Cabeza arriba, cabeza gacha
Buen partido en el Callao, que se definió al final para los locales con dos cabezazos. Boys quiere salir de los puestos del fondo, y con Eusebio Salazar está encontrando su verdadera identidad, esa que sobrepasa su propia crisis. Remontó el partido a un Alianza Lima que va en caída. Los íntimos no tienen fuerza ofensiva y miran la tabla desde los últimos puestos.
¿Por qué fueron especiales algunos goles de 'Pepe' Soto a Boys?
Fotos: ANDINA, Abelardo Delgado / DeChalaca.com
Lo dijo Eusebio Salazar. Este es el Boys que la gente quiere ver. El que disputa los partidos con predominio del Factor H. Ajeno a todos sus problemas, juega cada vez mejor, buscando desentenderse de la baja. Desde que llegó Salazar al comando técnico, el equipo rosado ha mostrado una mejor cara. Esta vez le volteó el partido a Alianza en una gran reacción. Eusebio acertó con el ingreso de Ramón Rodríguez y en el Callao festejan. Que el festejo dure poco, porque el sábado hay fecha y la tabla todavía es dura: siguen últimos.
ERRE CON ERRE: REMONTÓ
Alianza había buscado todo el primer tiempo. Por sus imprecisiones o por las buenas salidas de Libman, no llegó al gol. Para el complemento tuvo que apelar a las proyecciones de sus laterales, pues Montaño no lució, bien marcado por la medular chalaca. Carlos Fernández se proyectó por izquierda y lanzó un centro que sorprendió a la defensa rosada. Wilmer Aguirre solo tuvo que añadirla.
Eusebio Salazar, que en ninguno de sus tres partidos en el Grau había caído en desventaja, movió rápido la banca. Salió el juvenil Núñez y entró Ramón Rodríguez. El recientemente recuperado delantero cusqueño fue fundamental para la remontada. Jaló marca y obligó a Alianza a guardar el resultado. Poco después de su ingreso, un contragolpe aliancista sorprendió a los rosados y Aguirre, tras esquivar a Libman, pateó muy suave al arco. Gianfranco Espinoza salvó el gol. Alianza perdonó; lo lamentaría más tarde.
Al parecer, Espinoza se agrandó con esa jugada, pues, a la postre, anotó el gol del triunfo. El empate había llegado tras un centro del trajinador Moisés Cabada. El árbitro Carrillo dio el gol al paraguayo Pérez, pero las imágenes televisivas demostraron que Arakaki desvió el balón en su propio arco. En todo caso, Alianza se vino abajo. Un posterior centro de Ruiz sorprendió a la defensa íntima, que dejó solo a Espinoza. Y la crisis ahora sí se escribe con mayúsculas en Matute.
ÍNTIMA PENA
A Alianza le cuesta mucho recibir un gol. Es conocido que no tiene delanteros: entró Benavides y lo más productivo que consiguió fue un saque de banda. Waldir siempre está en banca, nunca entra. Baylón, con sus declaraciones, parece haber lapidado su futuro inmediato. ¿Serna sigue? El único que suma es Wilmer Aguirre, pero con un gol no basta, como se demostró.
Alianza Lima tiene un grave problema. Su plantilla no está a la altura de luchar por algo más. Por eso, en una semana, perdió tres partidos, los tres casi sobre la hora. No es necesario un cambio de técnico: el equipo victoriano ya debería mirar al Clausura, pero ahora tendrá que preocuparse también por quedar en el grupo de los siete. ¿Hay algo rescatable? La aparición de algunos juveniles -fue el primer equipo en cumplir con la bolsa-. Hurtado, Mori o Molina podrían aportar algo a mediano plazo.
Aun pese a encontrarse en los últimos puestos, en tienda íntima no conviene dramatizar. Pero necesita un cambio general de indumentaria, no ir probando de a pocos. Por La Victoria debe comenzar a oler a renovación. Ya todos saben qué nombres están de salida.
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