Ilustración: Lenin Auris / DeChalaca.com

La última gran versión memorable de Universitario de Deportes fue la de 2009. Aquel equipo de Juan Reynoso que se hizo campeón ganando ida y vuelta en finales ante el clásico rival, y que de principal sello tenía una solidez defensiva encomiable. El líder futbolístico de aquella zaga era Carlos Galván. Desde entonces, el cuadro merengue ha probado con numerosos centrales que siquiera pudieran acercarse al nivel del defensor argentino, pero no fue sino hasta la llegada de Federico Damián Alonso Delmonte (Montevideo, 4 de abril de 1991), que la sensación de que un caudillo al fondo tiene al equipo bien protegido se reactivó.

En el Alberto Gallardo, la 'U' ganó, gustó y goleó; pero atípicamente para una goleada de esas proporciones, el mejor del campo fue Alonso. No solo por el gol de furibundo derechazo a un balón suelto en el área que representó el segundo tanto de su equipo, sino porque además dotó de una seguridad tal a la zaga que sus compañeros se contagiaron para seguir en búsqueda de más. Con el uruguayo se cumple aquel viejo adagio de que un equipo se arma de atrás para adelante: en gran parte gracias a él, el campeón de la Fase I es un once efectivamente sólido.

Ilustración: Lenin Auris / DeChalaca.com


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