Pacífico - Los Caimanes: Barrio fino
En un duelo a matar o morir, lleno de todas las ínfulas y ajíes barriales del caso, Pacífico dio un paso decisivo hacia el ascenso al vencer 3-2 a Los Caimanes. Ambos acabaron con ocho jugadores.
El capo: Se puso el overol
Sheu Obregón, engreído de San Martín de Porres y habitual desequilibrante volante por izquierda, fue sacrificado en este partido por Juan Carlos Bazalar como lateral derecho. La apuesta dio réditos: el '10' de Pacífico se devoró la banda y gracias a su concurso se generó la mayor parte de acciones ofensivas del local. Un estupendo trabajo de Obregón que fue bien complementado en el segundo tiempo por el ingreso de su socio Wilmer Sáez, con quien compartió el peso de los contragolpes que acabaron mantieniendo la balanza inclinada hacia el lado rosado.
La clave: Golpes precisos
Los Caimanes tuvo las oportunidades más claras durante la mayor parte del cotejo. En el primer tiempo, por ejemplo, Pósito lo intentó con panorama de gol hasta tres veces, pero en ninguna se causó real daño sobre el pórtico de Ruiz. Pacífico, en cambio, fue letal: tuvo la pelota y, aunque tocó poco la puerta de Rosales, cuando lo hizo vacunó con contundencia. El derechazo de Carty y el cabezazo de Chui acabaron así definiendo el grueso del partido.
El duelo: Al milímetro
A Germán Carty se lo teme más cuantos más años pasen, y por eso Marcial Salazar le mandó marca personal. El encargado fue Roberto Duffoó, quien persiguió al 'Avestruz' por arriba y por abajo y logró neutralizarlo en parte. Pero se le escapó claramente a los 37', cuando tras un rebote cedido por Rosales ante un disparo desde fuera, el viejo Germán puso la puntita y la mandó adentro para abrir la cuenta.
El cambiazo: Sáez la voz
Si bien en la práctica el cambio más influyente, como se leerá en el siguiente acápite, fue el ingreso de Alonso Fernández, en términos positivos quien más aportó viniendo desde el banco fue Wilmer Sáez. El hombre de la colita ingreso a los 57' y apenas 4 minutos le bastaron para armar un par de desbordes y un centro como con la mano a la cabeza de Alejandro Chui, quien así colocó el 2-0. Desequilibrante lo del '15' de Pacífico.
La calamidad: Irresponsables para coleccionar
Hubo inconductas para todos los gustos en la UNI; forzaron hasta seis rojas bien mostradas por Diego Haro y para colmo incluyeron a los jugadores más experimentados. Lo peor fue lo de Alonso Fernández: al minuto de haber entrado, ni siquiera hizo contacto con el balón, sino que le metió una patada desleal a Obregón y se volvió a las duchas. Cerquita estuvo Luis Rojas, que tiene todos los partidos de la vida con Pacífico: entró a los 80', se hizo mostrar una amarilla a los 82' y luego otra muy tonta para irse expulsado a los 84'. Antes se habían ido por agresión mutua Éxar Rosales y Carty, luego de una pelotera en área etenana. Y al ratito llegó una estupidez de antología: descontó Caimanes y Santacruz, al ir a buscar la pelota, acabó dando un empujón alevoso que dejó a su equipo con ocho. Sobre el final, completó el concierto Regalado, a quien Haro ya le había perdonado la vida y cometió un penal que estrechó el marcador.
El jugadón: Contra que finiquita
Tuvo como creador a Sáez y como protagonista estelar a uno que no había estado en la mejor de sus tardes: Boris Narvarte. El ex Acosvinchos, que tuvo problemas para controlar a Iriarte en la primera línea rosada, la hizo mejor al quedar en posición de '9' con espacio libre y definió con serenidad ante la salida del 'Loco' Héctor Hernández. Antes, está dicho, todo fue de Sáez: aceleró la salida, ganó metros y aguantó el pase hasta que Narvarte estuvo correctamente colocado para definir.
La cancha: Fiesta y autocontrol
Se llenó la única tribuna del estadio de la UNI y en líneas generales, para qué, todo fue pacífico, en honor al local. Extraño resultó que la banda musical no pudiera entrar al estadio, pero desde fuera igual amenizó el ambiente con música de orquesta. Adentro hubo respeto entre ambas barras -llegaron unas 500 personas para alentar a Los Caimanes-, y no hubo mayor incidente salvo alguno que otro infeliz que tiró botellas llenas de gaseosa por cada lado. Felizmente, el propio público reaccionó con energía y redujo a los desadaptados.
Kazuki Ito: Haro 6
Es conocido el reglamentarismo de Diego Haro y que a veces exagera con las rojas, pero esta vez no puede reprochársele ninguna: todas se ajustaron a las normas. Más bien podría criticársele que no haya echado antes a Regalado por un patadón que mereció una segunda amarilla, o a Rully Rodríguez por ensayar principios de lucha grecorromana con Carty. No obstante, en general el juez sacó adelante un partido que era caliente y que a partir de los errores de sus protagonistas tuvo final vibrante.
Fotos: Paul Arrese / DeChalaca.com
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p.d. un consejo de patas, amigo inversionista del futbol, si quieres meter billete y quieres que tu club tenga exito hazlo al menos en un club que tenga historia, tradicion, hinchas, las demas condiciones pueden hacerse teniendo como base esto, no seas gil apoyando un club que no puede llenar una tribunita ni jugando de local.
