Foto: Prensa FPFAlianza Universidad consiguió su segundo empate consecutivo en la Fase 2 bajo el mando de Julio César Uribe. El orden defensivo azulgrana impidió que la delantera de Alianza Lima encontrara el rumbo goleador de la semana anterior y se viera impotente para romper el 0-0.
Félix Arias Schreiber | @totoasch
Redactor

Los sistemas cambian. Aquellos entrenadores de corte fundamentalista que pregonaban estilos inflexibles están adoptando nuevos esquemas y ampliando las posibilidades de su equipo. Y para la buena suerte de Alianza Universidad, Julio César Uribe es uno de ellos.

Sucede que lejos del fútbol ultraofensivo y que, por consiguiente, presentaba falencias en campo propio que impregnó en clubes como Cienciano, Aurich y San Martín, por citar sus experiencias más recientes, cierta dosis de practicidad ha tocado la puerta del vestuario del 'Diamante'. Y en tienda azulgrana cuenta con jugadores para ser más cauto sin necesidad de sacrificar capacidad de plasmar buen juego.

En el Miguel Grau del Callao, el equipo vestido esta vez de blanco se paró con un 3-1-4-2 que fue rotando durante el partido: Jonathan Ávila, Brian Bernaola y José Cánova se situaron en la férrea línea trasera, y Juan Morales se ubicó de hombre de marca suelto un poco más adelante. Por su parte, el Alianza Lima de Carlos Bustos, que venía de uno de sus mejores partidos del año tras la victoria sobre Ayacucho FC, empleó un 3-5-2 más rígido.

Morales nuevamente fue garantía en el marco de Alianza Universidad y se elevó por todo lo alto cada vez que fue referido. (Foto: Prensa FPF) 

Durante todo el encuentro se dilucidó el objetivo huanuqueño: ceder la posesión y apelar a la contra en una postura conservadora. Incluso jugadores de brillantez ofensiva como Reimond Manco y Damián Ísmodes mostraron una faceta atípica en ellos, pues se solidarizaban con la defensa en mayor espíritu colectivo. Los de La Victoria, por su lado, trataban y trataban de generar ocasiones; pero la exagerada búsqueda de Hernán Barcos, quien es un ariete más estático y de repartición, complicó la tarea -además del orden rival-.

La misión descrita, vale aclarar, no habría sido posible sin el fantástico desempeño de Diego Morales bajo el arco huanuqueño. Es verdad: los arqueros no se fabrican sus oportunidades ni mucho menos las buscan, y el arco de Alianza Universidad tampoco fue alertado en demasía por los vestidos esta vez de verde. Pero siempre que el meta argentino nacionalizado peruano fue solicitado para un achique, un corte de centro o alguna que otra atajada, estuvo ahí.

Aún así, los íntimos no tienen de qué preocuparse. El despliegue propuesto por Bustos ilusiona en La Victoria pues, luego del nefasto año sufrido con Mario Salas y Daniel Ahmed, el equipo va encontrando ciertos mecanismos que parecen funcionar. Entre estos está el por supuesto grato Ricardo Lagos por la banda izquierda, además del desequilibrio de Jairo Concha al centro del campo. Adelante, los ingresos de Arley Rodríguez y Édgar Benítez asoman como armas de segundo tiempo que se repetirán con recurrencia.

El lamento de Jairo Concha es el lamento de todos los íntimos, que perdieron la oportunidad de ver a Alianza Lima en la punta de la Fase 2. (Foto: Prensa FPF) 

Las conclusiones son apresuradas para dos partidos. Sin embargo, ambos Alianzas aparentan, a la luz del criterio de sus respectivas ambiciones, un buen futuro. Así a veces el 0-0 suene a resultado mezquino.

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