Cristal - León: A que sí te quemo
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¿Fue un gran partido de Cristal? El resultado, evidentemente, nos dice que sí, y la apuesta táctica de Ahmed, que nuevamente llenó los ojos en la soleada mañana en el Gallardo, fortalece esta premisa. Sin embargo, en líneas generales, se puede señalar que la oncena celeste se fue moldeando a las necesidades que le otorgó el partido y, por consiguiente, a las grietas que presentó un León que, antes de los 90', asomó como una fiera, pero que luego terminó completamente entregado. La jerarquía que nominalmente le dieron algunos nombres importantes a su plantel jamás estuvo en evidencia. Se puede decir, entonces, que los dirigidos por Wilmar Valencia decepcionaron.
Y si se mencionó que los celestes se amoldaron a las circunstancias del partido, pues es básicamente porque arrancó con problemas de corte defensivo. Su línea de tres tuvo problemas para contener a un frente ofensivo de León que, acaso, mereció mejor fortuna. Obvio, luego se desdibujó, pero lo que hicieron Víctor Peña y Carlos Preciado tranquilamente pudo haber cambiado toda la historia feliz en el Gallardo. Lo concretó es que los cremas del centro fueron ineficaces y, a partir de allí, se notó la marca registrada del Cristal 2014 o, mejor dicho, el Cristal versión Ahmed.
¿Se dieron cuenta la cantidad de veces en que el equipo cervecero rotó de posiciones en el gramado? Y mejor aún, ¿con los mismos jugadores? Vamos por partes. Ahmed dispuso un 3-2-3-2 en el que la novedad más saltante era la función de Paolo De La Haza como stopper por derecha. Pero lo más interesante vino cuando Jorge Cazulo, el ancla celeste, bajó para posicionarse de back, con lo que liberó al '25' local y lo situó como lateral derecho, en línea paralela con Luis Advíncula, que trabajó como extremo por ese sector. Entonces, Cristal pasó por momentos a jugar con un 4-línea-2, aunque también lo hizo con un 3-1-4-2, cuando Carlos Lobatón se asoció en la creación con Horacio Calcaterra, e incluso ambos, por momentos (con el 3-2-3-2), se alternaron la función de lanzadores. Y el equipo siempre rindió. ¿Qué se puede decir con esto? Que la expresión futbolística de este Cristal es muy versátil: puede jugar de mil maneras en el terreno de juego, y siempre le saca el máximo provecho a sus jugadores.
¿Y los goles? Pues no llegaron solos. Tampoco por demolición: fue por la desortunada actuación de la defensa de León, encabezada por un John Galliquio que evidenció su decadencia futbolística (¿así pensaban que iba a ser útil, por ejemplo, en la derrota de la 'U' en La Paz?). En el primer gol, Yoshimar Yotún se filtró como en su casa (hizo lo que nunca pudieron hacer Ávila y Leguizamón) y definió como crack. Luego, los penales sucesivos fueron por el mal cálculo de Jorge Rivera y Gianfranco Espinoza, respectivamente, pero más allá de esas situaciones, Cristal llenó los ojos, siempre apegado a su versatilidad táctica, y fue un solo equipo en el segundo tiempo, sobre todo porque León se entregó.
Los celestes, si afilaban la puntería (estrellaron cuatro tiros al palo), tranquilamente se podrían haber cobrado la revancha del 6-0 de 2010. No fue así. Y probablemente no haya estado en el chip de los aficionados dicha situación, pero la sonrisa de oreja a oreja por la actuación de su equipo fue tan abrasadora como la calurosa mañana que achicharró a un León que volvió a pisar tierra.
Fotos: Luis Chacón / DeChalaca.com
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