San Martín - Gálvez: Cachetada con cola
En un vibrante partido, San Martín era goleado sin misericordia por Gálvez en el Grau. La reacción alba selló el primer 3-5 en 17 años en el fútbol peruano y evitó una goleada de proporciones, aunque eso no disimula la crisis en Santa Anita.
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El capo: Le puso salsa
Ricardo Salcedo fue la sorpresa en el encuentro: El volante se comió la cancha: anuló, junto a Cevasco, la sociedad Montaño-Marinelli y, además, coronó su gran actuación con dos buenos goles. Fue, en resumida cuenta, la mejor actuación que se le ha visto al jugador en mucho tiempo y se espera que siga por el mismo rumbo.
La clave: Cuando sabes y no sabes que hacer
San Martín tuvo un pésimo primer tiempo. El ‘Maño’ Ruiz prefirió colocar a Carlos Marinelli -que no venía con ritmo-, además de los juveniles Álvarez y Gambetta, y la sensación fue que se veía un equipo sin líder, rumbo ni ideas. Además de las lesiones ya conocidas de Fernández y Ballón, el colombiano Luis Alberto Perea jugó en la reserva por no pasar por un buen momento, lo que en la praxis se tradujo en la disposición de un equipo nuevo.
Por el otro lado, lo de Gálvez fue notable. El equipo jugó en primera y de memoria, lo que complicó en todo el partido a los albos, algo que se refleja claramente en el marcador. Si bien San Martín pudo llegar a empatar en los 20 minutos finales, Gálvez pudo anotar unos dos o tres goles más; no obstante, Claudio Velázquez no estuvo en su tarde.
La calamidad: Es Corzo, pero no de Wong
Aldo Corzo fue un fantasma en el partido: deambuló y no colaboró en ataque ni en defensa. Sufrió cuando el 'Maño' Ruiz cambió de 4-2-3-1 a 3-4-1-2 con los ingresos de Durán y Soto, en vista de que no está acostumbrado a jugar de stopper. Sin embargo, antes de la modificación de sistema su producción también había sido nula.
La joyita: ¡Fue lo 'Maxi', Montaño!
Un verdadero golazo por la jugada previa: a los 84’, Montaño estuvo hasta 15 segundos con la pelota, parado, con marca encima, y aun así, se dio lujo de meter un taco para que Maximiliano Giusti, el joven delantero albo, definiera a placer con zurda. Si Montaño jugara los 90 minutos así, definitivamente no estaría en el Perú.
El jugadón: El chato que no arruga
En los últimos minutos del partido, donde el desorden reinaba y poco fútbol podía verse entre el mar de camisetas que atacaban y defendían, apareció Carlos Barrena: el menudo volante no le corrió a la responsabilidad de mantener la pelota alejada de su arco lo más que pudiera. A los 90', se encargó de mandar la pelota al palo cuando Farro ya estaba vencido tras un remate potente. En la jugada previa hizo todo bien: desmarcarse, tocar y seguir la jugada.
El duelo: Ataque y defensa
Definitivamente el duelo fue entre Maximiliano Giusti y Andrés Salinas. El delantero albo se las ingenió para llevar peligro en contadas ocasiones -los volantes no lo alimentaron como era debido-, mientras que el defensor colombiano estuvo atento, sobre todo en el primer tiempo, para no dejar solo al joven atacante. Al final, el defensor terminaría ganando el partido y gustando más.
La frase: Verdad nada flaca
El ‘Flaco’ Eduardo Malásquez tuvo una excelente frase al término de la transmisión de GolTV: ¿jugaste o alineaste? Hubo algunos jugadores de San Martín que alinearon, mas no jugaron. Corzo, Maga, Gambetta, Álvarez y Marinelli dejaron mucho que desear, sobre todo en términos de ganas. El argentino fue quien más sufrió para meterse en la dinámica que el partido requería. A trabajar, muchachos.
La cancha: Como ya es costumbre
Nuevamente el aforo es noticia en un partido de San Martín. Para el escandaloso resultado, hubo 496 espectadores con suerte que se ganaron con un gran partido; sin embargo, de estos, sólo 93 fueron pagantes. Sí: ¡403 invitados!
Kazuki Ito: A la altura
La actuación de Fernando Legario fue muy correcta, sobre todo pues hizo gala de lo que siempre se pide: hacerse respetar. Expulsar a Carlos Marinelli por faltarle el respeto y mostrar amarillas con coherencia fueron las dos principales virtudes en su accionar. Sin embargo, la puntuación de 14 va por el trabajo de los árbitros asistentes, quienes se comieron un claro penal a favor de la San Martín en el ocaso del partido. De cobrarlo pudo haber sido gol: un 4-5 a falta de 10 minutos. ¿Habría sido distinto, no?
Fotos: Luis Chacón / DeChalaca.com
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El futbol necesita instituciones con arraigo, representatividad de colectivos, historia, logros y por supuesto taquilla. Ninguna la tiene la San Martin, club que solo existe por la criollada de gente que la he hecho creer al rectorado que el futbol es negocio.
A ver si publican mi comentario, que es el sentir de muchos peruanos con derecho a opinión.