Foto: Luis Chacón / DeChalaca.comCienciano sorprendió a la San Martín y obtuvo un 0-1 que fue un justo premio al orden y a la convicción que imprimió en el Alberto Gallardo. Los dos equipos cerraron su participación con las manos vacías, pero cumplieron con sus objetivos anuales.

 

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El capo: Montaño que mueve montañas

El partido no tuvo un destacado excepcional debido al bajo ritmo con el que se jugó. Sin embargo, el colombiano Jhonnier Montaño fue quien marcó la diferencia en el mediocampo al tratar de asistir a sus compañeros de manera ingeniosa y apilando rivales para jalar marca de los delanteros, sumándole así un poco de espectáculo a un cotejo de corte muy discreto. Además, intentó movilizar a su equipo, que lucía muy estático y no se esforzaba de cara al gol.

La clave: Goles que no haces

El colombiano Luis Perea encara a Manuel Ugaz que durante el partido tuvo pocos contratiempos para frenar al delantero de la San Martín (Foto: Luis Chacón / DeChalaca.com)Suena repetitivo pero casi siempre se suele cumplir esta premisa futbolística. Cienciano apenas si se acercó al arco de Ricardo Farro en contadas ocasiones, pero fueron suficientes para que, a la tercera llegada, Diego Virrueta logre poner en ventaja a su escuadra. La San Martín, por su parte, se encargó de fallar goles especialmente en los pies de Luis Perea, quien a los 42’ tuvo para poner la paridad pero definió muy despacio. Ya con el resultado a favor, los cusqueños se replegaron en el complemento y esperaron para contragolpear. Mientras tanto, los albos tuvieron hasta seis oportunidades para concretar pero carecieron de definición. Al final, ganó quien aplicó mayor efectividad bajo los tres postes.

La calamidad: Café amargo

El colombiano Luis Alberto Perea tuvo una tarde para el olvido. Siendo la mayor carta de gol del conjunto de Santa Anita, desperdició hasta tres oportunidades claras de gol que pudieron cambiar la historia del partido. Perdido en su individualismo de querer resolver por sí mismo, ‘Coroncorito’ trabó el partido en ataque y dejó que se pierda la sorpresa en ofensiva.

La joyita: Una pirueta para Virrueta

El final de la primera etapa trajo la única anotación del partido luego de un doble remate de Diego Virrueta para darle el triunfo al cuadro imperial (Foto: Luis Chacón / DeChalaca.com)A los 40, Diego Virrueta logró penetrar en el corazón del área de la San Martín y sacó un derechazo que Farro no pudo contener. Luego del rebote, un defensor santo falló en su intento de despejar y ahí estuvo otra vez el atacante cusqueño para -con pierna cambiada- meter el zurdazo colocado al palo más lejano del arquero local. Un gol que imprimió perseverancia y decisión al momento de atacar.

El jugadón: El diferente

Cuando el partido parecía perderse en la monotonía, apareció Montaño para despertar a todos y hacer pensar que podía llegar el empate en cualquier momento. El ex Alianza Lima ingresó por la franja izquierda a los 63’y, tras un buen amague, superó a Cristian García para sacar el zurdazo. No obstante, apareció magistral Fernando Martinuzzi para tirarse abajo y negarle el gol al cerebral de los albos.

El tapadón: Sácale chispa al guante

La San Martín buscó salvar al menos el empate pero ni con el ingreso de Juan Diego Gutiérrez, que aquí intenta superar a Cristian García, pudo conseguir que el resultado se viera alterado en el Alberto Gallardo (Foto: Luis Chacón / DeChalaca.com)Corrían los 88’ cuando Juan Diego Gutiérrez abrió bien la cancha desde la izquierda para la trepada de Ronal Céliz. El ‘Bolo’ llegó embalado solo por la derecha y pisó el área para sacar un derechazo con intenciones de fusilar a Martinuzzi. Sin embargo, el portero sacó bien el guantazo y rechazó con lo justo ese balón que venía con mucha violencia.

El cambiazo: Siempre es tarde

Gutiérrez ingresó a los 78’ por Benjamín Ubierna y fue el último as que quemó Julio César Uribe en busca del empate. El ‘7’ de los blancos se instaló rápidamente como el más peligroso del elenco local, complementándose muy bien con Montaño para generar juego en ofensiva. Para su poca fortuna, y la de su equipo, apenas tuvo quince minutos para mostrarse y no pudo cambiar el resultado.

Kazuki Ito: El que ríe al último

Buena jornada arbitral para Manuel Garay y compañía. El principal no se hizo problemas y estuvo impecable en un partido que tampoco exigió demasiado. En la única jugada límite, que fue la expulsión de Martín Icart, a los 73’, estuvo bien ceñido al reglamento y aplicó sin titubear.

Fotos: Luis Chacón / DeChalaca.com

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