Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comQatar y Japón hicieron su debut en la Copa América 2019, edición en la que por primera vez se invitó a dos selecciones de otra confederación que no fuera la Concacaf. Este podría ser el inicio de un gran cambio en la imagen del torneo que podría traer muchas repercusiones en el futuro.

Mariano Elías | @marianoeliasfut
Redactor

Si bien se dijo poco cuando se habían anunciado sus invitaciones, después del debut de Qatar y Japón en la Copa América la inédita decisión de la Conmebol de invitar a dos naciones asiáticas ha generado controversias y ha sido un duro blanco de críticas hacia el ente sudamericano.

Y hay que hacer especial hincapié en algo: a excepción de precisamente Japón, que ya había participado en la edición de 1999, desde que se comenzó a jugar con dos naciones invitadas en 1993 nunca había jugado el torneo otro país fuera del continente americano (incluyendo Norte y Centroamérica obviamente) . Esta vez fueron dos asiáticos y en la edición del año que viene volverá a estar Qatar, pero esta vez acompañado por Australia.

La lógica de la Conmebol tendría cierto sentido en esta ocasión: la Copa América se cruza con la Copa de Oro, lo que dificulta que los equipos de la Concacaf vengan con su mejor plantel. Nada más hay que recordar el caso de México en 2011, cuando fue a Argentina a jugar con su equipo preolímpico, igual que Japón en esta edición. En ese sentido, quizás haya argumentos para optar por una selección que no tenga competiciones oficiales de momento.

Paraguay y Qatar empataron en el debut. (Foto: AFP) 

Esta posible interpretación, sin embargo, quedó totalmente descartada cuando se conoció a los invitados para el 2020, cuando el torneo se comenzará a disputar en años de Eurocopa y cuando ya no se cruzará con el campeonato centroamericano. La invitación a Qatar y Australia para el año entrante simplemente nos demuestra que hoy en las oficinas de Asunción la gente está pensando más en el dinero que en cualquier otra cosa. Esto, evidentemente, tampoco es culpa de las selecciones invitadas, que buscan foguear a sus equipos dándoles rodaje internacional de cara a sus próximos torneos oficiales.

Hay algunas preguntas por hacer: primero, al traer equipos que se presume no van a llegar lejos en la competición, ¿cuánto se daña el producto? Finalmente, la Copa se juega con doce equipos de los cuales dos son los invitados -probablemente fuera en primera ronda- y de los que ocho clasifican a la siguiente fase. ¿Para qué se juega la fase de grupos, entonces? Con esta lógica, apenas con una victoria ante el más débil y dos derrotas se puede hacer un torneo incluso “aceptable”.

Por otro lado, independientemente del nivel de los equipos -ya se vio que Qatar es perfectamente capaz de competir- habría que preguntarse cuánto se perjudica el producto al invitar a selecciones que poco o nada tienen que ver con Sudamérica. Son equipos que, para empezar, no traen hinchas a los estadios. Su invitación parece no tener ningún fundamento real en cuanto a hacer mejorar el campeonato.

Chile fue muy superior a Japón. (Foto: AFP) 

Lo que parece haber de cara el futuro es una Conmebol dispuesta a continuar con esta práctica. Y con el reciente declive de muchas selecciones sudamericanas y la creciente competitividad de Asia, que no sorprenda si pronto los invitados no vengan “solo a cumplir”, sino a llegar lejos y tomar protagonismo. Quizá será antes de eso o quizá será recién entonces, pero la pregunta que muchos se harán será en qué momento la Copa América dejó de ser la Copa América.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Fotos: AFP


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