Pensá en el futuro
La selección Sub-23 dirigida por Nolberto Solano tiene la misión de ensalzar su rol de anfitrión en los Juegos Panamericanos. ¿Pero cuál debería ser su principal expectativa más allá del certamen?
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Eduardo Tirado | @EduardoTL Redactor |
Lima es anfitriona de los Juegos Panamericanos y el fútbol, al ser uno de los deportes más populares, no podía estar ausente. Tal como sucedió con la Sub-17, el elenco peruano funge de local en el estadio de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en el que hace su estreno este lunes 29 ante Uruguay.
Pese al duro rival que le espera en su primer encuentro, el conjunto de jugadores convocados por Solano es más que interesante y seguramente será muy competitivo, ya que cuenta con varios jugadores que se encuentran asentados en sus clubes y que podrían aprovechar en mostrar su potencial en esta competencia. Tan solo por dar algunos nombres, Andy Polar y Kevin Quevedo destacan en el torneo local e incluso ya han sido voceados para pertenecer a la selección mayor, pero aún no han recibido el llamado de Ricardo Gareca. La idea es, pues, ampliar el universo de jugadores convocables para que el técnico argentino pueda tener más opciones cuando tenga que armar su lista con miras a las próximas Eliminatorias.
Uno de los objetivos, entonces, debe ser potenciar una selección mayor que pronto entrará en un recambio generacional importante y necesitará implementar algunas piezas nuevas que engranen bien con el proyecto que ya ha dado ciertos frutos, como la clasificación a Rusia 2018 y la definición de la última Copa América en Brasil. Se debe considerar que este equipo, de alguna manera, respalda el mismo proceso de Gareca, ya que 'Ñol' es su mano derecha y conoce a la perfección cuál es el trabajo del entrenador mundialista. Entonces, podría decirse que es, en extensión, también un trabajo conjunto el que se está realizando en pos de la consolidación de un nuevo grupo humano. Y, si se entiende que esto es parte de un esfuerzo continuado, se espera que el equipo dirigido por el exvolante peruano esté fortalecido y, por ende, tenga condiciones como para dar buena batalla en los duelos que le esperan.
Si bien la motivación de participar en estas competencias siempre está por parte de las selecciones presentes, son pocas las que le dan el protagonismo del caso dado que no clasifican a ningún otro torneo de mayor envergadura. Esto no quiere decir que no exista un reto emocional o que no sea importante para cualquier país llevarse a casa las medallas ganadoras, sino que el objetivo de equipos como Perú debe estar enfocado en lo que viene después: el Torneo Preolímpico Colombia 2020. Después de mucho tiempo, exactamente dieciséis años, se jugará este certamen para definir a los dos representantes de la Conmebol en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
El segundo objetivo, entonces, es el de cuajar a este grupo de jugadores como preparación para el Preolímpico en tierras colombianas. No en vano se ha convocado a una base de futbolistas que cumplan el requisito de ser Sub-23, ya que esta es la condición obligatoria para poder participar posteriormente en los Juegos Olímpicos. Desde esa perspectiva, habría que ver a estos Panamericanos como un ensayo, o un simulacro si se quiere, para la competencia ya mencionada. En este sentido, no habría que caer en resultadismos si es que no se logra destacar en esta disciplina ahora. Las derrotas o victorias, mal que bien, son significativas para el país y los mismos deportistas, pero no se debe olvidar que es natural dentro de un proceso tener altibajos. Mientras no se olvide el objetivo final y se pierda la perspectiva, no habría por qué promover exilios definitivos de tal o cuál jugador o ensalzamientos exagerados.
Para concluir, es más que claro que ambos objetivos van de la mano y son complementarios. Si se logra cuajar a este equipo que representará al país en los Panamericanos y luego en el Preolímpico, entonces se estará consiguiendo enriquecer las opciones de la selección para el futuro. Y sobre todo, bajo el respeto de un mismo proceso y un trabajo en conjunto que, de ninguna manera, se debe soslayar.
Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com
Foto: Prensa FPF
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