Baño de gloria
Aún con la ventaja conseguida por Gálvez tras su victoria en Huaraz la fecha pasada, del partido jugado en Matucana no se podía esperar menos que el mayor esfuerzo de los jugadores chimbotanos por conseguir una victoria que prácticamente defina el ascenso. Tal como su actual situación económica, el partido empezó mal para Gálvez, pero la perseverancia mostrada por los jugadores fue la que al final prevaleció para enmendar el rumbo y desatar la celebración en Chimbote por el regreso a la máxima categoría (aunque aún falte conocer, de manera oficial, el resultado del partido suspendido entre Unicachi y Áncash). Muy aparte de ello, este es el momento preciso para que los galvistas tomen seriedad de cara al futuro, porque de marearse con lo hecho en esta campaña y creerse que todo marcha bien, lo más probable es que la Segunda División vea pronto el regreso de la franja.
Para el individual: Paragua de gol
El sacrificio exhibido en los últimos partidos por Sixto Santacruz debió ser el doble en Matucana ya que, al acostumbrado desgaste que realiza sobre la defensa del rival de turno, ante Minero le tocó retroceder para empezar las jugadas de ataque de su equipo. Y mal no le fue porque, aparte de elaborar, se dio el tiempo para contar con algunas situaciones en la que el mismo debió definir. Al final solo logró un gol, pero fue el que marcó la ruta de la celebración para el Gálvez.
Para el táctico: Iguales pero distintos
Aunque ambos equipos iniciaron el partido con el mismo sistema, el 4-cuadrado-2, el rendimiento de los jugadores influyó mucho en que lo planeado en uno y otro bando cambiara con el trascurrir de los minutos. En Gálvez no es novedad que la solidez de su línea medular acabe por imponerse en el desarrollo de los partidos, pero lo que si sorprendió fue la capacidad de acoplamiento que hoy mostraron Janio Posito y Sixto Santacruz para cumplir la función de organización ante la baja por lesión de los titulares. A partir de ahí fue que se marcó la pauta de lo que sucedió tras el primer gol del partido, ya que el volumen ofensivo de la visita se hizo tan sostenido que Minero no tuvo equipo suficiente para contrarrestarlo. Tantas fueron las ocasiones creadas -y desperdiciadas- por los chimbotanos, que los tres goles logrados fueron poco para el papel cumplido en Matucana. Aún asi, la labor de la defensa local destacó por el rendimiento de su pareja de centrales, en la que el trabajo hecho por su capitán Roberto Rodríguez sirvió para evitar el peligro en su arco y generarlo en el rival, aunque el apoyo recibido por las bandas no fue el mejor, lo que facilitó la entrada por los costados del Gálvez, con Renzo Guevara proyectándose con cierta facilidad.
Para el emotivo: Pasión contenida
Cuando la espera por el regreso a Primera se hace tan larga como ha sido para el Gálvez en esta temporada, no hay fallos ni resoluciones que valgan para frenar una celebración que, aunque es prácticamenete un hecho, aún no es oficial. Bien por Gálvez, bien por los jugadores, y muy bien por los hinchas de la franja chimbotana que tienen una semana para el regocijo por sus colores.
Para el estadístico: Si hay quinto bueno
Esta fue la primera victoria lograda por Gálvez sobre Minero en condición de visitante en el historial de enfrentamientos entre estos dos equipos. Todo comenzó el 2005, empatando 1-1 en el partido de ida por la semifinal de la Copa Perú. El 2008, ya en la Primera División, tanto en el Torneo Apertura como en el Clausura la victoria fue para Minero por 2-1. Mientras que en el actual torneo, un nuevo empate 1-1 se dio en la primera etapa.
Fotos: Abelardo Delgado / DeChalaca.com