Cienciano - Gálvez: Rojo y cojo
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El capo: Mil pulmones
Lo de Edwin Retamoso no es novedad: no solo corre y marca, sino que también habilita y maneja los tiempos del cuadro imperial desde la medular. En un partido de ida y vuelta, el abanquino se encargó de poner la pausa y frenar las embestidas galvistas.
La clave: El toque final
Lo que faltaba al partido no eran ocasiones claras: Rivero tuvo una a los 6’, pero no la concretó, y llegó Damián Ísmodes para adelantar a los imperiales tras pase de Cáncar. De ahí, Gálvez estuvo obligado a adelantar líneas y, de contragolpe, creó bastante peligro pero sin lograr ese bendito toque final.
La joyita: ¿La mano del técnico?
Le anularon un gol nada más ingresar por fuera de juego de Leguizamón, pero el uruguayo Enzo Scorza estaba encendido y, a los 72’, dio la media vuelta y fusiló a Daniel Reyes para cerrar el partido: el ‘charrúa’ le cambió la cara al ataque cusqueño y finiquitó las chances galvistas de sacar un punto.
El tapadón: Rey sin corona
Uno de los que se salvó en la horrible racha negativa porteña fue Daniel Reyes: el arquero fue el perjudicado por una defensa improvisada. A los 60’, Rivero acertó la única del partido, pero ahí apareció la ‘Pantera’ para, en doble intervención, apagar el grito de gol de los imperiales.
La calamidad: Chimpún volteado
La misión del delantero es meter goles: Leonardo Rivero las tuvo todas y todas las erró. La hinchada cusqueña se enojó con Arias, cuando fue Cáncar quien salió a los 62’; cuando, a los 70’ el uruguayo fue reemplazado por su compatriota Scorza, llovieron los aplausos pero en contra del ariete, quien respondió a la hinchada con groseros gestos. Sus horas parecen contadas en la tierra imperial.
El estadio: El candado del mundo
En Cusco se sabía que llegar a la Sudamericana era una proeza casi imposible, y estaban contentos con la permanencia, tras un año irregular. El Garcilaso de la Vega se despedía de los colores rojos y llegó una regular cantidad de hinchas: 3253, según reporte de la ADFP.
Kazuki Ito: Sin penal, ni gloria.
Empezaron bien Georges Buckley y su cuarteta, arrancando exacto a las 15:30, pero el juez estuvo muy flojo a la hora de las jugadas polémicas: erró al no cobrar un penal de Raúl Penalillo a Junior Aliberti cuando el marcador iba 1-0, y anuló un par de goles a los rojos que dejaron dudas.
Fotos: José Carlos Angulo
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