Mundial del 2002. Esta derrota se trajo abajo la
moral de los tulipanes y se fueron sin pena ni gloria. Solo dejó un nombre para
apuntar: Kyle Ebecilio. Aunque parezca inverosímil, este equipo venía de
ganarle por 5-2 en la final del Campeonato Europeo sub-17 a Alemania.
Dinamarca: Le tocó el grupo de la muerte y ellos fueron los
sacrificados. El elenco danés sufrió de sobremanera a equipos habilidosos, no
entregando la misma solvencia que se le conocía antes del Mundial. En su grupo,
Brasil y Costa de Marfil lo pasaron por encima y tuvo un partido por más
extraño ante Australia, que pudo haberle dado su clasificación. No estaba en su mes.
Las estrellas
Julio Gómez: Con sus apenas 170 cm de estatura, no parece
peligroso, no amedrenta a algún defensa recio. Sin embargo, cuando empieza a
conducir el balón todo tiene explicación. Ya debutó en el primer equipo de
Pachuca gracias a su virtud de líder y buen panorama de juego. Y una frase
hecha calza perfectamente en Gómez: “Juega como si tuviera más de 100 partido
en Primera”. Hecho de garra y talento. También regaló el mejor gol del torneo:
un gol de chalaca ante Alemania que le dio el pase a la final.
Souleymane Coulibaly: Igualó el récord de Sinama Pongolle de
anotaciones en un Mundial de la categoría: 9 goles, aunque con un mejor promedio. El marfileño
anotó el 90% de los goles de su equipo, sin faltar en ninguna ocasión. Incluso
anotó un hattrick ante Brasil y cuatro tantos ante Dinamarca. A la potencia
típica del delantero africano le agregó la serenidad de los mejores killers
del área.
Jonathan Cubero: El portero uruguayo atajó con una seguridad que pocos guardametas de su categoría la pueden dar. Terminó siendo el menos batido del campeonato y no por el planteamiento uruguayo que, por el contrario, buscaba salir por los partidos. Su presencia (185 cm) y velocidad con la que se maneja no solo bajo los tres palos, sino también en el área, hicieron que destaque.
Fotos: Fifa.com
Composición fotográfica: Gian Saldarriaga / DeChalaca.com