Foto: bolognesifc.com.pe 

Extremo control defensivo y poca ambición de cara al arco rival demostraron Bolognesi y Alianza en Tacna para saldar un empate sin goles. Si Reynoso parece cuidar la cabeza y el margen que separa al cuadro rojo de la cola, el cuadro íntimo reafirmó la faceta que al parecer mostrará bajo el comando de Arrué: asegurar, ante todo, el resultado.

Hace frío por estos días en Tacna, según reportan todos quienes por allá van. Y los partidos que Bolognesi juega en las últimas fechas, generalmente, no aportan mucho más grados a ese clima. El ‘Cabezón’ Reynoso ha entendido que con un solo delantero es poco lo que podía hacer y desde la fecha pasada modificó su esquema a un 3-5-2 que suma a Junior Ross como acompañante de Cominges, pero con la fatal coincidencia de que mientras el moreno delantero hizo contra Boys y Alianza sus únicos partidos lucidos en el año, el ’Increíble’ ha estado con los chimpunes cruzados en esos dos cotejos. Ante su reciente ex club, Ross estuvo incisivo en el ataque tacneño, pero no fue bien acompañado por Cominges (Foto: bolognesifc.com.pe)Ante Alianza, Cominges trastabilló dos veces -una en cada periodo- cuando pudo dar el puntillazo final para sentenciar el partido. Pero a estas alturas de su carrera, la irregularidad es algo que Paul no está precisamente encaminado a superar.

Frío también es Alianza, adusto como la obra de su nuevo Miguel Ángel. Lo importante para el chileno, como asomó en Santiago ante Colo Colo y quedó claro ahora en la frontera sur, será el cerrojo: Jayo, Ciurlizza y Saritama entrampan el rombo defensivo y si atrás Arakaki y Salazar están en su día, como ante ‘Bolo’, no habrá mayores complicaciones que temer. Y claro, si adelante Benavides sigue extrañando Huaraz y Maestri se pierde esperando que alguno de los chiches y quiebres de Viza vaya hacia su cabeza, quizá la preocupación sea secundaria. Nadie discute el talento de ‘Cucharita’; pero, eso sí, Arrué tendrá que tener claro que no todos los ’10’ íntimos son iguales y si el esquema que está proponiendo requiere, como en el ’93, un Marco Valencia que juegue para todos menos para sí mismo, tendrá que echar una mirada al banco con urgencia.

Y si los íntimos meten su cuchara, Bolo tiene su ‘Cachito’. Yglesias fue otro que jugó contra su ex club, pero con la divisa aliancista (Foto: Radio Uno de Tacna)Ramírez también es un enganche que arma jugadas vistosas y quiere distribuir balones, pero su esfuerzo se entrampa en la limitada capacidad de proyección de Chumpitaz por el lado izquierdo -que Ísmodes no puede suplir del todo trabajando por esa banda- y solo encuentra correlato en las subidas de Uribe por derecha. Quizá el nuevo sistema de Reynoso requiera que Enio Novoa, lanzado a la titularidad para cubrir la posición de volante ancla, participe más en juego ofensivo, pues capacidad para desdoblarse parece tener.

En La Victoria, fielmente a la tradición que existe con cada joven con cierta dosis de talento surgido en el coloso del barrio, seguirán prendiendo velitas para que Manco, sea con la 25 de Jefferson Farfán o con la banda de capitán que absurdamente le entregó Ciurlizza en el último amistoso de Pucallpa, aparezca más que en los 23 minutos que pudo jugar en el Basadre. Durante ese lapso, hasta el insípido paraguayo Acosta alcanzó mayor protagonismo y pudo definir el partido con un cabezazo fortuito a 3’ del final; El 'Gato' Basombrío, con el dorsal siete, empata para Alianza en el debut de Arrué contra León de Huánuco en 1992 (Foto: El Comercio)un ex íntimo, Jesús Chávez, estuvo a tiro de hacer lo mismo para ‘Bolo’ en la última jugada, pero se quedó esperando que alguien le dijera que debía barrerse para alcanzar el balón que se perdía al saque de meta.     

Tantas ideas como frío, cero goles como calores. Nada por aquí, nada por allá. Arrué debutó en el campeonato sin convencer del todo, como cuando se estrenó en agosto de 1992 en Matute con un empate 1-1 contra León de Huánuco. Esa tarde, había sudado algo cuando Martín Dall’Orso había amenazado amargarle el debut a los 71’, pero volvió a la calma al ver a Carlos Basombrío empatar el partido cinco minutos luego. En el fondo de su zaga, un capitán que meses luego lo abandonaría también respiraba tranquilo: era Juan Reynoso, con la ‘3’ en la espalda. Por eso, a lo mejor, quince años después los equipos de ambos se miraron solo de reojo.

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