Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comRoberto Palacios es un caserito en el conteo de DeChalaca: comenzó la remontada ante Uruguay con un soberbio golazo, marca registrada del menudo jugador, para lograr un triunfo que dejó a la selección peruana en zona de clasificación para Francia 1998.


LIMA, 10 DE SETIEMBRE DE 1997. Recupera Palacios en campo peruano. Toca con Solano y recibe la devolución. El balón lo toma Pereda y vuelve a jugar con el ‘Chorri’. Amague sobre un defensor uruguayo. Palacios está rodeado por cuatro jugadores y remata desde lejos. ¡Qué golazo! Siboldi se estira, pero no puede hacer nada. ¡El ‘Chorri’ la pone en un ángulo! ¡Ese lugar que solo avizora él antes de disparar! Perú iguala el partido. Brazos abiertos de Palacios para esperar el abrazo de sus compañeros. ¡Es posible la remontada!

La que fue la victoria más importante de las Eliminatorias rumbo a Francia 1998 para la selección peruana empezó con el marcador abajo pues Álvaro Récoba había adelantado al cuadro uruguayo en el primer tiempo. La proeza era dudosa, pero ese cuadro blanquirrojo no iba a dejar morir la ilusión que generaba esa campaña.

 

   

 

Para la segunda mitad, un acostumbrado a destacar apareció para dar vida. Y así como DeChalaca repasó en dos días su gol ante Paraguay, Roberto Palacios sacó magia de su botín derecho y anotó el empate parcial con un disparo dirigido al corazón de todos los peruanos. El gol de Germán Carty, casi cayéndose como era costumbre en el ‘Avestruz’, selló el 2-1 que dejó a la selección peruana con una ventaja de tres puntos sobre Chile y en puesto de clasificación al Mundial.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com


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