Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.comMunicipal y Minero se vieron beneficiados por los retiros de Alianza Cristiana y Sport Áncash y se terminaron olvidando del descenso pese a cumplir un discreto torneo, lejos de satisfacer las aspiraciones de sus administraciones.

 

Los problemas económicos de Alianza Cristiana y Sport Áncash que derivaron en sus posteriores retiros cubrieron los dos puestos de descenso del torneo y aliviaron al resto de doce competidores con relación al tema de la baja. Pero lejos de jugar sin presiones, a partir de la fecha 18 -jornada en la que ya se conocía que ningún equipo bajaría por el puntaje- el rendimiento de algunos equipos decayó hasta constituirse en meros comparsas que participan en el torneo solo para no perder por walk over. Esos son los casos puntuales de Atlético Minero y Deportivo Municipal, los dos equipos que ocupan la undécima y duodécima ubicación y que hace varias fechas cosechan resultados adversos, tanto de local como de visitante.

Sin resultados no alcanza

Minero y Municipal son equipos que antes de lo esperado ya deben mirar hacia lo que será su próxima temporada al no tener mayor preocupación en la actual Segunda División (Foto: Miguel Koo Vargas / DeChalaca.com)En el caso del Atlético Minero, el equipo dirigido por José Ignacio Verme, en sus últimos cinco cotejos disputados en cancha, solo ganó uno (ante Sport Victoria por 2-0 en la fecha 19) y perdió el resto. La ciudad de Matucana, la que fuera su fortín en la primera rueda del certamen, pasó a convertirse en una localía accesible para sus rivales y prueba de ello fueron las derrotas que sufrió el cuadro naranja ante Los Caimanes por 0-3 y Alfonso Ugarte por 0-2.

Si bien el conjunto edil ha logrado una mejora de la mano de Julio Argote en sus últimos cinco cotejos al cosechar siete puntos de 15 posibles en cancha, fruto de dos victoria ante Minero 2-1 y 0-2 ante Coopsol y un empate 0-0 ante Ormeño, el mal inicio de torneo de Municipal, donde estuvo hasta 11 partidos sin ganar, ha provocado que los ediles tengan un puntaje acumulado muy bajo, aún por debajo de un Minero que ha estado de capa caída.

Más allá de las tendencias de Minero y Municipal en las últimas fechas, queda claro que la irregularidad ha sido una característica de ambos equipos, y  de no ser por las situaciones extradeportivas de otros, en este momentos se encontrarían peleando la baja. Ahora, esta situación es tomada de distinta manera en los clubes citados. Por el lado edil, el 2013 es afrontado como un año de estabilidad para una institución que desea tener número azules y su principal aspiración en la temporada era la de mantenerse en la categoría, lo que se desprende por la juventud y el reducido número de su plantel. Caso contrario ocurre con Minero. El elenco naranja constituyó un equipo con hombres con pasado en primera como Paolo Phillips, Jairo Hernández, Joao Pereira, José María Córdova, entre otros, que no ha brindado los resultados esperados. Esta situación ha generado problemas en la dirigencia del equipo, y según algunas fuentes, se alista una total reestructuración en el equipo para el 2014.

Suerte, azar, cuestiones del destino, vacíos en las bases del torneo… independientemente de la razón que quiera darle estimado lector está claro que Minero y Municipal deben reflexionar sobre este 2013 y prepararse mejor para una próxima temporada en la que la deserción de algunos equipos se espera que no sea un factor para la salvación de otros.

Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Foto: Miguel Koo Vargas / DeChalaca.com

Comentarios ( 2)add
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escrito por Julio , October 04, 2013
Esa re estructuración de Minero es el típico floro de todos los años.
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escrito por alfonso , October 05, 2013
Sobrevivir tres años en el futbol amateur, recuperar las inferiores y sanear el Club le ha costado mucho al Muni. Este año ha bajado su promedio de edad y ha hecho un buen convenio con la municipalidad de Villa el Salvador. La diferencia con el Minero es que cuando sus dirigentes se cansen del futbol, Huarochirí se quedará sin equipo hasta que otro aventurero quiera jugar al dirigente, y la gente volverá a sentarse en las gradas sin importar los colores de la camiseta. El Muni, por el contrario, tiene un millar de personas que lo aman, tres mil fanáticos más que van a verlo cuando pueden, un par de centenares de niños que quieren jugar por sus colores por amor y el potencial de vincularse con uno de los distritos más populosos y pujantes de Lima, explotando su historia.
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