Días y contando

Con el nombre no basta. Al menos al Sport Boys del Callao ya no le alcanza lo hecho en el pasado para esquivar lo hecho en el presente o en los últimos años. A los seguidores del equipo rosado les tocó en las últimas temporadas vivir el peor momento del cuadro chalaco en sus 86 años de vida, aún más de lo que les pasó a los que vivieron el descenso en los ochentas. Pero peor aún es que la realidad puede tornarse más oscura si se consuma lo que ahora parece ser un destino casi seguro. Luego de recibir una segunda sanción por no poder pagarle a su plantel, el tiempo comenzó a correr en contra de un Boys que parece no tener ni pies ni cabeza que lo dirijan y en el que las soluciones no aparecen para evitar que sufra un nuevo descenso, uno que lo llevaría directo a la Copa Perú.
Está claro que en Boys existe la voluntad para sacarlo de la crisis que atraviesa desde hace varios años, pero ante la evidente desunión que reina resulta complicado canalizar esa voluntad hacia un camino seguro. En ese sentido, si hay algo que le ganó a Boys en los últimos tiempos es la desconfianza sobre quienes dirigen su destino. Ese poco crédito también se instaló sobre una Administración Temporal que ante los pocos recursos que genera el equipo no logró solventar la actual campaña, la misma que empezó con deseos de ascenso pero cuya mayor aspiración ahora es prolongar su vida en la Segunda División. Al final, sin saber a ciencia cierta a qué lado ir, los aportes terminan por diluirse.
Detrás de todo esto hay una verdad que sale a flote, aunque a muchos hinchas del equipo rosado aún les cueste verlo: Boys tiene que dejar de depender de otros para empezar a depender de sí mismo. Esa realidad es la que se impone en cualquier equipo que aspira a ser una institución capaz de salir adelante ante sus propios problemas, aunque esa también es una realidad muy lejana para el cuadro porteño ante la costumbre tan arraigada de esperar que aparezca alguien que ponga la mano en el bolsillo para paliar un mal momento. Mal que bien, quizás eso se vuelva a repetir ahora, y si así fuera sería un grave error creer que esa es una vez más la solución a todo.
Si de alguna forma se da lo que sus hinchas esperan y logran superar este crítico momento, ya es hora de que en Boys se ajusten a lo que realmente es el equipo: uno muy limitado en lo económico. Iniciar cada temporada con sueños de título le hizo mucho daño a los rosados, y ahí es que radica su mayor problema, el de no asumir la realidad. De nada serviría evitar una nueva baja y cerrar el año en la misma categoría si el 2014 lo proyectan de la misma forma que el actual. En suma, a Boys le urge encontrar equilibrio: emocional (entre sus hinchas para aportar soluciones y no más problemas), en sus decisiones (entre quienes lo dirigen para no dejarse llevar a la hora de actuar, sea una Adminstración Temporal o una Junta de Acreedores) e institucional (para tener una base con la cual pueda dirigir su rumbo). ¿Será posible esto? La respuesta se sabrá en un mes.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Foto: Miguel Koo Vargas / DeChalaca.com

Los equipos actuales ya no reflejan localidad ya que los jugadores proviene de cualquier lugar, tampoco representan el sentimiento de un pueblo porque la mayorÃa de sus participantes son foráneos...
Por todo esto reitero que el SBA es una expresión deportiva del pueblo Chalaco, algo que está en extinción, que está por desaparecer, por ser aniquilado por un sistema mundial que elimina el sentimiento en el deporte y lo convierte en un negocio de pocos con participación de todos. Por esto y por mucho más Vamos Boys carajo!!! y hasta el último minuto de mi vida apoyaré a mi equipo si guarda su convección de ser parte del desarrollo de sus niños, de sus jóvenes y de la vida deportiva de su pueblo, cosa que tiene que aprender sus autoridades, sobre todo el inombrable presidente de la región que prefiere pagar 1'000,000 de dólares por trayendo a un cantante que no es ni salsero ni sÃmbolo para el Callao, en lugar de apoyar a su equipo el SBA.