El papel de la prensa
En 1985, Perú revivió en la Eliminatoria con triunfos sobre Venezuela (4-1) y Argentina (1-0). Hoy, en cuatro entregas, conoceremos detalles claves de aquellas victorias. Empezamos con un tema que fue sustancial: el liderazgo periodístico.
Los puristas afirman que el deber de la prensa deportiva es informar y criticar; que ningún periodista está en la obligación de apoyar a la selección peruana; en suma, que su papel es ser fríos y objetivos. Desde luego, esos mismos puristas suelen ser los primeros en el arte de inocular veneno: atacar despiadadamente, pedir cabezas, alterar sus opiniones de acuerdo a los resultados, mandar al retiro a jugadores y exacerbar las inconductas de los seleccionados son parte de la objetividad que predican. No es de hoy, es de siempre.
Pasó también después de los tres primeros partidos de la Eliminatoria a México 86 (derrota 1-0 en Bogotá, victoria 0-1 en San Cristóbal y empate 0-0 contra Colombia en Lima). Cundía el desánimo y la clasificación peligraba; en esa coyuntura, la puntería recayó sobre el técnico Moisés Barack, quien fue reemplazado por Roberto Chale, y sobre dos jugadores emblemáticos: César Cueto (sí, créalo) y Gerónimo Barbadillo, a quienes les sugerían poco menos que el asilo por su discreto papel en aquellos encuentros.
En ese entorno, sin embargo, destacaron las voces de sensatez; voces que fueron lideraron por tres cabezas fundamentales del periodismo deportivo de entonces: Alfonso ‘Pocho’ Rospigliosi, Teodoro ‘Lolo’ Salazar y Emilio Lafferanderie ‘El Veco’.
‘Pocho’ y el justo medio
Alfonso ‘Pocho’ Rospigliosi fue un agente de masas. Su optimismo, en ocasiones, rozaba la ingenuidad, pero, cuando la situación lo exigía, también proclamaba la cordura. ‘Pocho’ valoró, en primer término, que el nuevo técnico, Roberto Chale, ratificara a Barbadillo y Cueto contra la opinión de la mayoría; el resultado fue que ambos fueron figuras en la goleada (4-1) sobre Venezuela.
Pero Rospigliosi destacó en esas semanas por su llamado a la mesura, sobre todo contra aquellos que ya sentenciaban la eliminación: “No estamos ni en la mitad del camino para echarlo todo a perder”, aseguraba. Subrayó que, desde que Argentina fue sorteado en el grupo de Perú, el objetivo era quedar segundos para forzar un repechaje contra Chile y Paraguay, y que alcanzarlo era matemática y futbolísticamente posible. Situación perfectamente análoga a quienes olvidan que el actual proceso eliminatorio tiene medio cupo adicional por el cual pelear.
‘Lolo’ y el lado humano
Moisés Barack, evidentemente, no era el entrenador idóneo para esa y ninguna Eliminatoria. ‘Lolo’ Salazar, editor deportivo del diario La Crónica, lo sabía y sus argumentos fueron contundentes: lo criticó por la centralidad del juego que propuso contra Colombia, que volvió a Barbadillo inoperante; por marginar a su primer asistente, José Del Castillo; por rechazar por escrito el ofrecimiento del Elche de España de ceder a Germán Leguía; por refutar opiniones amparándose en los buenos resultados de la etapa preparatoria (sobre todo, las victorias en Santiago contra Chile (1-2) y en Brasilia contra Brasil (0-1)).
Sin embargo, Salazar cuestionó la corriente mediática que se dedicó a vapulear a Barack (“Barack es el culpable”, “Barack regaló el partido”, “Barack nos eliminó”). Juzgó inadmisible que la Federación lo echara de forma desprolija, inventándole una renuncia cuando él ni siquiera estaba enterado de su salida, y condenó la falta de ética de otros técnicos (de tan mediano nivel como ‘Moshé’) que no tuvieron piedad en sus ataques. Barack, pese a ser un técnico que en esta página no despierta la menor simpatía, tuvo el gesto, después de los triunfos contra Venezuela (4-1) y Argentina (1-0), de visitar a sus ex dirigidos, estrechar la mano de su ex asesor Roberto Chale y desearles suerte para el choque en Buenos Aires. La Crónica publicó aquella noticia en primera plana; como para aleccionar a los periodistas que olvidan que, detrás de los personajes del fútbol, también existen personas de carne y hueso.
‘El Veco’ y el mensaje
Don Emilio Lafferanderie, desde su columna en El Comercio, tuvo un aporte más analítico, de propuesta táctica. Para el encuentro ante Argentina, dio dos sugerencias de arranque: tomar la iniciativa del partido e insistir por el sector izquierdo; fue por ese lado izquierdo, defendido por Oscar Garré, que precisamente nació el madrugador gol de Oblitas. En la polémica sostenida por los medios sobre cómo anular a Maradona, sugirió la marca “como estampilla”. Dicho y hecho: la lectura táctica del ‘Veco’ fue impecable. Tan impecable como los pedidos de mesura ante el triunfalismo desatado después de aquella victoria.
Tan impecable como una frase con la que, después de la próxima fecha doble, ojalá que pueda embanderar el estadio Nacional: “Ya nadie puede hablar de fracaso, aunque los agoreros de desgracias se coman los codos de pura bronca”.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: diarios El Comercio y La Crónica
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Barack no tenia el cartel ni la envergadura para manejar ese grupo de jugadores... No habia feeling entre jugadores y comando tecnico.. Y la prensa se le fue encima a Barack porque sencillamente no habia razon de dudar de la calidad de los jugadores que habia... Hasta los suplentes eran cracks!..
La Federacion sin querer acerto con Challe a pesar que el tio Challe no tenia la experiencia ni el cartel para dirigir la Seleccion... Solo era ayudante de Barack y estaba a cargo de las divisiones menores de la Seleccion... pero tenia a su favor esa aura, ese candor, todavia estaba fresca la hazaña de Mexico 70 y la Bombonera y se gano a los jugadores y la gente... Respaldo a Cueto y Barbadillo (se habia perdido goles criminales)... Y paro ese equipo y le devolvio la mistica.
Lo demas es historia... Goleamos a Venezuela con un golazo del Loro Cueto y el partido con Argentina es quizas el mas lindo recuerdo que tengo de mi infancia como hincha de la Seleccion... Un estadio Nacional que tuvo un lleno de bandera y llego el gol de Oblitas, nunca grite un gol tan fuerte como aquella tarde en mi jato frente al televisor, todos abrazados con la familia gritando de alegria.. Esa montaña humana de jugadores que fue a abrazar a la tia Oblitas y el comentario emotivo del gran Veco.
Lo que paso despues, no me quiero acordar... Alli lo dejamos.
Marcos
