Para marcar la diferencia
DeChalaca.com ahora plantea la cuestión que mayores dolores de cabeza les ha causado a los técnicos de equipos peruanos de los últimos 30 años: los marcadores de punta. La izquierda solía ser la franja más flaca; ahora, Markarián se preocupa por que ve menos peso en la derecha.
¿Cuántas veces se ha criticado a los marcadores de la selección? Por izquierda y por derecha, aunque es cierto que más se ha rabiado por los que cubren el flanco siniestro. ¿Cuántas veces a Perú le hicieron goles tras un centro limpio que no tuvo la oposición de un defensor? ¿Cuántas veces se ve a los marcadores irse, porque tienen -casi todos- una notable vocación ofensiva, y regresar a un trote desesperante? Justamente este último punto es el que resulta bastante aclaratorio cuando uno hace memoria y recuerda estos cuestionamientos. En las décadas más recientes los responsables de clausurar los lados de la defensa de la selección han sido hombres no naturalmente defensores. Es decir, gente con vocación ofensiva y que no necesariamente entiende la marca.
Ahí están los casos de Martín Hidalgo, antes dueño del lado izquierdo de la defensa, o de Juan Vargas, heredero del mismo lado. Nolberto Solano y Jorge Soto, hace diez años, se ocupaban del carril opuesto con la misma idiosincrasia que el otro par: pedir mucho la pelota, buscar que estar en campo rival y fracasar en la protección del arco propio. Esto último no por falta de ganas, sino de capacidad. Ellos y otros tantos que ocuparon los puestos, eran (son) hombres más hechos para el ataque. Parece que no se le da la importancia debida a la marca, porque se insiste en colocar defensores que no defienden. Este mal endémico ha sido detectado por Markarián y quiere acabar con él. Además de tener que arreglar esto, es su deber darle vuelta a una situación novedosa: ahora ve menos marcadores derechos que izquierdos. Cosa extraña, pues los laterales zurdos duran dos lustros por falta de recambios.
Hay zurdos
Siempre ha habido, pero estos sí defienden. Sergio Markarián se tiene que preocupar menos por este sector porque tiene a Vílchez -su primera opción, aunque algunos no la compartamos-, Rabanal y Guillermo Guizasola. Ellos tres tienen más marca que proyección, pues este último tema para ellos está pendiente en su agenda de aprendizajes. ¿Y quién va a trepar entonces, Pelotero? Será la pregunta justa que el lector me podrá hacer, pero la respuesta es sencilla: Juan Vargas.
Con un émbolo incansable como el ‘Loco’, las proyecciones por la izquierda son absolutamente imprescindibles. Ahí hay que sembrar un leñador con hacha en mano que no se haga líos al momento de defender. El resto corre por cuenta de Vargas quien así puede olvidarse de lo que menos sabe hacer. Así se llega al óptimo. El tema es qué hacer cuando Vargas no esté. Don Sergio ya debe haber previsto esto, porque el ‘Loco’ no estará por lesión o suspensión en algún momento, y si está tan tranquilo es porque ya sabe qué hacer.
¿No hay diestros?
Claro que hay. Si Sergio Markarián cree que hay más problemas para ocupar el carril derecho debería ser por una cuestión táctica más que por escasez de jugadores. ¿Cómo es eso? Por la derecha no hay un ‘Vargas’ que haga lo que hace Juan Manuel al otro lado de la cancha. Por tal motivo, aquí sí es necesario tener a alguien que cubra el carril a punta de despegues desde el fondo. Sin embargo, si se pone un hombre de estas características, se puede caer en el mismo problema de siempre. Se debe ser muy cuidadoso al momento de escoger a quién darle la responsabilidad de ir a cubrir la zona.
Los que se despliegan bien hacia adelante pueden ser Giancarlo Carmona y Roberto Guizasola. Los que marcan mejor son Aldo Corzo o Renzo Revoredo. Cuatro nombres más que aceptables para un solo puesto. Como se ve, no falta gente si no aclarar el panorama en cuanto a lo que se quiere hacer y los riesgos que se desean tomar. Es el tema de la manta corta: si tapas la cabeza, te destapas los pies. Ahora habría que analizar si Perú requiere de un lateral derecho que trepe y trepe si se tiene gente de buen pie en el medio campo y a Guerrero y Pizarro en la zona más adelantada. Si ya se tuvo que posponer la intención de jugar con tres en el fondo porque nuestros mejores centrales no pueden estar o han bajado su nivel, se debería buscar que asegurar la retaguardia. Las variantes ofensivas encajan bien como recambio y sorprender al rival. En el fútbol, sorprender resulta bueno para los intereses propios, ¿no?
Fotos: elespectador.com, prensacasla.blogspot.com
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