Visión no jurídica de un problema Real
¿Debe suspenderse de inmediato la participación de Real Garcilaso en el Descentralizado o es preferible esperar al fallo definitivo en segunda instancia de la CJ-FPF. Un análisis desde la perspectiva económica, antes que jurídica, concluye que es mejor que siga jugando por ahora.
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Roberto Castro | @rcastrolizarbe Director General |
La exclusión de Real Garcilaso del torneo Descentralizado por un fallo dictado en primera instancia por la Comisión de Justicia de la ADFP (CJ-ADFP) debería, en principio, materializarse con la inmediata desprogramación del club celeste de los partidos que le toque afrontar en el certamen local, el primero de ellos el que tiene pactado este domingo a las 13:30 en el Garcilaso de La Vega ante Defensor La Bocana. Sin embargo, como ha explicado DeChalaca, la sanción aún no se hace efectiva porque el club celeste ha pedido la suspensión de la ejecución del fallo mientras la Comisión de Justicia de la FPF (CJ-FPF) resuelve el tema en segunda instancia.
¿Tiene asidero este pedido? Desde un punto de vista jurídico, hay premisas universales para la aplicación de justicia en un sistema como el peruano. A saber: i) que todo fallo admite la figura de doble instancia, por lo cual siempre existe sujeción a una apelación; ii) que dicha facultad no hace inválido el fallo de primera instancia, el cual se ejecuta pues ha sido emitido por una autoridad competente (la CJ-ADFP). Por eso, en principio, Real Garcilaso debe dejar de jugar en el torneo Descentralizado hasta que una nueva autoridad competente (la CJ-FPF) decida rectificar la sentencia -esto es, devolver al equipo a la competencia- o más bien ratificarla.
Quien suscribe, sin embargo, no es abogado sino economista, y desde esta perspectiva pretende aportar una visión no jurídica al problema. Una que parte del enfoque de maximización de beneficios o, traducido para este caso, minimización de pérdidas. En esa línea analítica, suspender la participación de Real Garcilaso cuando cabe la posibilidad de que luego se la reactive implica costos demasiados altos que no son compensados por la ganancia que ejecutar la sanción implica.
¿Qué gana el sistema sacando a un club en aparente falta como Real Garcilaso? Ante todo, transparencia: que un equipo que en principio es infractor saque provecho de una situación dolosa. ¿Y qué más? Muy poco. Por el contrario, existen muchos free riders: equipos que se beneficiarán colateralmente de su -momentánea o definitiva- no participación y ganarán sin jugar los puntos en los partidos que el equipo cusqueño no dispute.
¿Qué pierde el sistema sacando a un club en aparente falta como Real Garcilaso? Mucho. Puesto que el fútbol tiene, como sustancia particular que la diferencia de otras actividades humanas, que es una en la que el ser individual no existe en tanto no tiene un par al frente: un partido se produce cuando interactúan dos equipos, no uno solo. Entonces, todo lo que haga o deje de hacer Real Garcilaso producto de la comisión de su falta arrastra a terceros colaterales. Excluido del equipo del torneo, está dicho, hay free riders; pero sobre todo, en el caso de que en segunda instancia el fallo se revierta, esos free riders se convertirán automáticamente en terribles perjudicados pues deberán jugar partidos programados en fechas no previstas en un calendario ya muy saturado como el de 2016.
Por supuesto, en medio de todo hay perdedores grandes: los aficionados, que estarán absolutamente confundidos y no entenderán por qué un equipo sale del torneo y luego vuelve a él. Se podría contraargumentar que parte de esos aficionados sería estafada si se le cobrara una entrada por asistir a un partido de un equipo que luego acabará siendo excluido del todo; pero incluso en ese caso, el perjuicio agregado de esos hinchas es menor que el de los miles que siguen por otros medios un torneo que con este tipo de cosas, perjudica seriamente su valor de marca.
Fuera de eso, hay otros serios perjudicados: los jugadores del club, que si bien deben contar en su mayoría con contratos hasta noviembre, se corren el riesgo de que un club sancionado decida patear del todo el tablero y hacerles "perro muerto". En competencia aun momentánea, en cambio, salvaguardan mejor su derecho de cobro, tema que afecta la concentración de cualquier profesional -fue visiblemente notorio durante el partido ante Palestino cómo había distraído al plantel en términos de concentración-.
Sin duda, lo más sano sería que la CJ-FPF apure su fallo y aproveche este receso por Eliminatorias para decidir si, en definitiva, Real Garcilaso será excluido del Descentralizado y enviado al descenso o, más bien, será repuesto en el certamen. Pero los antecedentes al respecto en términos de timing son muy negativos y, por eso, un análisis costo-beneficio de la situación acaba concluyendo que es mejor que se mantenga en competencia a Real Garcilaso, salvo error u omisión.
Fotos: José Carlos Angulo
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La crónica del Real Garcilaso 2 - Palestino 2
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El fútbol de clubes requiere urgente de instituciones, no de grupos de entusiastas que deciden un buen dÃa invertir y sacar provecho del fútbol.
Empecemos por prohibir que los ascensos y categorÃa se compren, como se ha hecho no muchas pero sà varias veces, pues asà se acostumbran algunos a querer ganar todo con la chequera. Sà o no Cristal, San MartÃn, Vallejo, por mencionar clubes de Primera.
Luego, debe prohibirse el perro muerto de fundar y refundar clubes, todo para evitar el pago de deudas de clubes de fútbol. Sà o no Juan Aurich, CNI, Sport Ãncash, Bolognesi, y otros más. Luego hay que prohibir se promulguen leyes con nombre propio para solapar deudas no solo a jugadores sino comerciales, tributarias, bancarias. ¿Sà o no Universitario, Boys, Alianza, Melgar, Cienciano...? Las normas concursales las han modificado para que no desaparezcan o vayan a la baja, pero aun asi siguen en crisis y ahogados en deudas.
Luego se debe prohibir que durante un campeonato (hasta que haya un campeón) los jugadores se vendan cual mercaderia, al mejor postor, restando con ello profesionalismo a ellos mismos y transparencia deportiva a los campeonatos, de donde salen campeones de barro, que ven su realidad cuando participan en los torneos internacionales (cero puntos para el último campeón en la Libertadores).
Y finalmente la prensa poco profesional y seria debe estar prohibida de sobredimensionar noticias sobre jugadores, clubes y chismes nada deportivos, y subvaluar logros que aunque pocos, merecen ser puestos en relieve (¿alguien conmemora la Copa Sudamericana y la Recopa del Cienciano? Si fuera un club capitalino, muy posible).
Y por último, los clubes deben ser entidades transparentes. El que sean financiados por empresas privadas no les da carta libre para hacer lo que les venga en gana, como lavar activos. Basta de romper y corromper el mercado, pagando sueldos astronómicos para futbolistas que no pasan de regulares, cuando ni siquiera estadio propio tienen. Los sueldos de los futbolistas están subvencionados, y no precisamente por las taquillas e ingresos regulares y legales que los clubes obtienen.
Cuando todo esto suceda, allà estaremos pues en condiciones de pedir que todo sea inmaculado y correcto...