Foto: Pedro Monteverde / DeChalaca.comBinacional cayó 2-0 ante Alianza Lima en Matute, pero se alzó con el título de la Liga 1 2019 gracias a la goleada de la ida. Los de Roberto Mosquera fueron superados en el juego, pero su orden defensivo y la mala puntería íntima convirtieron al cuadro de Desaguadero en el primer campeón nacional de la Región Puno.
Manolo Núñez | @Manolonf
Columnista Editorial

En una final de 180 minutos, a Binacional le bastó ser superior durante una hora -lo que fue el partido de ida en Juliaca luego de la expulsión de José Anthony Rosell- para convertir por primera vez a un club del Altiplano peruano en campeón nacional. En Matute, en un estadio abarrotado desde muy temprano, el equipo de Roberto Mosquera supo defender la ventaja de la ida ante un Alianza Lima que se chocó con sus propias limitaciones creativas y la falta de tesón de varios jugadores.

La ventaja del 4-1 marcó el trámite de todo el partido, e incluso desde antes. La tensión era fuerte en Matute e incluso las muestras de apoyo escondían una preocupación ante la difícil tarea que tenía por delante el cuadro blanquiazul para hacerse del título. La semana estuvo cargada de un comportamiento lamentable del cuadro victoriano, comenzando con las protestas y los absurdos pedidos de nulidad pospartido jugado en el estadio Guillermo Briceño Rosamedina hasta llegar a los malos hinchas que reventaron cohetes en las inmediaciones del hotel Meliá en San Isidro a las 3 de la mañana la madrugada previa al choque de vuelta. Pareciera que todo el buen trabajo que ha hecho Alianza en lo institucional durante el año se hubiera querido borrar en una semana a puertas del partido por el que tanto se había remado en La Victoria.

A los blanquiazules, de hecho les faltaba el trámite más complicado; y para ello, Pablo Bengoechea apostó por un 4-cuadrado-2 que tuvo como novedad a Héctor Salazar como primer central. Aldair Fuentes y Luis Ramírez formaron la primera línea de volantes, aunque 'Cachito' por momentos ocupaba la posición de media punta y se formaba un 4-2-1-3 con Felipe Rodríguez retrocediendo unos metros y Kevin Quevedo entrando a formar parte de los delanteros. Esa confusión táctica hizo que Alianza durante los primeros 20' se perdiera en un intento de elaboración que se rompió cuando Salazar mandó el primer centro frontal que causó algo de nerviosismo en la zaga de Binacional.

La lluvia de centros al área fue la constante del partido. Acá Araujo descuelga el balón ante la carga de Balboa y Federico Rodríguez. (Foto: Álex Melgarejo / DeChalaca.com)  

Roberto Mosquera intentó salir a jugar y presionar el medio, algo que logró alejar a Alianza del área celeste en esos minutos. El 4-2-3-1 del 'Poderoso del Sur' se volvió rápidamente un 4-línea-2, con Donald Millán tirado a la banda derecha y Marco Aldair Rodríguez y Andy Polar como opciones de delanteros que poco hicieron ante los centrales íntimos. Quevedo fue la primera opción que intentó el cuadro de Bengoechea para salir, pero el escenario y la misión le quedaron grandes y fue derrotado siempre en el uno contra uno ante Jeickson Reyes.

Pero con el guion retomado, Alianza comenzó a llegar a partir de centros y tuvo una insuperable ocasión para abrir el marcador cuando un balón suelto le quedó a Federico Rodríguez, quien la mandó afuera. Fue el preámbulo del discreto partido que terminó teniendo el uruguayo. A partir de una jugada similar llegó el gol de 'Cachito' Ramírez, quien de cabeza y tras un rebote logró vencer finalmente a Alexander Araujo. En general, el portero de Binacional no tuvo mucho trabajo, pero consumió la paciencia de los asistentes a Matute por el excesivo tiempo que se tomaba para poner la pelota en juego.

Aunque la amarilla debió llegarle a la 'Pantera', el árbitro argentino Patricio Loustau no lo amonestó. El réferi, por cierto, estuvo correcto desde el punto de vista en que le dio fluidez al juego, pero se mostró algo apurado con las amarillas en algunos casos, especialmente en la mostrada a Fuentes. Dejando eso de lado, Loustau señaló el camino que los árbitros peruanos deben seguir para apoyar a la mejora del espectáculo: dejar jugar y no "sacarse el problema de encima", en determinadas ocasiones, es algo que el fútbol peruano requiere a gritos para volverse más competitivo.

El cabezazo de Luis Ramírez abrió el camino del arco celeste. Sería insuficiente. (Foto: Álex Melgarejo / DeChalaca.com) 

El primer gol dejó a Alianza con la tarea todavía por hacer. Bengoechea dio ingreso a Rinaldo Cruzado por un flojísimo Kluiverth Aguilar, a quien el partido también se le hizo grande, aunque seguramente el fútbol le tendrá deparada una revancha en el futuro mediato. Con 'Ri' en cancha, los íntimos se hicieron dueños del partido y del mediocampo ante un Binacional que ya para ese momento había decidido defender muy cerca de su área.

No obstante, el nerviosismo les jugó en contra a los íntimos, quienes carecieron de ideas y no pudieron llevar el juego a las bandas, como quizá era la idea original de Bengoechea. Joazhiño Arroé ingresó sorpresivamente por 'Felucho' Rodríguez para aportar más juego y opciones de centro desde la banda, pero cayó en la repetición. Si bien lo que hacía Alianza era reiterativo, igualmente Binacional no daba a esas altura sensación de solidez. Mosquera fue cauteloso en no mover a su equipo hasta los 74', cuando retiró a un intrascendente Millán para sumar a otro defensor como el también colombiano Ramón Córdoba. Solo 3 minutos después llegó el segundo tanto de Alianza, vía un autogol de John Fajardo.

Mosquera no demoró, entonces, en hacer un cambio más. Ingresó Héctor Zeta por Rodríguez en un intento de no permitir que Alianza lo encerrara más en su área, plan que le resultó hasta cierto punto. Antes Bengoechea había metido al último hombre ofensivo que tenía en el banco, Adrián Ugarriza, quien se tiró a la banda derecha para reemplazar a Quevedo. El apuro y la presión desbordaron a los íntimos mientras que Ángel Pérez ingresó a falta de 5' para controlar la banda de Francisco Duclós y Arroé.

El autogol de Fajardo instaló la tensión en el tramo final del encuentro. (Foto: Pedro Monteverde / DeChalaca.com) 

Pese a la falta de ideas y lo poco claro que fue Alianza, sobre el final tuvo el tercer gol a disposición en una jugada en la que Salazar conectó un balón hacia el centro del área. Inexplicablemente, Federico Rodríguez conectó mal el esférico y lo mandó por encima del arco de Araujo. Esa sería la última chance del local para forzar la prórroga. Binacional resistió los últimos minutos para coronarse finalmente campeón de la Liga 1 por primera vez en su muy corta historia en la máxima categoría del fútbol nacional: apenas le tomó un año, diez meses y diez días consagrarse, un récord absoluto que quedó exactamente un mes y un día por debajo del impuesto por el recordado Deportivo San Agustín de 1986 -que, coincidentemente, también se alzó con el título en una final a costa de Alianza Lima-.

Si bien no fue su mejor partido, los de Desagüadero fueron los más regulares a lo largo del año y tuvieron en la figura de sus técnicos Javier Arce y Roberto Mosquera a dos líderes que los mantuvieron siempre a la vanguardia del torneo por encima de clubes como Alianza Lima o Sporting Cristal que cuentan quizá con mejores planteles. La gloria se fue para la nación aymara, allí donde en una conurbanación binacional erigida en la frontera entre Perú y Bolivia llamada Desaguadero nació en 2010 el último campeón de una década que supo ver, por primera vez, a tres equipos del interior del país obtener un título nacional.

Los Goles

Fotos: Pedro Monteverde, Álex Melgarejo y Fabricio Escate / DeChalaca.com


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La ficha del Alianza Lima 2 - Binacional 0

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