Foto: Prensa Juan AurichCuando el cero se cerraba en Olmos, Diego Manicero cambió la pasividad con la que jugó por el desequilibrio y marcó un doblete que le dio el 0-2 a León en un partido tedioso. Aurich sigue yendo de mal en peor y no encuentra su norte.

 

El capo: Maní doble

Después de algunas oportunidades malgastadas por los locales, León parecía conformarse con el empate luego de una mala semana. Sin embargo, cuando la colectividad no funciona, hay que apoyarse en las individualidades para sacar adelante el partido. Diego Manicero, como el inteligente tácticamente y de mejor pie, tuvo que aparecer cuando ambos equipos se encontraban dispersos en la cancha e hizo un buen gol yotro golazo que de nada sirvieron para cambiar el trámite del partido, pero sí del resultado.

La clave: Individualidades

El poco público en Olmos es clara consecuencia del momento aurichista. Esta vez no se llegó ni a los 600 espectadores. (Foto: Prensa Juan Aurich)Cuando los partidos se cierran, los equipos se desordenan y se hace imposible armar juego colectivo, las individualidades -y los más talentosos- deben salir a flote para que un equipo no se hunda. Lo hizo un poco Viza en Aurich en el primer tiempo, dando pases y pisando el área. Medio somnoliento, León deambuló por el partido sin proponer fútbol claro ni moverse ordenadamente. En eso, Manicero hizo uso de su habilidad y en 10 minutos marcó dos goles de buen corte que pudieron más que todos los intentos del partido.

La joyita: Uno, dos, tres deditos

Gol para pintura. Manicero avanzaba solo por el medio a los 83’. Vio a Delgado adelantado y con un remate con el borde externo le dio el efecto necesario para que pase por el palo que el portero rimense había cubierto bien. De los mejores (o tal vez el mejor) gol de la fecha.

El tapadón: Lo que pudo ser

El partido fue desordenado y la gran diferencia estuvo en las individualidad. Por Aurich, Viza jugó bien pero no fue importante dentro del trámite, como sí Manicero quien se erigió con la figura en León. (Foto: Prensa Juan Aurich)El primer cuarto de hora fue de dominio claro para el local. Junior Viza fue el jugador que más aportó al ataque y tuvo más de una situación clara frente al arco. En una, recibió un centro desde la derecha que lo dejó a menos de cinco metros de Rivera y con el arco más grande que nunca. Eligió su palo y el arquero colombiano se estiró para sacar un gol cantado. Más que por la estética, la tapada fue de lo más importante en el partido por lo que pudo ser: el gol hubiera inclinado la balanza para Aurich en el momento en que presionaba constantemente y pudo haber conducido a otro partido.

La calamidad: ¿Dónde estabas?

Roberto Ovelar entró a la cancha para darle a Aurich un ataque más concreto. Sin embargo, el reemplazante de Arismendi no estuvo en su mejor día y un poco más y se escondió de la pelota. Si bien no tuvo con quién asociarse o alguien que le sirviera una buena asistencia, tampoco supo recogerse para apoyar en la creación.

El cambiazo: Cambio regresivo

Arismendi apareció con breves chispazos, pero su salida por Ovelar hizo que la poca claridad para generar peligro se esfumara por completo. (Foto: Prensa Juan Aurich)José Mari Bakero quemó sus tres cambios con jugadores que, lejos de no aportar nada al trabajo colectivo, lo boicotearon. Viza fue el mejor jugador del primer tiempo y estuvo cerca de marcar. Junto con Merino, los volantes eran la carta de Aurich para desequilibrar la cancha y poner el partido a su favor. Sin embargo, ‘Cuchara’ se quedó en los vestuarios al inicio del segundo tiempo; Merino no apareció totalmente y también fue cambiado. El ‘Ciclón’ jugaba mejor que su rival y tenía más posibilidades de llevarse los tres puntos, pero los cambios lo alejaron de ese camino por completo.

La cancha: Apóyame

Aurich no encuentra su rumbo en este Descentralizado a pesar de que su plantel no es para nada corto. En la semana tampoco le fue bien en Colombia y eso se traduce en la asistencia de los hinchas. En un estadio chico como el de Olmos, hoy no fueron ni 600 personas (592 exactamente, según la ADFP). Sin embargo, no es excusa: el hincha tiene que estar siempre.

Kazuki Ito: Es importante no verlo

A diferencia de los jugadores, el árbitro es el único en la cancha que, cuando se hace invisible, todos estamos contentos. Por lo general, y como ocurrió hoy, esa invisibilidad se debe a un partido poco trabado y sin mayores incidentes. Un par de amarillas sacadas por Eduardo Chirinos es la prueba de que la terna no tuvo problemas.

Fotos: Prensa Juan Aurich

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