Foto: Prensa FPFDos décadas pasaron para que Boys pusiera su firma en un torneo continental. El equipo de Ýtalo Manzo consiguió el anhelado objetivo de la Sudamericana tras empatar 1-1 con un Cristal que presentó variantes y tuvo la cabeza puesta en la final.
Aldo Ramírez | @ramireztello
Editor

Antes de escribir esta crónica, este redactor se sintió en la necesidad de repasar todas y cada una de las fotos que brinda la Liga de Fútbol Profesional. Indudablemente, las más fuertes son las de hombres llorando por un descenso consumado, esa pérdida de categoría que resulta una especie de germen latente en cualquier club que no está en condiciones de apostar por planteles grandes ni inversiones alevosas.

A Sport Boys le tocó aparecer en estas postales algunas veces; pero este 2021, las imágenes muestran rostros distintos para los representantes del Callao. Rostros de satisfacción y haber conseguido algo más que permanecer en la Liga1.

La 'Misilera' está en un torneo continental, como hace veintún años. Y nuevamente, quien escribe estas líneas, agradece la libertad para decir que estuvo en la tribuna oriente del Miguel Grau esa noche del 22 de marzo de 2001, cuando el inferior equipo rosado era humillado por Cerro Porteño gracias a un partidazo del japonés Nozomi Hiroyama y un veloz Jorge Luis Campos. Contar esto sirve de contexto: cómo los niños del Callao pasaron a ser adultos para tener que disfrutar de la experiencia de ver el logo de un torneo continental al lado del escudo del club en un boleto.

Mientras Alarcón se barre, Revoredo mide atento el desborde de Soto. Ante su exclub, el zaguero fue el mejor del campo. (Foto: Prensa FPF) 

Respecto del partido habría que decir poco y no por pereza, pues si bien el ritmo del juego se mantuvo interesante durante buena parte de los 90 minutos -sobre todo en la segunda mitad-, existió cierto respeto por los objetivos de cada uno. Mientras el equipo de Ýtalo Manzo salió con el tradicional 3-1-4-2, en búsqueda de Sebastián Penco y Joao Villamarín con más acciones por los costados que la habitual creatividad de Luis Ramírez, Sporting Cristal decidió mover muchas piezas del habitual equipo titular. Y cómo no hacerlo: los rimenses debían pensar en la final.

Sobre los 16', Paolo Fuentes aplicó un codazo a la espalda de Joao Grimaldo. Pudo ser roja y condicionar a los rosados, pero Luis Seminario no vio la agresión. Probablemente tampoco vio, dentro del área rosada, la pelota que impactó en el brazo de José Bolívar tras un zurdazo de Jhon Marchán: pudo ser penal a los 46'+ y el 'Patito' tampoco lo sancionó.

Al margen de esas dos acciones que pudieron cambiar el destino de un cuadro rosado motivadísimo por saber que el objetivo de la Sudamericana estaba en su poder, fue justamente Boys el que se animó sobre el arco de Alejandro Duarte con mayor convicción, principalmente en el segundo tiempo. Penco, de cabeza, se perdió hasta en dos ocasiones la apertura del marcador, pero el argentino parece estar destinado a los buenos momentos del equipo que vistió de morado en honor al Señor del Mar.

Chávez anticipa a Penco mientras González sigue a Villamarín. La reacomodada defensa de Cristal tuvo bastante trabajo. (Foto: Prensa FPF) 

La experimental defensa rimense, con Alejandro González de lateral derecho y Johan Madrid de zaguero central por izquierda, comenzó a pasar algunos apuros. Sobre los 78', fue Madrid quien no llegó a tiempo al cruce con Joao Villamarín en el borde del área; Loyola se sumó a la marca, pero el lateral recientemente convocado a la selección cometió penal. Seminario sí lo vio y Penco lo cambió por gol.

De repente, el Centro Nacional de Alerta de Tsunami podía empezar a registrar movimientos extraños en el Callao. Era fiesta, era meta cumplida. No obstante, al frente estaba Cristal, que puede resultar apático en algunos partidos cuando no tiene a sus principales piezas, pero que de cuando en vez saca a flote recursos de equipo grande. El cuadro cervecero se acordó de que sumar también era una opción para llegar con espíritu erguido a la final, así que al minuto de tiempo adicional un centro de González -bueno, finalmente funcionó como lateral- encontró a Irven Ávila libre para definir de zurda, luego que Fuentes calculara muy mal la trayectoria del balón.

La parte final fue más de desesperación que otra cosa en el banco rosado: Villamarín, goleador y figura, pisaba la línea lateral luego de ser sustituido por Eduardo Uribe, pues quería ingresar a la cancha a celebrar. Al otro lado del banco de suplentes, Cristal estaba pensando en Alianza Lima, así que no había opción al reproche de ningún lado. Sin embargo, los focos tras el pitazo final de Seminario fueron hacia tienda rosada. Manzo se enfundó en un abrazo largo con su asistente Juan Alayo, mientras las risas eufóricas de algunos jugadores se apoderaron de la tarde en el Nacional.

Ýtalo Manzo fue presa de los principales abrazos tras la clasificación rosada. El DT nacional logró lo impensado. (Foto: Prensa FPF) 

Boys dependía de sí mismo para volver a un torneo internacional y lo logró; y una pantera de peluche tirada en el sector Norte del estadio Nacional rompió de pronto las leyes de la física e hizo una mueca de alegría. Por su parte, Cristal dependía de nadie para acabar como líder del acumulado, pues ese lugar lo tenía ganado con 24 horas de antelación tras el empate de Alianza Lima ante Cienciano. De allí que todos en el Nacional hayan terminado satisfechos, como cuando una alegría ajena se hace esperar demasiado y todos quieren compartirla.

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La ficha del Cristal 1 - Boys 1

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