Jirafa de doble cuello
No hay circunstancia más difícil para el hombre de fútbol que ser el familiar de alguien. De ese ídolo o referente principal; de ese quien volvió famoso tu propio apellido y al que por lo general la afición te exige seguir o imitar.
La anterior era la experiencia atribuible a la carrera de John Charlton (Ashington, Inglaterra, 8 de mayo de 1935 - Northumberland, Inglaterra, 10 de julio de 2020). Cuando él hacía el servicio militar obligatorio, su hermano menor Bobby ya había sido reclutado por el Manchester United producto de su asombroso talento. Él pensó trabajar en minería, pero un partido amistoso jugado en Elland Road le permitió enrolarse en el Leeds United, forever and ever.
Si lo de Bobby era magia y desequilibrio, lo de Jackie era fuerza y talla. Las suficientes para ser un titular fijo de los Peacocks, pero que tuvo que esperar hasta 1965, cuando estaba al borde de los 30 años de edad, para que Sir Alf Ramsey le diera la chance de estrenarse en la selección inglesa en un amistoso contra Escocia. Lo hizo tan bien -hasta le dio una asistencia a Bobby para que marcara- que el DT lo mantuvo como titular y acompañante en la zaga del capitán Bobby Moore: mientras la leyenda del West Ham promovía la salida elegante, la 'Jirafa' podía ser el que hiciera el trabajo sucio de destrucción y despeje. Y con ambos en el fondo, Inglaterra alzó en su casa la Copa del Mundo al año siguiente.
Pero entonces, y en México 1970, y hasta incluso a pesar de haber ganado la First Division con el histórico Leeds de 1968/69, Jackie era el "hermano de". Incluso después del retiro, cuando ya como técnico logró ascender al Middlesbrough, hacer jugar elegantemente al Sheffield Wednesday y hasta cumplir el sueño de sentarse en el banquillo del Newcastle, el club al que quería de niño. Es que era imposible: Sir Bobby significa todo para una Inglaterra carente de nuevos éxitos tras la gesta de 1966. Y por eso, solo marcharse a una isla pudo torcer el destino.
Jackie llegó a Dublín en el invierno europeo de 1985. Al año siguiente guió a Irlanda a obtener el primer título de su historia: el de un triangular amistoso en Islandia ante el local y Checoslovaquia. Sucedía que la 'Green Army', en toda su historia, jamás había podido ganar algo, mientras veía cómo la disidente Irlanda del Norte jugaba los mundiales ochenteros. Fue así como dio inicio a su gran transformación: a llevar a Irlanda a jugar su primera Euro en 1988 y ganarle, léalo bien, a Inglaterra en el debut con un inolvidable gol de Roy Houghton. El primer Mundial llegó en 1990, con ruta hasta los cuartos de final y una tanda por penales ganada a Rumania; y en 1994, otra vez Houghton escribió una linda página ante Italia en la cancha de los Giants para nuevamente permitir a los verdes disputar octavos.
Jack Charlton returns to the Aviva from Football Association of Ireland on Vimeo.
La generación de los Bonner, los Keane, los McGrath, los Staunton y los Aldridge le debió todo a Jackie, su maestro y guía, arquetipo de la colocación en el mapa de una isla que siempre había vivido a la vera de otra de la que él provenía. Ninguna corona le confirió más equilibrio de poder a Irlanda que el espigado muchacho que de joven había compartido cama con sus tres hermanos en su modesta cama de Ashington. Hasta le dieron la ciudadanía irlandesa honoraria; pero ningún honor mayor le cupo que una tarde de 2015, cuando antes de un amistoso entre Irlanda e Inglaterra, el Aviva Stadium en pleno coreó su nombre en uno de los homenajes más emotivos que una cancha anglosajona recuerde. Ese día, hasta Bobby fue el orgulloso hermano menor de Jack.
Ilustración: Lenin Auris / DeChalaca.com
Video: Vimeo / Usuario: FA Ireland
