Barceloneando
El Barcelona acaba de hacer algo que parecía imposible en el fútbol. Es único en la historia debido a que además de adjudicarse la Liga española, la Copa del Rey, la Liga de Campeones, la Supercopa de España y la Supercopa de Europa, culmina este 2009 con el título del Mundial de Clubes, tras haberle volteado el partido a Estudiantes de La Plata por 1-2. Los gauchos la sudaron como nunca en el segundo tiempo, pero no tuvieron aguante suficiente para medirse a Messi y compañía.
El 3-1 ante el mexicano Atlante en semifinales le dio la confianza necesaria para afrontar este partido. A pesar de ello, el Barça no se encontraba con su mejor fútbol en el primer tiempo. Guardiola cambió el equipo con la entrada de Pedro, y Messi se movió hacia el mediocampo, con lo que el conjunto catalán fue arrollador. Era cuestión de esperar el gol. De la mano de Juan Sebastián Verón, el campeón de la Copa Libertadores mostró buen juego en el primer tiempo, pero se quedó sin piernas en el alargue y con las manos vacías ante un Barcelona que terminó dejando una mejor imagen sobre el final.
Es costumbre que este torneo concrete una final entre sudamericanos y europeos, por lo cual habría que revaluar si el formato que clasifica a ambos directamente a semifinales sigue siendo el más apropiado. Un vez más, los campeones de los otros continentes no dieron la talla para asustar a los grandes. Auckland City FC de Nueva Zelanda -buen momento para el fútbol de ese país, clasificado al Mundial- venció al anfitrión Al Ahli por 2-0 y logró su pase a cuartos de final para jugar con Atlante, pero derrotar al futuro equipo de Johan Fano les imposible.
El otro enfrentamiento de la llave fue el del TP Mazembe congoleño y el Pohang Steelers surcoreano. Los surcoreanos, máximos ganadores de la Liga de Campeones asiática, vencieron 2-1 a los africanos y clasificaron para enfrentarse con Estudiantes. Los argentinos, a su vez, no tuvieron complicaciones en ganar cómodamente, pero se irían tristes a La Plata a la postre por su derrota en la final.
En realidad, esta nueva edición del torneo deja traslucir la necesidad de que -como ocurre en la Copa Confederaciones, por ejemplo- la emoción no esté circunscrita a un solo partido, la final. Quizá sea necesario que todos los equipos, aun con las limitaciones que les imponen sus calendarios, comiencen a competir desde una instancia similar para generar mayor emoción. Y por qué no, alguna sorpresa que rompa la monotonía.
Fotos: AP, Reuters
escrito por Carlos , December 22, 2009