¡Callaos todos!
Lo llamaban el candidato número 1 al descenso, el patito feo del Apertura, el peor equipo chalaco de la historia. Pero a este Boys no le importaron los adjetivos, sino lo sustantivo: con un penal de Lugo en el instante final, superó 1-0 a Cienciano en la mayor sorpresa de lo que va del torneo. Los cusqueños, archifavoritos, perdieron su primer partido del año.
Fotos: Abelardo Delgado / DeChalaca.com
El Callao vivía un verano desesperado. Un plantel remendado, un entrenador casi neófito y una dirigencia insensata hacían soplar brisas de descenso en el primer puerto. Se jugaba a la ouija y se invocaba a 'Beto' Levy. El estrepitoso debut en Huancayo solo inflamó la herida. En Boys no había nada a qué aferrarse.
¿EXAGERACIÓN?
Si lo de hoy ha sido un milagro es algo que no se pueda afirmar. La única certeza es que Boys fue mucho más equipo que lo que los vaticinios periodísticos auguraban; inferior a su rival, es cierto, pero supo equiparar el partido parándose con orden y jugando a la segura. No avasalló ni fue un dechado de virtudes; parecía, más bien, que el 0-0 le caía excelente. Había desplegado un gran esfuerzo en los noventa minutos, pero en el noventa y uno empujó un poco. Llegó la inocente infracción de César Ortiz sobre el debutante delantero paraguayo Carlos Alberto Pérez. Dos minutos después, Lugo aplicó, de penal, una vendetta a la altura de las circunstancias: en el último instante y ante su equipo de siempre.
Los 5 mil y pico espectadores que llegaron al Miguel Grau se lo merecían. Fueron los únicos que creyeron. Esta noche es solo para los hombres de buena fe.
¿IRRESPONSABILIDAD?
Cienciano creyó que la visita al Callao era un paraje de descanso en su maratónico cronograma. Fatal error. Alineó con tres al fondo para darle absoluta libertad de proyección a Guizasola y por ahí se pasearon Cabada primero y Vildoso después. Su línea de contención anduvo estática, buscando un creador al cual marcar; y Montenegro, que asumió esa función, se despegó de Bazalar y Ortiz, se apoderó del bando derecho y desde ahí llegaron pelotazos y remates que apuraron a la zaga cusqueña y su arquero Flores. La delantera imperial anduvo confundida entre la infeliz noche de Vasallo y la desubicación de Portillo (tres goles y unos 85 offsides en lo que va del certamen). Chiroque y Julio García, desaparecidos. Y Sawa, que ingresó recién a los 62’, se hizo extrañar tanto como si no hubiera jugado un solo minuto.
En el trámite, Cienciano tuvo la iniciativa. Menos no podía esperarse, pues cuenta con un plantel ampliamente superior en calidad y cantidad. Pero no se tomó en serio el encuentro. Se aburguesó. Perdió su primer partido oficial de la temporada y queda claro que estos tres puntos van a dolerle al final. ¿Sus rivales directos dejarán también unidades en el Miguel Grau? La palabra la tiene este nuevo Boys, equipo pobre, pero honrado.
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