After Party: Un lapo a las postergaciones

NO CONJUGUEMOS POSTERGAR. Es un verbo terrible y le hace daño al fútbol peruano. Por quítame estas pajas, nuestros dirigentes tienen la maldita costumbre de postergar partidos y alterar los ya desordenados calendarios. Cualquier razón es buena: temas con Defensa Civil, problemas de viajes o el favorito de todos: convocatorias de la selección. Es decir, falta un jugador y un equipo ya deja de ser tal porque "da ventajas" al rival, según el criterio imperante.
CONJUGUEMOS JUGAR. Y promover. Porque en todas partes, lo que ocurre cuando un jugador falta es que entra el suplente del caso. Y ese suplente anda listo porque tiene que aprovechar su oportunidad, y anda con ritmo porque teóricamente está jugando un torneo paralelo como el de reservas. ¿Para qué se lo ha creado, entonces? Pues para tener gente lista cuando los titulares estén ausentes. Así funciona en todo el mundo, pero en el Perú hay delegados que se esfuerzan por introducir en las bases un artículo que les permita una ventana para postergar partidos. Ellos, que deberían preocuparse por generarle al público mejores condiciones para consumir el producto, acaban hipotecando al consumidor por rasquetear un puntito más en la tabla. Quieren hacer la chamba que le compete al técnico, que es conseguir los puntos, y no la suya, que es sembrar las condiciones para que se consigan los puntos. No son dirigentes modernos.
UN CACHETEAZO REAL. Lo dio el líder solitario de la Serie B y candidatísimo para la final, Real Garcilaso, en Trujillo. Fue al Mansiche con tres hombres menos por tenerlos cedidos a la selección: Jhoel Herrera, Julio Edson Uribe y Andy Pando. Casi nada, o la columna vertebral del equipo, mejor dicho. Freddy García lo hizo porque quiso: podía pedir la postergación del partido, como hicieron otros ocho clubes, pero él eligió jugar. Usó para tapar los huecos a gente que habitualmente no alinea: Silva o Santillán, por ejemplo. Ganó de cabo a rabo, como un auténtico aspirante a campeón, y con un equipo que interpretó el libreto de todo el año -el mordedor, el que adormila rivales- a despecho de las ausencias. Sacó adelante el partido que tenía que sacar y se sentó en todos los que por tener bajas miraron esta fecha por TV.
UN GOLPAZO POR REALIZAR. No uno como los que recibieron la Vallejo -apática- o Boys -aun más apático-, que ven complicadas las chances de alcanzar sus diferentes objetivos. Más bien otro que es necesario: que los clubes dejen de tener capacidad de decisión libre sobre la programación. Esta debe ser elaborada por algún ente independiente, con criterio más comercial y alejado de la tentación del puntito inducido en mesa. Que el Descentralizado comience a organizarse pensando primero en el público y menos en rascar la olla: horarios fijos para los partidos podrían constituir un muy buen primer paso. Por ejemplo, uno el viernes, tres el sábado, tres el domingo y uno el lunes: que la gente se acostumbre a saber a qué hora se juega el fútbol y así pueda negociar en su casa para que su hábito de consumo no compita con la ida al cine o el almuerzo familiar. Cuando se entienda que el fútbol es un producto que hay que saber comercializar, se habrán ganado muchos, pero muchísimos puntos.
Foto: diario La Industria de Trujillo

Por otro lado si son 3 puntazos que gano el Real Garcilazo y creo que es casi fijo la final VS la unica y real "Maquina Celeste".
En un medio futbolero donde se languidece, es increible que los dirigentes incapaces de siempre le hagan tanto autogoles a sus propios clubes y deporte del cual dependen y sin el cual no existirian.
En Peru, y en eso participan ademas de los dirigentes medioces, la prensa adulona y amarilla, el aficionado violento, los clubes deudores y miserables, las entidades rectoras (ADFP, FPF, etc) parecieran enfocados mas a vender futbolistas ni bien se hacen conocidos, que armar un campeonato competitivo que por lo menos de pelea en el ambito internacional y que deje de hacer los papelones de siempre en la sudamericana y libertadores.
Buena nota amigos, saludos