Aurich - San Simón: Entre el gusto y el disgusto
Aurich no pasó por encima a San Simón ni tampoco deleitó a su afición: le bastó con agarrar en trance al equipo moqueguano, casi condenado a llegar con tres puntos menos al Apertura, y le endosó un 4-0 lapidario. El 'Ciclón' aún pugna por darle caza al líder de su serie: Alianza Lima.
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Partido raro. Rarísimo. De esos que arrancan de una manera y, por arte de magia (o hechizo), terminan premiando al más efectivo y castigando al que, en su momento, hizo toda la chamba. Sí: porque el 4-0, grandilocuente y lapidario ante un equipo como San Simón, podría no ajustarse a la realidad de una oncena que, antes de recibir la primera conquista, parecía estar dispuesta a salir sonriente de Chiclayo (algo que, por ejemplo, sí hizo su reserva -ganó 2-3-). Y por el otro lado, premia más de la cuenta a un equipo como Aurich, que volvió a exhibir un rostro apático y que sumó de a tres solo porque, en estos niveles, las diferencias de jerarquía pesan mucho. Y el Elías Aguirre es el mejor testigo de esa premisa.
Para el 'Ciclón', estaba claro, no existía otra opción más que sumar de a tres. Antes de su partido, Alianza se había disparado en la Serie A del Torneo del Inca y el único con esperanzas de meterle presión era el elenco de Mosquera. Capaz por esa razón, desde que Ramón Blanco inició las acciones, se apreció a una oncena chiclayana con escasas ideas y que trató, casi por defecto, de solo buscar a Roberto Merino para que arroche magia y asista a algunos de sus delanteros en el ofensivo 4-3-3 con el que saltó al gramado sintético. Pero a la par, el 'Ciclón' quizas no se esperó toparse ante un rival que, si bien se presentó con algunas novedades (como Jair Lovera y Romario Cafú Hernández), se paró con una línea en el mediocampo que parecía estar dispuesta a controlar los embates del rival y, a la de Dios, generarle una que otra complicación a Juan Goyoneche.
Todo iba bien en San Simón. Lovera, Mendoza, Zegarra y Marcos funcionaban como un relojito en el 4-línea-1-1 que presentó Juan Vidales, y Aurich lucía tan confundido que, pese a su volumen natural ofensivo, no le hacía cosquillas a Federico Nicosia. Pero llegó el fatídico minuto 27 y todo se fue al traste en tienda moqueguana. Gian Carlo Franco cometió un error en la recepción y Germán Pacheco no perdonó. Un minuto despúes, otro error en salida fue aprovechado por el atacante argentino para estirar diferencias y, cinco más tarde, Rodrigo Cuba, sin pensarlo -por tratar de asistir a Rengifo-, estableció la goleada en Chiclayo. Enumerar los yerros de la visita podrían resultar ociosos, pero lo cierto es que parecían de un nivel amateur. Y Aurich, bien gracias, ya tenía los tres puntos en el bolsillo.
Por esa última razón es que la fracción complementaria iba a mostrar a un 'Ciclón' conforme con el resultado y a un San Simón decidido a decorar el marcador. Pero otra vez saltó en evidencia la diferencia de jerarquía: mientras el equipo moqueguano erró cinco situaciones claras de gol (tres de ellas vía Jesús Rey), Aurich solo necesitó apretar el gatillo por un momento para, a través de Hernán Rengifo, establecer el 4-0 definitivo y, con pocos pergaminos pero mucha efectividad, seguirle respirando la nuca al líder Alianza. Para los hombres de Vidales, que deberían sentir impotencia por la forma absurda en la que se le fue de las manos el partido, el panorama es desalentador: van a llegar con tres puntos menos al Apertura. Pero, eso sí, no pueden negar que, por los groseros errores defensivos exhibidos a lo largo del Torneo del Inca, arribar con esa diferencia a la etapa regular del Descentralizado va a terminar siendo una bendición.
Fotos: diario La Industria de Chiclayo
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