Chile - Perú: A puro dolor
En uno de los clásicos del Pacífico más inclinados hacia un lado de los últimos años, Chile fue claramente superior a Perú y lo derrotó 2-0. La blanquirroja volvió a exhibir una propuesta monótona, que trasuntó errores repetidos respecto del partido frente a Paraguay y con individualidades cuyo bajo rendimiento les va agotando crédito.
Un adjetivo resume al partido disputado esta tarde de miércoles en Nuñoa: predecible.
Predecible porque, cuando en la previa se comentaba que Marcelo Bielsa apostaría por la titularidad de su tocayo, el ‘Matador’ Salas, y ello haría que Humberto Suazo corriera al lado derecho del frente de ataque chileno, un nombre temblaba en los labios del aficionado: el de Walter Vílchez.
El ‘Pacho’, quien desde que comenzara a fungir de zaguero central nunca ha podido equiparar el nivel que muestra en esa posición al que exhibe cuando regresa a su posición natural, la de lateral izquierdo, era una presa potencial de los enganches y firuletes del ‘Chupete’. Y vaya si lo sufrió, sobre todo durante los primeros minutos: la banda izquierda de Perú -o derecha, o izquierda otra vez, o derecha nuevamente de acuerdo con los incómodos cambios de cámara que regaló la transmisión televisiva del partido- fue un canal abierto para que todo pelotazo a las espaldas de la zaga peruana terminara en un desborde del chileno que ocasionalmente estuviera de paso por allí para lanzar un centro y despertar los fantasmas que parecen acompañar últimamente a la zaga que forman Acasiete y Rodríguez.
Predecible resultaba, también, el resultado de esta tarde-noche cuando los minutos iniciales delataron que Perú no tenía una contrapropuesta para la simple lectura que Bielsa había hecho del partido. Si Martino, un hombre de la vena del ‘Loco’, había neutralizado el sábado a la mejor arma que le queda a este Perú versión Guerrero lesionado -léanse los potenciales desbordes de Solano y Vargas- retrocediendo a sus volantes creativos para tapar la salida peruana, el técnico de la ‘Roja’ no quiso ser menos y envió tres hombres con la misión de multiplicarse y mimetizarse por cada banda, escalonándose e intercambiando funciones de ser necesario. A saber: el generoso Vidal, Fierro y Suazo por derecha, y Riffo (de menor salida), un enchufadísimo Droguett y Mark González por izquierda.
Así, y dadas las limitaciones para la proyección de Galliquio y Vílchez, Perú perdía por demolición en los costados del campo. Cuando se hacía más necesario que en la pizarra de Del Solar aparecieran dibujadas flechas que apuntaran hacia el centro y concentraran allí el peso del juego, los minutos fueron corriendo hasta que llegó el entretiempo. El ingreso de Quinteros no necesariamente buscó modificar así el tablero: el ‘Pato’ terminó enredado entre la labor de émulo de Andrea Pirlo en que quieren convertirlo -aunque más parezca la némesis del Carlos Zegarra de Paulo Autuori- y las funciones de ’10’ que cumple en el fútbol polaco, pero sin juntarse jamás con Solano o Vargas, bien perdidos en sus bandas. Ojo: nadie quiere decir que Perú no pueda jugar con dos volantes abiertos por los lados. Lo que Perú no puede permitir, más bien, es que esos volantes sean su único recurso ofensivo, porque como se diría en fulbito, te tapan los costados y listo, eres rival anulado.
Predecible era que el punto más bajo de este Chile ordenado pero aún imberbe para las aspiraciones mundialistas de Bielsa fuera su defensa, como lo delataron algunas fallas de coordinación entre Ponce y Riffo, además de los visibles nervios del golero Bravo -cuestionadísimo tras los goles de tiro libre recibidos de parte de Juan Román Riquelme en Buenos Aires-. Cómo habrá sido de endeble esa zona del campo que Farfán, sin cuajar una gran actuación, cada vez que tuvo espacio para enganchar causó dolores de cabeza en Nuñoa y hasta pudo marcar el empate a los 25’ cuando quedó solo ante el guardameta chileno, pero hizo un amague de más y su remate salió cerca al poste derecho.
Sobre el resto del ataque peruano hay poco que comentar porque en la práctica no existe: Claudio Pizarro no está parado en el área cuando ‘Jefri’ desborda y queda en posición de enviar centros. Cuando el hombre del Chelsea comparte ataque con Guerrero, el argumento de sus defensores a ultranza acerca de su ineficacia goleadora es que trabaja para el equipo y recupera los balones que Paolo transforma en goles. Pues bien, con el ‘Krieger’ lesionado, Pizarro tuvo la misión de ser ‘9’ neto, de área, el que la empujara, el que estuviera allí parado por si la defensa cedía un rebote casual. Pero nunca estuvo, y esto es un cuestionamiento enteramente táctico -para que le ensayen demandas gaseosas de falta de amor propio están los diarios de espectáculos o el pollo de Pio’s Chicken-. Lo concreto en términos de fútbol es que Pizarro no mete goles con la blanquirroja, y un centrodelantero que no mete goles puede ser cualquier cosa en un equipo excepto titular fijo. A Flavio Maestri -a quien si en algún sitio le temen es en Santiago y se la pasó bien sentado en el banco todo el partido-, durante los años noventa, lo satanizaron por convertir poco con la selección cuando sus mejores opciones de recambio eran Roberto Farfán o Waldir Sáenz. Hoy, el Perú tiene varios delanteros en el exterior y el más renombrado de ellos nunca le permite gritar gol. País generoso, si los hay.
Predecible pues, terminaba siendo que Perú acabara sus dos primeros partidos eliminatorios envuelto en un manto de incertidumbre, ya que ningún equipo o técnico es perfectamente inmune al desorden del entorno que los rodea. Y esto último, antes que el lugar común del “que se vayan todos” en el que por defecto estructural recae siempre el fútbol peruano luego de una jornada amarga, es el resultado lógico de una simple cadena de hechos. Esta selección tiene mejores jugadores y un espíritu de cuerpo interno más cohesionado que otras; pero el mismo hecho de que su entrenador esté haciendo camino al andar -algo que en orden a otras de sus aptitudes puede ser visto como un costo necesario, pero que no por ello deja de pasar factura- exige que en el ambiente que la rodee predominen la concentración y, sobre todo, la planificación. Visto que este último sustantivo es incapaz de compartir diccionario con la Videna actual, el panorama se torna, inevitablemente, sombrío.
escrito por la U es la U pe !!!! , October 17, 2007
escrito por Juan Pérez , October 17, 2007
escrito por Gian Saldarriaga , October 17, 2007
escrito por Espi , October 17, 2007
escrito por gabriel bati , October 17, 2007
escrito por Dale U!!! , October 17, 2007
escrito por peru resucita! , October 18, 2007
escrito por renzo , October 18, 2007
saludos
escrito por r! , October 18, 2007
escrito por felucho , October 18, 2007
Puede sonar fuera de foco, no soy especialista en futbol, pero hasta ahora arrancar con todos desde el principio no ha dado buenos resultados.
Y Brasil va a salir a sacarnos la mugre.
escrito por Cantoná , October 18, 2007
2. No tenemos buenos jugadores en las lÃneas determinantes en el fútbol moderno: laterales y mediocentros, que es donde se genera el fútbol en la ausencia de un 10
3. Es cierto, quinteros ya probó que no es la solución; de la haza nunca fue 6
4. Rainer, vuelve ya
5. Pizarro debe ser suplente. En el fútbol se debe distinguir entre labores esenciales del puesto y las secundarias; un delantero que no la mete debe ser suplente se llame como se llame
6. Yo propondrÃa un 4-3-2-1, para jugar con dos media puntas y asegurar generación de fútbol, en ausencia de mediocentros con visión y laterales con proyección: Galliquio, Acasiete, Rodriguez, Vilchez / Solano, Rainer Torres, Vargas (Solano y Vargas con funciones más de marca) / Quinteros (puede ser también Chiroque u otro), Farfán / Guerrero (como único punta)
escrito por Blah , October 18, 2007
escrito por r! , October 18, 2007
escrito por Dale U!!! , October 18, 2007
escrito por Sandro , October 18, 2007
escrito por Cantoná , October 18, 2007
Por otro lado, no entiendo cómo el poner más volantes puede restarte creatividad. ¿No es más bien al revés? El Inter no es un ejemplo válido porque desde antes de Mancini tiene un juego rácano. Ejemplos de equipos que con cartel de chicos han hecho algo importante son el Mónaco sub campeón de champions, República Checa, Australia de Hiddink, Roma (segunda en el calcio y con el juego más vistoso de toda la liga) y recientemente España en Dinamarca, con Fabregas por detrás de Tamudo.
Finalmente, decir que la presencia de un delantero se puede justificar aún cuando no meta goles te parece desacertado? En el fútbol de hoy cada vez hay menos ocasiones de gol por partido, asà que las que tienes que aprovechar. Mira quién es el anacrónico. Asà de simple….sea Pizarro, sea Schevchenko. Pizarro jugaba bien por atrás de Makaay o Elber, pero también las metÃa. O mira en el Milan campeón de Europa. Gillardino es mucho más jugador tácticamente que Inzaghi, pero este último las mete. Tú crees que hubiera campeonato sin la cuota goleadora de Inzaghi? Jajaja….
escrito por alberto torreblanca , October 22, 2007