Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comEl fútbol paraguayo vive su mejor campaña en la década en Libertadores y tiene tres clubes en segunda fase por primera vez en veintiocho años. Algo les es común: cada uno cuenta con un estandarte histórico como eje de ataque. Santa Cruz, Haedo y Cardozo, todos sobre la barrera de los 35, dan la hora en Sudamérica -y le entregan algunas lecciones-.

    Roberto Castro | @rcastrolizarbe
    Director General

Los equipos paraguayos han dado la hora en la primera fase de la Copa Libertadores 2019. Su desempeño ha ido el mejor para su fútbol en la década: entre Olimpia, Cerro Porteño y Libertad totalizaron 26 puntos. Solo han sido superados, entre los países con similar número de clubes en el torneo, por los uruguayos, que también tuvieron su mejor desempeño de la década con 28 unidades. No obstante, Paraguay no tenía tres clubes clasificados en la segunda fase del máximo torneo continental desde 1991, cuando Olimpia -por ser campeón del año anterior- estaba directamente clasificado a octavos de final, por lo que este 2019 acaba siendo antológico.   

Pero el caso guaraní llama la atención especialmente por una similitud. Los tres clubes mencionados han contado cada uno con un referente de ataque, notorio, tanto por lo afamado por lo efectivo. Olimpia tiene a Roque Santa Cruz, que con 37 años y 9 meses ha aportado liderazgo, alto nivel y dos goles en esta fase de grupos. Cerro Porteño, a Nelson Haedo, que con 35 años y 6 meses es referente principal de un ataque que lo vio gritar dos goles claves también y exhibir amplia dinámica. Y Libertad luce a Óscar Cardozo, que a los 36 años exactamente cumplidos este 20 de mayo también marcó dos goles en grupos, y lidera a su equipo con personalidad, decisión para el balón parado y titularidad incuestionable.

Santa Cruz, Haedo y Cardozo en tiempos gloriosos con Paraguay: hoy les toca reeditarlos en sus clubes. (Foto: diario Última Hora / suplemento d10)Los parecidos no solo tienen que ver con las edades o la cantidad de goles. En los tres equipos, hay quienes han marcado más veces que ellos: Néstor Camacho como socio de ataque de Santa Cruz en Olimpia, Víctor Cáceres -otro trajinado- viniendo desde el medio en Cerro, en el que Joaquín Larrivey es el delantero con mayor desplazamiento antes que Haedo; y en Libertad, Antonio Bareiro es el máximo anotador como complemento de 'Tacuara'.

Sucede que la madurez de los treintaipicos es una etapa en que el futbolista ya está más para compartir que para brillar. Inclusive en una posición como el ataque, en la que los goles suelen pesar más que cualquier otro factor. Sucede que con un referente de ataque, de peso auténtico para el subcontinente, el equipo siente una seguridad diferente, parecida a la que provee un arquero de experiencia pero no a modo de alivio, sino como estímulo de ambición. Esa de pensar siempre en ganar y de, a partir de los galones de gente que en ligas superiores -las europeas- triunfó mucho, contagia al resto para ponerse metas altas.

Por eso, Santa Cruz hoy ya no cabecea al gol todas las que tiene: muchas veces pivotea, y con inteligencia, para los demás. Por eso Haedo ya no pica para definir mortíferamente; pasa, organiza el ataque y solo cuando le compete finaliza. Por eso Cardozo, que por esencia es finalizador, también es un director de orquesta a su manera, quizá yendo más por la individual que Roque pero sin duda como eje de un colectivo construido para explotar sus condiciones pero al que él no esclaviza, sino que sirve.

Así, un fútbol como el peruano al debe en torneos continentales tiene bastante por aprender del caso paraguayo en este 2019. A saber: i) Que la experiencia es insustituible y en un torneo como la Libertadores paga siempre. ii) Que los equipos exitosos en esta parte del mundo necesitan un '9' de área claro, referente y de preferencia líder. iii) Que no se necesita que ese referente sea un mesías que resuelva todos los problemas, como tantas veces se ha exigido en el Perú -Claudio Pizarro como caso icónico- al que viene de fuera con galones: solo se necesita que empodere un colectivo, que sea una pieza funcional.

¿Es ya muy tarde para pensar en estos muchachos en clubes peruanos en Libertadores? Lamentablemente sí. (Foto: globedia.pe)

¿Algún día se podrá ver a Farfán, Guerrero y Pizarro pilotando ataques de clubes locales en torneos continentales? El tren no solo los une en una camiseta sino que quizá para algunos de ellos pasó. Que el día que haya otros referentes en la posición se pueda, como Paraguay, sacarles el jugo para el fútbol peruano como un todo hasta el último minuto de sus carreras.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com


Comentarios ( 1)add
...
escrito por Ernesto Trujillo , May 22, 2019
Que buen articulo. Respecto a la reflexion final, deduzco que es improbable el aporte de Jefferson y Paolo (Claudio se retira el 2020 en Bremen) pero porque no hay clubs locales que puedan asumir pero no porque no quieran venir.
Escribir comentario
quote
bold
italicize
underline
strike
url
image
quote
quote

busy