Juan Diego Gilardi | @jd_gr90
Columinsta editorial

Cuando Julen Lopetegui recibió una llamada y se encontró con Florentino Pérez al otro lado de la línea, seguro imaginó que 2018 acabaría siendo el mejor año de su carrera como técnico. Estaba a pocos días de debutar con su favorita España en el Mundial de Rusia y la posibilidad de dirigir al Real Madrid era la manera perfecta de coronar su primera incursión en la élite del fútbol. En menos de cinco meses todo cambió: tras enterarse del acuerdo entre Lopetegui y el conjunto merengue, Luis Rubiales, presidente de la RFEF, tomó la polémica decisión de bajar el hacha ante lo que él consideró una traición. Y al 30 de octubre, Lopetegui ya dejó de ser técnico del equipo que lo alejó del Mundial.

¿Qué pasó en su corto periplo en el Real Madrid? La respuesta no es tan facilista como nombrar a Cristiano Ronaldo, pero definitivamente debería nombrarse a Cristiano Ronaldo. Ya navegando en la inconsistencia en La Liga desde la temporada anterior, los goles y golazos del portugués en los partidos calientes iban a ser difíciles de reemplazar. Además, el hueco que deja una megaestrella del fútbol como Ronaldo no podía a ser suplido por nadie que no fuera brasileño y estuviera en París. Simplemente un futbolista no podía reemplazar a Ronaldo.

¿Qué más sucedió? A una plantilla ya hastiada de ganar todo y ser la mejor no se le sumó ningún futbolista que pudiera entrar al once titular hambriento de título y lleno de ilusiones. Se repatrió a Mariano y se fichó en la única posición en la que nadie pensaba que el conjunto blanco necesitaba renovarse. Florentino consideró que era prudente confiar en las frágiles piernas de Gareth Bale y en los pocos goles de Karin Benzema -que funcionaba como pieza fundamental por su sociedad con Ronaldo- para reconstruir a un equipo que definitivamente había llegado a un tope futbolístico y emocional.

 

Entonces, ¿Lopetegui no tiene responsabilidad? Claro que sí. Ha sido repetido ad nauseaum que los equipos del DT español apuestan por presión y un fútbol de transiciones veloces antes que por la libertad táctica de Zinedine Zidane, que permitía a Luka Modric y Toni Kroos ejercer una función de técnicos dentro de la cancha y virar el partido según les acomodaba. Parece que a Julen se le atragantó en un momento su filosofía y, tras un buen comienzo, no obligó a los pesos pesados del vestuario a comprar su idea. Por eso decidió volver a las fórmulas con las que ya había tenido éxito, pero en un contexto totalmente diferente.

¿Qué le depara el futuro al Real Madrid? Quién sea que se vaya a sentar en el banquillo merengue deberá saber leer las muy claras falencias del equipo e intentar corregirlas con lo que tiene a la mano, ya que por el momento el presidente no tiene ganas de abrir la billetera. Se acerca una época de reconstrucción para un equipo que dominó Europa con puño de hierro en los últimos cinco años. Que se prepare el hincha blanco para volver a ser terrenal.

Foto: AFP


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