Se adelantó Japón
Jair Villanueva | @Jair_Villanueva Editor |
Hoy miércoles 14 de diciembre a las 05:30 hora peruana, se dio un batacazo más en la historia del Mundial de Clubes. Otro con un protagonista sudamericano. En 2005 y 2006, Sao Paulo y Sport Club Internacional derrotaron a Liverpool y Barcelona, respectivamente; en la edición del 2010, Mazembe eliminó al Inter de Porto Alegre en semifinales; finalmente, en 2013, Atlético Mineiro cayó ante el Raja Casablanca también en semifinales.
Los equipos de la Conmebol le han dado, para su propio bien o mal, matices a un torneo hecho para que sus equipos y los de la UEFA se enfrenten en la final. Este año no fue la excepción; por ello, Real Madrid y Atlético Nacional fueron las cabezas de serie de las semifinales. Sin embargo, el 'Verdolaga' no contó con la astucia de Kashima Antlers: el equipo japonés lo derrotó 0-3 en un partido atípico, debido al trámite que no mostró al cuadro local superior, y sobre todo la intervención de la tecnología limitada solo a lo que le convenía al cuadro japonés.
Fase de prueba
La FIFA aprobó para el Mundial de Clubes la utilización de la tecnología del 'ojo de halcón' para delimitar si el balón ingresó o no. Además, permitir que el árbitro pueda revisar acciones polémicas vía una pantalla, tener un staff también en constante observación y cobrar infracciones anteriores. Finalmente, estas nuevas prácticas se dieron en el duelo entre Kashima Antlers y Atlético Nacional. El árbitro Viktor Kassai cobró un penal un minuto y medio luego de un centro al área del cuadro colombiano.
El penal lo cobró por una falta de John Mosquera sobre Daigo Nishi (ambos sombreados en azul en la imagen). Tal infracción sí existió y en la revisión, tras ser alertado por el staff de tres árbitros del soporte tecnológico, Kassai afirmó la falta de Mosquera. Sin embargo, no adivirtió que, en primer lugar, Nishi está en posición adelantada e interfiere en un rival que se encuentra activo en la zona de juego; es decir, comete una infracción antes de que le hagan la falta. En segunda lugar, Shuto Yamamoto (segundo de la mano izquierda de Nishi) también se encuentra en posición adelantada e interfiere en otro rival: Alexis Henríquez. Dos fueras de juego que Kassai no cobró.
Tecnología limitada
Lo ocurrido en el Suita City Football
Stadium dejó claro que la tecnología puede intervenir de manera
favorable en el fútbol, pero siempre estará bajo el mando del criterio
humano. Mediante una regla con poco sentido común, los tres árbitros que revisaban los videos -el primero para avisar si hay algo dudoso, el segundo para observa la jugada en cuestión, y el tercero para notificar al árbitro- solo podían avisar a Kassai sobre algún penal, si el balón entró o no, y si se equivocó en sancionar a algún jugador.
Finalmente, el otro tema discutido tras la acción de Viktor Kassai es si le quita emoción por acabar con la polémica y le resta tiempo al fútbol. En primer lugar, cada deporte se debe evaluar por sus propias condiciones y, en segundo, la tecnología no es infalible, pues como dijimos siempre está bajo la vista del criterio humano. En el basquet, por ejemplo, hay yerros garrafales aun cuando hay potestad absoluta para los árbitros de detener el encuentro y revisar videos.
¿Puede el fútbol convivir con la tecnología a disposición para cualquier cobro? Solo para lo necesario; es decir, acciones que ninguno de los cuatro árbitros lleguen a observa y todo lo que se pueda medir que, por ende, es objetivo. El resto depende del árbitro, desde qué tarjeta mostrar hasta si una mano es o no intencional. El fútbol se trata de hacer más justo, pero quizás no deje de tener polémicas, mucho más si la tecnología se vende como infalible.
Captura: FIFA TV
Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com