Pedro Aquino: Aquí no hay discusión
Kenny Romero | @kenny_romero Director Periodístico |
Su primera gran aparición llegó con una adversidad bajo el brazo. El Cristal de Ahmed se fue a la tanda de penales ante Paranaense, en la Primera Fase de la Libertadores 2014, y Pedro Jesús Aquino Sánchez (Lima, 13 de abril de 1995) fue el encargado de ejecutar el disparo definitivo. Aquella vez erró y su inexperiencia lo estigmatizó para mal por la eliminación copera. De allí en más, hasta antes de 2016, solo se supo de su regularidad en el Torneo de Reservas con casaquilla cervecera. Nada más.
Con ese perfil bajo, que a mucha gente no agrada, fue que Pedro Aquino saltó al firmamento en la presente temporada. Obviamente, no tenía la aprobación estimada como para un jugador que debe asumir el rol de liderazgo. Por no ser mediático y por los estigmas que siempre suelen hacer daño en la retina de los acuciosos. Con todo eso batalló el '5' cervecero, que supo retribuir la confianza de Mariano Soso a punta de rendimientos con escalas ascendentes.
Así, pues, de un momento a otro Pedro Aquino se convirtió en un jugador indiscutido en la primera línea de volantes, con grata aceptación por parte de su parcialidad y con un rendimiento acorde a las circunstancias de la realidad bajopontina; es decir, con aquella mística que en determinadas épocas se convirtió en idolatría por su máxima entrega y don de mando (pese a su juventud).
Con la casta de los Pedro Garay, Pingo, Rainer Torres o el mismo Josepmir Ballón, su complemento en la medular, solo por tomar como ejemplo a jugadores que fueron determinantes en los planteles de los últimos 20 años en La Florida. Claro, la diferencia con Aquino no solo pasa por la edad, sino también por su representatividad con Sporting Cristal: se trata de un jugador que pertenece al club desde los 9 años.
Este mediocampista que supo lidiar con todos los escenarios pasionales en su corta trayectoria futbolística, hoy por hoy es de los más destacados en el plantel del Cristal que supo dar la vuelta olímpica con el renunciante Mariano Soso. Los números de DeChalaca, desde luego, lo avalan: es el segundo mejor jugador celeste de la temporada, solo por debajo de Horacio Calcaterra y en igualdad de condiciones que su socio Ballón. Acumuló un total de 40 presencias (de los 48 que disputó Cristal) con la celeste en el Descentralizado, lo cual ratifican su rol de indiscutible en el Rímac.
Su nombre ya está en la historia de la 'Raza Celeste' a sus cortos 21 años. De más está decir que la estadía de Aquino en su casa deportiva, que lo cobijó desde niño, va a ser breve. Su paso por la selección peruana, en la segunda parte del año, y con rendimientos sobresalientes ante Bolivia, Argentina y Brasil son las más claras muestras de su progreso y proyección. Por ahora viene el disfrute por el título, luego debe seguir el sueño del bi y de una digna Libertadores, y tras ello su orientación debe estar enfocada en una pronta internacionalización. El tiempo, ese del que tantas lecciones recibió en su corta carrera, seguramente lo va a sorprender cuando menos se lo espere.
Foto: Pedro Monteverde / DeChalaca.com