La Resaca: Estado de suspensión

Estado de suspensión (Parte 1): Una cuestión de voluntad
Acá no se trata de criticar que las autoridades (como el Ministerio del Interior) pidan las garantías de seguridad para la realización de un espectáculo. Lo criticable de la suspensión del Universitario - Gálvez es que se haya dado por falta de criterio de los encargados de velar por la seguridad, al no poder solucionar con Universitario la falta de un documento subsanable (el compromiso de seguridad de los propietarios de los palcos del Monumental) y que podía conseguirse con rapidez con un poco de voluntad y ganas de querer realizar el espectáculo. Un partido que no representaba alto riesgo por la poca cantidad de gente que iba asistir al estadio -hablamos de menos de 10000 personas- y cuya asistencia iba a representar casi exclusivamente a un equipo, tenía que realizarse si se contaba con la cantidad de efectivos policiales para el control de la barra de Universitario.
Con esto no se quiere decir que la falta del documento de seguridad en los palcos del Monumental no esté mal ni que el club no tiene la culpa final de la suspensión. A lo que se va es a la voluntad del Ministerio por solucionar las cosas. Realizar un par de llamadas telefónicas o coordinar una reunión con los representantes de los palcos y los directivos de Universitario posiblemente solucionaban el asunto y no se habría tenido que recurrir a la suspensión. Si antes se pudo jugar partidos en el Monumental, es porque ya se había tramitado el documento requerido por el Ministerio. No era imposible conseguirlo pero cuando no hay voluntad de hacer las cosas, ni criterio, es imposible dar soluciones rápidas.
Estado de suspensión (Parte 2): Estupidez tras estupidez
Un nuevo partido suspendido en el fútbol peruano por actos de violencia. Un nuevo espectáculo que se ve paralizado por acción de un grupo de vándalos y perturbados mentales que no pueden controlar su ira y solo atinan a realizar actos de violencia para demostrar su disconformidad con la actuación arbitral. Lo ocurrido en Arequipa no es un hecho aislado sino repetitivo que se produce porque la misma sociedad peruana es violenta, pero por sobre todo porque reina la impunidad. A la gente no le interesan las repercusiones de sus actos violentos; al contrario, son vistos como gracias y no despiertan el menor sentimiento de culpa. ¿Por qué decimos eso? Pese a las advertencias que se hicieron en Arequipa tras la agresión que sufrió el juez asistente Víctor Ráez para evitar que se sigan tirando proyectiles, a un estúpido le importó un comino y a los pocos minutos lanzó una piedra de tamaño considerable.
La única manera de parar con estos actos es identificando a los responsables directos y no generalizar a todos los hinchas. Es necesario que los clubes firmen acuerdos donde se hagan responsables de contar con un sistema de seguridad particular en el estadio para que, en caso de producirse hechos violentos, los responsables de los actos vandálicos sean atrapados y posteriormente sancionados. Pero estas sanciones solo se podrán lograr si los encargados de gestionar el fútbol en el Perú (sí, Burga y compañía) asumen de una vez por todas sus responsabilidades de administración y se deciden por implantar normas y leyes que se cumplan en el balompié nacional.
Alianza para el mal cambio
Alianza recibió su segunda goleada en el campeonato (sí, la primera fue el 1-4 ante Inti Gas en el Miguel Grau) y la primera goleada a manos de la Vallejo. Los aires en La Victoria no cambiaron para bien pese a que los jugadores dijeron durante la semana que trabajan más sueltos y con mejor ánimo tras el cambio de técnico. La dura caída ante el cuadro poeta no fue una derrota más para los blanquiazules debido a que el juego exhibido fue paupérrimo, sobre todo el de la defensa, sector en el que las desconcentraciones estuvieron a la orden del día pese a que el equipo jugó con su bloque posterior titular. Además, a falta de siete fechas para el final del torneo, los íntimos están a diez puntos de Real Garcilaso en una remota opción por luchar por el título y a ocho de Cristal en su lucha por la Copa Libertadores. Pero no solo eso. La derrota ante los trujillanos los ha colocado a dos puntos de perder su cupo a la Sudamericana debido a que Cienciano sumó 51 unidades e incluso el renovado Aurich se sumó en la pelea al ponerse a cuatro puntos.
Por más que Wilmar Valencia decidiera dejar el club, la dirigencia del cuadro blanquiazul pudo hacer algo más para respaldar al técnico y pedirle que se quedara a final de temporada. Aun cuando la relación con un grupo de jugadores estaba rota, la institución es lo que debe primar por encima de los problemas, y mucho más cuando Alianza está peleando por el objetivo de clasificar a un torneo internacional en un año clave para su estabilidad. Cortar a estas alturas un proceso que mal que bien trajo consigo estabilidad y disciplina en Alianza es, a todas luces, perjudicial para el equipo porque genera incertidumbre para encarar lo que resta del Descentralizado. Por más que algunos hinchas puedan sindicar que este fue solo un tropiezo en el debut de Francisco Pizarro como técnico, queda preguntarse si ‘Panchi’ puede lidiar con la presión de tener que mantener al equipo en puestos de clasificación a un torneo internacional pese a tener el apoyo de Miguel Ángel Arrué, una cara conocida en el club. Y con esto no se trata de desacreditar a Pizarro o Arrué. Lo que se busca es cuestionar el momento en el que se dio un cambio de timón en Alianza debido a que se dio en un momento inoportuno porque hay un margen de error muy corto para la adaptación del grupo y del técnico.
Composición fotográfica: Roberto Gando / DeChalaca.com
Fotos: Luis Chacón / DeChalaca.com, Diario La Voz de Arequipa, diario La Industria de Trujillo
