Para dormir intranquilos
Las ganas de algunos, los desaciertos de otros y el aburrimiento de todos. Fue un crimen que alguien cobrara entrada para ver a este Perú parchado e irresoluto, así estuviera al frente la mejor selección de la Eliminatoria. Los suplentes de los suplentes de lo que sería el equipo aparentemente ideal de Perú (ese “de la mejor generación en 50 años”) hicieron lo que pudieron, que lamentablemente es poquísimo.
Drama sin novedad
Algunos nombres nuevos no cambian una historia. Y la historia de la selección peruana sí que no tiene novedad. A los 20’ Cristian Riveros, el mejor de la cancha, rebobinó la escena más dañina para el hígado nacional: un córner servido desde la derecha encuentra a cinco peruanos estáticos y a un paraguayo que, con un ligero movimiento hacia delante, los deja contemplando un nuevo y fatal error: cabezazo y gol.
Respeta tu línea
El planteamiento de ‘Chemo’, como en muchos partidos eliminatorios en casa, fue lanzar un 4-2-3-1. La simple línea de cuatro en volante mandada por Martino cerró cualquier circuito. Ni Corzo y Miguel Torres, ni Wenceslao Fernández y ‘Wally’ Sánchez, tuvieron asociaciones armoniosas, más allá de un zapatazo del volante crema estrellando el travesaño, uno de los tres sobresaltos (junto a otro tiro al palo y un cabezazo de Fano atajado por Bobadilla) que ofreció la selección esta noche.
La diferencia entre rotar y romperse
Que nadie se engañe. Salvar de ser goleados en casa ante el líder de la Eliminatoria no es síntoma de recuperación. Paraguay privilegia la eficiencia, sea bueno o malo el rival que tenga enfrente. Aunque pueda tener noches iluminadas a domicilio (como aquel 0-3 en Santiago), defenderá lo mínimo si es necesario. Además, la rotación que hizo Martino -a mitad del segundo tiempo había hecho los seis cambios permitidos, a diferencia de ‘Chemo’, que iba recién por el segundo- justifica que su poderío se haya visto algo menguado.
Brisa invernal
Perú diluyó sus emociones entre la confusión y la falta de talento. No hay neblina en este verano, pero el fútbol de Perú siguió hibernando en los pies de Mariño, quien sigue sin dar la talla para el puesto creativo. Confiando en una técnica que no llega a explotar, un Perú amparado en el hoy jugador del Atlético Nacional tiene poco que ofrecer. Solo bostezos.
Solo buenas intenciones
Nadie duda que hay jugadores que quieren levantar a este equipo. Como Corzo, que, aún algo ‘verde’ para hacerse del puesto, puso todo. Lo mismo que (hoy) hicieron De La Haza, Contreras, Torres o Fano. Penosamente, el techo lo tienen muy bajo como para dar el gran salto.
¿A La Victoria volveremos?
No hubo recibimiento hostil para ‘Chemo’ ni nada de lo que se anunciaba. A Matute solo asistieron los fieles o los ilusos, en cantidad insuficiente para hacer mínima bulla a favor de la selección. La propuesta de jugar ante Chile en el estadio de Alianza generaría mayor expectativa si hubiera una afición verdaderamente volcada con el equipo, que fuera a arrinconar al rival entre rechiflas. Sin embargo, el gran drama de este Perú es que ya no parece despertar mayores sentimientos: ni esperanza ni indignación. Los ha reemplazado una merecida indiferencia, el peor de los castigos que puede dar el hincha.
Fotos: ANDINA, Abelardo Delgado / DeChalaca.com
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escrito por jose sanz , February 12, 2009
Amarillista, me das verdadero asco.