Arica, tan cerca y tan lejos
Perú visita este miércoles por cuarta vez a Chile en Arica, una plaza en la que el historial de la blanquirroja es plenamente negativo: tres derrotas con anécdotas que hacen que la ciudad fronteriza agregue amargos recuerdos.
La selección peruana visita este miércoles el estadio Carlos Dittborn de Arica para enfrentar a Chile. Este escenario, inaugurado en 1962 a propósito del Mundial desarrollado en el vecino país del sur, lleva justamente el nombre de quien fuera el principal impulsor de ese torneo: Carlos Dittborn, dirigente de nacionalidad chilena -aunque nacido en Brasil- quien acuñara la famosa frase “porque no tenemos nada, lo haremos todo” cuando el mundo futbolístico cuestionaba que un país como Chile fuera capaz de organizar una Copa del Mundo, y considerado el principal artífice de aquel evento.
Dittborn falleció pocas semanas antes del Mundial, por lo que no pudo palpar los resultados de su obra. Por eso mismo, en su honor, el estadio ariqueño fue bautizado con su nombre tras su pomposo funeral. Igual, todo lo relativo a la organización salió dentro de lo previsto, salvo un detalle: se había pensado que el estadio de Arica fuera sede de los partidos del grupo en el que jugara Perú, para aprovechar la cercanía fronteriza con Tacna. Sin embargo, como se sabe, la blanquirroja no asistió a ese Mundial pues fue eliminada por Colombia de manera sorpresiva en un enfrentamiento a doble partido tras caer 1-0 en Bogotá e igualar 1-1 en Lima.
Así, fue Colombia la que acabó jugando el Mundial frente a la Unión Soviética –con la que jugó un mítico partido que acabó igualado 4-4-, Uruguay y Yugoslavia. Y luego, en cuartos de final, Arica fue sede del partido en el que Chile eliminó a la Unión Soviética de Lev Yashin y compañía. Perú, lejos del Mundial, no jugaría en ese estadio sino hasta 21 años más tarde.
Al pie del morro
La primera vez que Perú visitó Arica fue el 3 de agosto de 1983. Fue con la selección que dirigía Juan José Tan y que se preparaba para jugar la Copa América de aquel año. Alentada por varios miles de peruanos que se desplazaron desde Tacna, la gran novedad en la blanquirroja fue la ubicación de Jaime Duarte como volante de primera línea, junto a José Velásquez, en un experimento de Tan por ver si el 'Chiquillo' podía cumplir en esa función y encargándole el lateral derecho a Jorge 'Billarista' Ramírez, hombre de Melgar.
Chile, dirigido por Luis Ibarra, empleó un equipo mixto entre jugadores titulares y alternativos. Sin embargo, se mostró desde el inicio mucho más sólido que un Perú que deambuló en el campo en algunos momentos. Salvo los 20' iniciales, con Leguía y Rey Muñoz bastante inquietos, la 'Roja' tomó el control de las acciones y a los 29' llegaría el primer tanto. El autor sería alguien que años más tarde se haría conocido de la afición peruana: Juan Carlos Letelier, quien con una vistosa chalaca puso arriba a la 'Roja'. Luego, a los 67', el ariete que luego brillaría con Universitario y pasaría por Sporting Cristal puso el segundo tanto con un disparo desde 25 metros que, tras chocar en uno de los postes, se introdujo al arco de 'Caíco' Gonzales Ganoza.
Un árbitro oscuro
Cinco años después, Perú jugó un nuevo amistoso en Arica, siempre con la Copa del Pacífico en disputa. La selección (preselección, en realidad) era dirigida por José Fernández, quien fungía de interino mientras la Comisión Italia 1990 definía al DT que afrontaría la Copa América de Brasil y las Eliminatorias. La noche fue olvidable pues se empañó con los fallos errados de quien no debió ser protagonista: el árbitro chileno Juan Pablo Torrens.
El réferi condicionó a Perú a los 40', cuando cobró un penal a todas luces inexistente, como se pudo apreciar en la transmisión televisiva de la época, por supuesta falta del golero César Chávez Riva sobre el chileno Álvarez, quien tropezó accidentalmente con el guardameta nacional. El cobro originó airadas protestas de los jugadores peruanos, y el más ofuscado, como era costumbre, fue Wilmar Valencia: 'Bam Bam' empujó a Torrens y de inmediato recibió la tarjeta roja.
En medio del tole-tole, el escandaloso penal fue cobrado por Rubén Espinoza, quien puso así arriba a Chile. Ya en el complemento, a los 85', Jorge 'Koke' Contreras puso el segundo para Chile en otra acción polémica, pues el ariete Herrera se había llevado el balón con la mano antes de forzar el córner previo sin que Torrens lo advirtiera. "Parecía que estaba jugando waterpolo", se quejó amargamente 'Chemo' del Solar luego del partido.
Visita final
Por último, Perú visitó Arica el 25 de julio de 1989, ya con el brasileño José Macía ‘Pepe’ como técnico y, a diferencia de las dos ocasiones anteriores, sin la Copa del Pacífico en disputa. El amistoso se pactó en el lapso que medió entre la Copa América de Brasil y las olvidables Eliminatorias hacia Italia 1990.
Por el recuerdo de la mala actuación de Torrens, en esta ocasión se optó por un juez neutral: el boliviano Óscar Ortubé, quien, para extralimitar el control de suspicacias, estuvo acompañado en una banda por un juez de línea chileno y en la otra por el peruano César Cachay. Sin embargo, el resultado no varió: la blanquirroja perdió por tercera vez. Fue derrota 2-1 con goles de Luka Tudor a los 43', tras centro de Juan Covarrubias, y Jorge Aravena a los 61', luego de una combinación con el propio Tudor; descontó Juan Reynoso para Perú casi sobre el final del cotejo. Luego del tanto del 'Cabezón' se produjo una gresca que devino en expulsados: vieron la roja el chileno Patricio Reyes y el peruano Martín Dall’orso.
Así, Perú resume sus pasos por Arica con un saldo completamente negativo: tres derrotas sobre tres partidos jugados, con seis goles recibidos y solo uno anotado. Este miércoles, con equipos netamente formados por jugadores que actúan en los torneos locales, la historia podría comenzar a escribirse de manera diferente.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Recortes: diarios La Crónica, El Comercio
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