En un segundo tiempo arrasador, AC Milan terminó dándose un banquete con Boca Juniors en Yokohama y se quedó con el Mundial de Clubes. Con un contundente 4-2, Los rossoneri se cobraron la revancha de hace cuatro años, cuando el cuadro xeneize los derrotara en la fenecida Copa Intercontinental. ¿La diferencia respecto de ese día? Hoy, Kaká tiene cuatro años más.

Foto: fifa.com

Fantástico como él solo, Ricardo Izecson dos Santos Leite inició la jugada de la noche nipona en su propio campo. No había mejor escenario que Yokohama para figurarlo casi como un Oliver Atom que en cada escena decisiva de Supercampeones opacaba con su protagonismo a los demás 21 jugadores del campo. Tiró el pase corto a Gennaro Gattuso, y este lanzó largo hacia el Rossonero 22, que se lanzaba a correr a tranco largo por la banda izquierda. Amagó, flirteó con el balón y quedó mano a mano con Jonathan Maidana, quien hizo las veces de defensa del Franco Canadiense que siempre caía al suelo ante la mirada inundada de lascivia goleadora de la estrella del campo. Mauricio Caranta no quiso ser el Richard Textex que arruinara esa maravilla e hizo su parte dejando pasar el valo. Golazo, para verlo y narrarlo cien veces. Golazo de Kaká (Video: You Tube - Fox Sports Americas / Usuario: tranti2007).

La impresión visual que esa obra de arte dejó a los aficionados de todo el mundo, incluidos quienes madrugaron en esta parte del globo, dejaba consigo un claro mensaje: Milan era más que Boca, por peso de conjunto y por calidad individual. Como para ratificar que cuando dos camisetas de abolengo se paran frente a frente, es la entremezcla de los factores antes citados la que dirime partidos. O grandes finales.

El Milan de Ancelotti ganó en todos los frentes. Si Kaká en Yokohama era Oliver, en Filippo Inzaghi tuvo a una especie de Tom Baker con trayectoria que siempre sabe estar dónde y cuándo debe para hacer el sencillo el duro trabajo de empujar el balón a las redes; Inzaghi, para variar, dijo presente con dos dianas (Foto: fifa.com)el brasileño le tiró dos pases de colección y así el ‘Pipo’ abrió y cerró la cuenta. Pero lo que sí podría envidiarle el Newppy a este equipo rossonero es el trabajo escalonado y de circuitos finos del mediocampo. Allí donde Gattuso, Pirlo, Ambrosini -con su acostumbrado perfil bajo, ante los xeneizes fue preponderante, amén de un anecdótico autogol- y Seedorf alternan roles en un ordenado engranaje que se dispone en línea, cuadrado o parábola según el momento del juego.

Luego de un primer tiempo cuyo trámite hizo recordar mucho a la final Intercontinental de 2003 -ergo, Boca igualando rápidamente luego de que un Milan ligeramente dominador hubiera alcanzado la ventaja-, Ancelotti hizo en el vestuario un movimiento de pizarra clave. Con el uruguayo Álvaro ‘Tata’ González jugándose el partido de su vida, tiró a Ambrosini a la izquierda para tapar los embistes del charrúa y, más bien, inclinó a Seedorf a la derecha a fin de explotar los vacíos dejados en el limbo formado por el nervioso Banega y las trepadas de Claudio Morel. Gattuso, siempre patrón del mediocampo, siempre por encima del rival (Foto: fifa.com)Por allí se gestaron el foul que derivó en el gol de Nesta -con zagueros que definen así, ¿quién quiere centrodelanteros?- y la magnífica habilitación de Seedorf a Kaká para que posteriormente Inzaghi cerrara guarismos.

Queda así el año 2007 teñido en rojo y negro, con un Milan encumbrado como triunfador en dos finalísimas ante equipos de fuste como Liverpool y Boca. Queda claro que difícilmente la historia del fútbol admita así como así que un equipo que, en ese tipo de compromisos, salte al campo con seis jugadores mayores de 30 años termine dando la vuelta. Queda en evidencia que si en la Serie A esos calendarios pasan factura cuando la tabla de posiciones la determina el largo aliento -y a lo mejor por ello domésticamente el Milan no da pie en bola-, en las grandes circunstancias el éxito lo determina aquello que responde al concepto de linaje.

Y queda dicho, con algo de cruda crueldad, que mientras lo más sorprendente y distinto que tuvo Boca Juniors para ofrecer en Yokohama fue la habilidad de Rodrigo Palacio, un accesitario que completa el banco de suplentes en la selección argentina, la gran carta milanista fue el conductor indiscutido de la selección brasileña. Palacio fue lo mejor que tuvo Boca para ofrecer en Yokohama, pero se topó con una zaga inmensa como la piloteada por Nesta (Foto: fifa.com) Como que existía Armand Calahan, gran conductor del equipo Furano, pero que nunca le ganaría a Oliver. Como que no le ganaría a Kaká.

AC Milan 4 – Boca Juniors 2
Fecha:
domingo 16.12.07
Estadio: Internacional, Yokohama (Japón)
Milan (4-2-2-1-1): 1 Dida; 25 D. Bonera, 13 A. Nesta, 4 K. Kaladze, 3 P. Maldini; 8 G. Gattuso, 21 A. Pirlo; 23 M. Ambrosini, 10 C. Seedorf; 22 Kaká; 9 F. Inzaghi. Cambios: 5 Emerson x G. Gattuso, 65’; 2 Cafú x F. Inzaghi, 76’; 32 C. Brocchi x C. Seedorf, 87’. DT: C. Ancelotti.
Boca (4-rombo-2): 12 M. Caranta; 4 H. Ibarra, 20 J. Maidana, 29 G. Paletta, 3 C. Morel; 5 S. Battaglia; 15 A. González, 24 E. Banega; 19 N. Cardozo; 14 R. Palacio, 9 M. Palermo. Cambios: 8 P. Ledesma x A. González, 67’; 11 L. Gracián x N. Cardozo, 68’; 6 E. Campos x E. Montalván, 78’. DT: M.A. Russo.
Árbitro: Marco Rodríguez, México
Goles: F. Inzaghi (21’ y 70’), A. Nesta (50’), Kaká (61’); R. Palacio (23’), D. Ambrosini (85’ autogol)
TA: M. Ambrosini, Kaká; H. Ibarra, S. Battaglia, G. Paletta
TR: K. Kaladze (77’); P. Ledesma (88’)

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