Foto: diario La Industria de TrujilloA pesar del buen plantel que tiene, la Vallejo volvió a tener una tibia presentación: solo recurrió a una aparición de Andy Pando para llevarse el 1-0 sobre Cienciano. El resultado peligró en ocasiones y hasta Salomón Libman tuvo que atajarle un penal a Martín Icart.

 

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Hay equipos que por composición y nombres desde que pisan el terreno de juego saben que son  superiores a sus rivales. En el Torneo del Inca, César Vallejo es uno de esos equipos. Solo hay que repasar los nombres que forman el cuadrado de ataque del cuadro poeta: Ronald Quinteros, Daniel Chávez, Luis Tejada y Andy Pando. Cualquier de los cuatro sería titular en cada uno de los otros quince clubes que conforman la Primera División. Sin embargo, luego de su gran victoria ante Universitario, los poetas no habían logrado mostrar la imagen de equipo avasallador de que deberían tener por plantel. Dos derrotas y un empate era el pobre saldo que presentaban los trujillanos. ¿Esta victoria les lavó la cara? Difícilmente.

Para ser sinceros, el trámite del partido casi en su totalidad lo llevó Cienciano. Las emociones en el primer tiempo eran responsabilidad de la corridas de Renatto Chira, las apariciones de Icart y el desequilbrio de Manuel Tejada. El otro Tejada, en cambio, aparecía trotando al otro lado de la cancha al costado de un igual de apático Pando. El partido parecía para la sorpresa de los cusqueños, pero bastó la inspiración individual en los locales para que el encuentro se desnivelara a su favor. Pedro Requena, el más sólido en los poetas, trepó  por derecha y sacó un lcentro que Santiago Acasiete no pudo despejar y que Pando no perdonó. ¿Suficiente? Suficiente.
Cienciano tuvo al alcance el empate en los pies de Martín Icart, quien se encargó de ejecutar un penal que acabó en las manos de Salomón Libman (Foto: diario La Industria de Trujillo)
Más allá de las ganas de Cienciano y lo interesante que es su propuesta ofensiva, el cuadro dirigido por Mario Viera se encontró ante un equipo que prefirió dormir las acciones a buscar un resultado más amplio que le permitiera cerrar el partido. Y con un equipo tan metido atrás, el que buscaba el empate una iba a tener. Y la tuvo. Luis Guadalupe hizo honor a las “guadalupadas” y cometió un penal que le valió la expulsión. Parecía que, de nuevo, los dirigidos por Franco Navarro se quedaban sin un triunfo, pero apareció Salomón Libman para negarle el remate a Icart.

De ahí en más, las emociones en el partido se esfumaron. Con la expulsión de uno de sus centrales, Vallejo tuvo aún más motivaciones para quedarse en el fondo y esperar una contra. El penal fallado desmotivó a Cienciano que siguió buscando pero sus aproximaciones fueron tímidas. El resultado final hablará de una recuperación del cuadro trujillano que pudo salir de su mala racha, pero lo cierto es que en la cancha tiene mucho que demostrar. Su plantel tiene un potencial que se pudo ver en el Monumental en la primera fecha, pero no se ha vuelto a repetir. Cienciano, incluso en la derrota, quedó mejor parado. Y eso debe preocuparle a Franco.

Fotos: diario La Industria de Trujillo

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