Poco que decir en su defensa
Cristal es el único equipo peruano vivo en competiciones internacionales a pesar de mantener, hace muchas lunas, un serio problema defensivo que no se anima a corregir. Algunas razones históricas pueden explicar por qué la zaga no parece ser una prioridad en el Rímac.
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Roberto Castro | @rcastrolizarbe Director General |
Sporting Cristal tiene un serio problema defensivo que queda sobre todo desnudado en sus participaciones internacionales. El drama va mucho más allá de que, en un solo quiebre, un delantero rival como Bryan Moya del Zulia venezolano se saque de encima a un lateral -Johan Madrid- y a un zaguero central -Renzo Revoredo- cerveceros. Porque no es de hoy, sino agudizado con el paso de los años.
Cristal ha tenido zagas mejores que otras, sin duda; pero por lo general, y sobre todo este siglo, ha sido una línea más floja respecto de las otras tres (arco, volante y delantera) en los diversos equipos cerveceros, esto absolutamente al margen de los apellidos de ocasión. Y la perspectiva histórica puede ayudar a entender por dónde va la mano.
En los últimos cuarenta años, el cuadro rimense ha incorporado en fila india a los siguientes defensores centrales de manera directa desde el mercado internacional: Carlos Argüeso (argentino), Edivaldo Barbosa (brasileño), Juan Ramón Castro (hondureño), Juan Sergio Guzmán (colombiano), Wbeimar Villegas (colombiano), Denisson de Souza (brasileño), Leonardo de Moraes (brasileño), Robert Lima (uruguayo), Andrés Mosquera (colombiano), Ramiro Fassi (argentino), Alejandro González (uruguayo), Breynner Bonilla (colombiano), Ricardo Martínez (paraguayo), Carlos Espínola (paraguayo nacionalizado ecuatoriano), Germán Rivera (argentino), Nicolás Ayr (argentino), Matías Martínez (argentino) y Omar Merlo (argentino). Entre ellos, hay algunos de mejor recordación que otros, quizá algunos relativamente queridos por haber formado parte de planteles campeones; pero ninguno quedó como ídolo o referente como, por ejemplo, sí lo fue el argentino Raúl Pini en los albores de la historia cervecera, a finales de los cincuenta.
De la lista precedente están excluidos dos nombres: Marcelo Asteggiano (argentino nacionalizado peruano) y Norberto Araujo (argentino nacionalizado ecuatoriano). Y no porque hayan sido los dos defensores de origen extranjero de mejor nivel que pasaron por la zaga cervecera, sino porque ambos no fueron comprados directamente por Cristal al exterior, sino que estaban en el mercado local: Asteggiano llegó de Universitario y Araujo, de Sport Boys. Sucede que la política histórica del cuadro rimense, plenamente válida, ha sido conformar su defensa a partir de incorporaciones de lo mejor que el mercado local podía ofrecerle.
Así, los mejores equipos celestes han tenido duplas centrales con base en otros clubes del medio: Chumpitaz - 'Panadero' Díaz en los setenta o José Soto - Asteggiano en los noventa son dos ejemplos clásicos. Esto, vale recalcarlo, es plenamente válido, pero no le ha sumado a Cristal en el sentido de que las nuevas generaciones rimenses encuentren una figura identificada a plenitud con el club que pueda servir de punto de referencia en la posición, como el que todos quieran ser. Dicho de otra forma: no hubo un Balerio defensa, ni un Garay defensa, ni un Julinho defensa.
Para encontrar un zaguero de alto nivel plenamente identificados con Cristal, pues, hay que retroceder sin exagerar medio siglo hasta encontrar a don Fernando Mellán, quien con 77 años de edad sigue siendo el principal formador de valores en La Florida. Pero al 'Cóndor', aun con toda la veneración y la admiración que generaciones cerveceras renuevan por alguien que es leyenda viva del club, quienes hoy surgen no lo vieron jugar. Piénsese por ejemplo en por qué Pedro Aquino, y quién sabe si pronto Jesús Pretell, pudieron dar el salto: ¿no tiene que ver con haber crecido a la vera de Carlos Lobatón, de Jorge Cazulo? Quizá hubo oportunidades con Miguel Rebosio o Alberto Rodríguez, nuevamente sin exagerar lo mejor que produjeron las canchas de La Florida en la zaga central en medio siglo; pero sus marchas a clubes rivales clásicos les impidieron alcanzar la dimensión de ídolos rimenses.
Nada de lo que le pasa a Cristal defensivamente es casual. El club siempre pensó principalmente de mediocampo hacia delante, y más todavía con la adopción de un manual de estilo desde esta década que persigue que los defensores salgan jugando con balón cuando, en muchos casos, primero no terminan de cerrar bien su zona. En ese sentido, está dicho, el cuadro cervecero podrá tener algunas zagas mejores que otras; y seguramente a veces hará cosas tan buenas de cara al gol que, como en sus cuatro títulos locales de esta década, terminarán maquillando o relegando a segundo plano los goles encajados. De la misma forma, puede que retos internacionales como el que actualmente el club disputa con Zulia se terminen resolviendo favorablemente, aun a costa de horrores defensivos como el que explicó la derrota en Maracaibo.
Por todo lo expuesto Cristal, para ser auténticamente competitivo en todos los planos en que aspira a serlo, necesita ocuparse de este tema, reconocer la falencia y no esconder la tierrita bajo la alfombra. La receta es clara: si en el Rímac hay que invertir en algo, y nada más que en eso, es en un zaguero central de categoría internacional, que deje escuela y sea referente. Y línea seguida, cuidar al extremo promesas como la de Gianfranco Chávez, por ejemplo, para que su identificación con la camiseta jamás se trastoque. Solo así se defenderá mejor bajo el puente.
Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Foto: Prensa Zulia FC
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reemplazar a Herrera.