Huancayo - Melgar: Rey(noso) sin cabeza
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Se hace muy difícil asimilar que un equipo de Reynoso pueda sufrir tanto en defensa como lo hizo hoy. Y, encima, que lo haga contra Sport Huancayo, equipo que, si bien viene mejorando, aún no llega al desarrollo ofensivo que requeriría para vencer a un equipo tan recio en defensa. Sin embargo, la película tuvo otro libreto. No hubo local sin capacidad de profundización ni visitante con un armazón en el fondo. No hubo partido cerrado, ceros inquebrantables ni partido lento -como algunos lo imaginamos-. Hubo equipos que se desentendieron de su presente y, por momentos, intercambiaron papeles. Sport Huancayo tuvo la victoria -fácil- en sus manos y la dejó escapar sobre los últimos minutos.
La sorpresa fue de todos al ver que el equipo de Córdoba tomó las riendas del partido desde el primer minuto. Los pelotazos a la espalda de los defensas empezaron a complicarle la vida a la zaga visitante que luchaba por controlar los movimientos sin pelota de sus rivales. Sport Huancayo careció de definición el primer cuarto de hora, hasta que Chumpitaz sacó un remate fortísimo de unos 25 metros y la mandó a guardar. Era el primer remate franco de lejos pero se entendió como fórmula clara para herir al rival. No pasó mucho rato para que Contreras, otro zaguero, hiciera lo propio –esta vez desde mucho más lejos- aunque sin la misma conclusión. La presión de los locales empujó a su rival a sus últimos metros, pero a costa de dejar espacios atrás. Una contra rápida era la única forma de empate y Melgar no demoró en descifrarlo. Zúñiga, con la viveza adquirida gracias a su experiencia, se movió muy bien ante un centro de Quina y definió sin marca poco antes de terminar el primer tiempo.
La fórmula no varió mucho en el segundo. Melgar pareció tomar protagonismo pero casi de inmediato el partido se revirtió al ritmo inicial. El equipo huancaíno partió la segunda etapa con Rossel finalmente en la cancha, quien se encargó de voltear la balanza a favor de su equipo tras una serie de cabezazos en el área y una tijera poco estética. El resto del partido se sorteó casi a un ritmo de un par de oportunidades para el local por cada una de la visita. La diferencia: la claridad con la que llegaba Sport Huancayo. En ese trámite tuvo varias oportunidades claras para matar a Melgar y cerrar el partido. A menos de 10’ del final Villamarín vio la roja y, casi de inmediato, Rossel tuvo un mano a mano con Butrón que terminó en un remate de Ruiz al palo. La falta de claridad fue fatal en esos minutos que los arequipeños se lanzaron con todo basándose más en amor propio que en fútbol. ¿El resultado? Una escapada fácil por la izquierda y un centro que Zúñiga culminó sin marca ni problema. El partido ya estaba resuelto a favor de los locales pero los descuidos son fatales, hasta imperdonables cuando quedan a merced de delanteros como Ysrael Zúñiga.
La imagen que primó por 80’ fue la de un equipo que se olvidó de cómo marcar y que sufrió los estragos de la rotación propia del reynosismo. Cuesta recién pisó la cancha en la segunda mitad y se gastó un cambio en meterlo a él que bien pudo servir para equilibrar el juego en el medio sector. Esa es solo una parte de la sorpresa, completada por un equipo decidido como Sport Huancayo pero tibio en la definición. Con todas las estrellas alineadas a su favor, los de Córdoba tiraron los tres puntos por la borda. ¿Conclusiones? Positivas, en tanto se vio la capacidad del ‘rojo matador’ de mostrar una cara distinta y la posibilidad de levantar un resultado casi sepultado en contra como hizo Melgar. Pero también hay negativas, como la falta de hambre para completar un partido con todo a favor y la incapacidad de replantear un partido con un rival con serios puntos flacos. El balance, al final, lo tendrá que sacar cada uno.
Fotos: Diario Primicia de Huancayo