Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.comEn Alemania, Ingolstadt y 1860 Munich disputaron el partido más destacado en los torneos de ascenso del mundo. El equipo en el que milita Alfredo Morales se logró imponer y de paso rompió una mala racha ante su rival de turno.

 

Ambos equipos no la pasan muy bien en la Bundesliga 2. El Ingolstadt se encuentra cerca de la zona de descenso, mientras que el cuadro muniqués transita por la mitad de la tabla, perdiéndose en la intrascendencia de un torneo que tiene a un sólido líder y que ya entró en una etapa en la que todos saben lo que pelean.

Con la sangre en el ojo

(Foto: fcingolstadt.de)Ingolstadt y 1860 Munich no son clásicos rivales ni por asomo, pero en el cuadro local pudo haber existido una especie de deseo de revancha frente a un equipo ante el que nunca les había ido bien. Ambos clubes se habían enfrentado en nueve oportunidades y el Ingolstadt del peruano Alfredo Morales nunca había podido derrotar a su rival de turno, que acumulaba un record de cinco victorias y cuatro empates.

Ante esto, todo parecía estar en su contra, pues debía quebrar sí o sí esa mala racha para así tratar de conseguir un poco más de oxígeno en su lucha por alejarse de la parte baja de la tabla. Una derrota lo podía meter no solo en la zona de promoción, sino que si se daban una serie de resultados también podía terminar en puestos de descenso directo, mientras que el 1860 Munich también necesitaba el triunfo para intentar escalar en la clasificación.

Adiós bestia negra

El partido inició con ambos equipos lanzados al ataque, aunque fue el Ingolstadt el que poco a poco se empezó a hacer del dominio de la pelota. Alfredo Morales fue un importante valor en la mitad de la cancha al multiplicarse para recuperar el balón. El buen juego de los dirigidos por el austriaco Ralph Hasenhüttl se vio recompensado a los 20’, cuando Philipp Hofmann venció la resistencia del portero Gabor Kiraly.

El gol le dio mayor tranquilidad al conjunto local, que continuó con su dominio sobre el juego, y que tuvo que resistir algunos intentos aislados del 1860 Munich, que tuvo en el japonés Yuya Osako a su jugador más peligroso. El marcador no se movió durante varios minutos, y cuando se podía pensar que la ventaja iba a terminar siendo mínima, apareció el recién ingresado Collin Quaner para, en uno de sus primeros toques, anotar el 2-0 definitivo que hizo que su equipo sume un total de 25 puntos, tres unidades más que Dynamo Dresden, que se ubica en la zona de promoción.

La victoria se celebró con efusividad entre los asistentes al Audi-Sportpark, que festejaron no solo el triunfo, sino también la primera victoria de su equipo ante un rival que se había convertido en su bestia negra.   

Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Foto: fcingolstadt.de

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