Real Garcilaso - Gálvez: Realmente cómodo
Sin necesidad de desplegar lo mejor de su fútbol, Real Garcilaso le ganó fácil al colero Gálvez. El 3-1 inscribe al equipo de ‘Petróleo’ García como el primer clasificado peruano a la Copa Libertadores 2014.
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El capo: Polifacético
Jhoel Herrera está acostumbrado a jugar de marcador derecho. Es su posición natural: es veloz, tiene marca y salida, sabe posicionarse y sabe centrar. Sin embargo, esta vez arrancó de carrilero derecho, una posición que le permitió trepar más por su banda y ser parte del ataque. De esta manera, ‘Aceituna’ sacó muchos centros -incluido el del gol de Montes- y puso su cuota en el marcador: un golazo de pierna izquierda desde larga distancia. Claro está que Herrera puede ser útil de varias maneras.
La clave: ¿Miedo a la humillación?
Gálvez fue un muerto deambulando por la cancha durante 70’. Le dio un partido fácil a su rival, cediendo muchos espacios y con una defensa no solo desordenada, sino convaleciente. Con el tercer gol de Ramos, la goleada sellada y los tres puntos en el bolsillo, Real Garcilaso, ya con diez en cancha, empezó a complicarse al mismo tiempo o que Gálvez empezó a jugar. Por primera vez en el partido, Sergio Almirón apareció para cabecear mal, pero cabecear al fin. Medina y Tejada añadieron presión y asustaron más de una vez a Diego Carranza. Finalmente, el propio Medina clavó un gol que no servía para remontar un partido como este, pero sí como canal para liberar la rabia de un equipo que, jugando así, está condenado a descender.
La calamidad: Sin Peña ni gloria
Un equipo con todas las cartas para descender no debería empezar sus partidos con tácticas defensivas. Eso hizo ahora -como tantas otras veces- el cuadro de la franja. Parte de esa desidia y falta de interés por el triunfo se debe al bajo nivel de sus jugadores, entre ellos el lateral derecho John Peña. Si bien varios estuvieron más que desaprobados en términos de desempeño, Peña resaltó por ser nulo en el ataque y casi igual en defensa. Santillán lo pasó como a un cono y fue de los más desordenados de la defensa galvista.
El duelo: David contra Goliat
Como volante, Herrera tuvo mayor vocación de ataque que de marcador, lo que lo obligó a remitirse a sus inicios en el fútbol -cuando era delantero en Yurimaguas- y regatear más que lo usual para superar defensas. Su rival de turno fue Wilder Torres, quien no representó molestia alguna para el ‘2’. El avance por la banda derecha fue pan comido para Jhoel, quien pocas veces notó siquiera que había alguien marcándolo. No en vano el lateral izquierdo fue relevado a los 34’.
El tapadón: Una verdadera perla
Con tres en contra, Gálvez andaba muerto en la cancha y solo Reyes podía evitar que el desastre se ampliara. En una pelota sin peligro a más de 40 metros del arco, Ramos metió un zapatazo que el meta galvista despejó con mucha habilidad para evitar un golazo más y con ello la humillación.
La joyita: Soberbio
Iniciado el segundo tiempo, Gálvez tenía la obligación de salir a buscar el resultado a como diera lugar. Sin embargo, a los tres minutos Jhoel Herrera demostró que con la zurda también sabe: se perfiló y metió un bombazo que Reyes jamás habría podido tapar.
El cambiazo: Con estilo propio
A pesar de lo fácil que le estaba siendo controlar el partido y lo relativamente simple que fue anotar dos veces, Real Garcilaso no jugaba bien. Su fórmula fue siempre la misma: centro al área a buscar el oro. La mayoría de veces, como suele suceder con muchos laterales peruanos, los centros fueron más una forma de sacarse la responsabilidad que de buscar una cabeza que sellara la jugada. El ingreso de Fabio Ramos fue -o tal vez simplemente resultó siendo- un canal para buscar el partido de otra manera. Con pases por el piso y más creatividad que otra cosa, el ‘Pitu’ intentó hacer las cosas de manera distinta con algunos remates de larga distancia. Al final, un desvío después de un tiro libre le dio la goleada y su participación en el marcador.
Kazuki Ito: Ni fu ni fa
Se esperaba un partido fácil para Michael Espinoza. En la previa, Real Garcilaso se perfilaba como un claro dominador del resultado ante un Gálvez sin opciones. En la práctica, eso no le fue tan fácil a los locales y hasta se complicaron con la expulsión de César Ortiz. Se vieron varias amarillas, pero salvo una a Ferreira que fue un regalo del réferi, los desaciertos no se hicieron costumbre en el partido.
Fotos: Vanessa Álvarez Sancho
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