Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.comArsene Wenger anunció que dejará el Arsenal tras 22 temporadas. El ‘Profesor’ deja un impresionante legado que pudo haberse encontrado en peligro si su estadía se alargaba más.

Juan Diego Gilardi | @jd_gr90
Columinsta editorial

Se usa muy frecuentemente y con ligereza la frase “el fin de una era”. Sin embargo, aquí si cabe mencionar que la salida de Arsene Wenger del Arsenal al final de la temporada 2017/18 marcará un antes y un después en el club londinense y el fútbol inglés. Se retira el gestor del proyecto que enamoró a tantos jóvenes peruanos que acompañaban su desayuno con las mañanas de Premier League junto al Bambino Pons en la narración –y cantos- y Fernando Carlos en los comentarios. La primera división inglesa se quedará sin el último sobreviviente de la camada de técnicos longevos en los clubes. Inicia una nueva era.

Al Arsenal de Arsene Wenger hay que juzgarlo en tres etapas tanto por longitud como por diferencias: la revolución (96-2006), la austeridad (2006-2013) y el estancamiento (2013-2018). El ‘Profesor’ llegó a la Premier League siendo casi un nombre desconocido para el fútbol mundial. Sus éxitos en Francia con el Mónaco y en Japón no eran tan relevantes para considerar a Arsene como un técnico con presente y futuro interesante. El alsaciano arribó a Inglaterra y dio un golpe en la mesa. Doblete de FA Cup y Liga en su primera temporada completa. A partir de esos éxitos fue construyendo una identidad de juego –conocida en las islas como Wengerball- que llegó a su máxima expresión con los “Invencibles”, su hito mayor. El fútbol bonito y efectivo del Arsenal lo llevó a campeonar la temporada 2003/04 invicto y a la final de la Champions 2006 que perdió en 12 minutos fatales ante el Barcelona.

Justamente, tras esa final pérdida y el éxodo de jugadores como Thierry Henry, Patrick Vieria, Fredrick Ljunberg, Dennis Bergkamp, entre otros, generó que el Arsenal pasara en un par de años de tener uno de los mejores planteles del mundo a una alarmante falta de liderazgo y experiencia entre sus jugadores. A eso, se sumó la construcción del estadio Emirates y la deuda que contrajo el Arsenal y lo llevó a tener que apostar por los juveniles. Y a opinión de este redactor, ahí se vio la mano y el genio de Wenger. Con una plantilla jovencísima con jugadores como Robin van Persie, Samir Nasri, Theo Walcott y Cesc Fábregas Arsene comandó a su equipo a seguir compitiendo con los de la élite a pesar que los nuevos ricos como el Chelsea eran los que celebraban a final de temporada. Aún así, el fútbol del Arsenal seguía teniendo esa nota que atraía a los amantes de las paredes y los circuitos de juego. Arsene y el Arsenal mantuvieron su identidad contra viendo y marea. Pero lo que comenzó como un proyecto ilusionante, se terminó convirtiendo en una constante de llegar hasta la meta y desplomarse antes de cruzarla. Además, el Arsenal se convirtió en un club vendedor que potenciaba jugadores jóvenes que luego eran pescados por los verdaderos pesos pesados.

Arséne Wenger levanta los trofeos de la Premier League y la FA Cup. (Foto: Getty Images) 

Esa tónica de contratar poco y promover a la cantera se mantuvo hasta el 31 de agosto de 2013 cuando, ante sorpresa de propios y extraños, el Arsenal anunció por primera vez en muchos años el fichaje de un jugador de élite: Mesut Ozil. Esa misma temporada se terminó con la sequía de títulos al levantar la FA Cup 2014 y la contratación de Alexis Sánchez en julio de ese año hacía presagiar un regreso de los gunners a lo más alto del fútbol inglés. Sin embargo, con una inversión mucho mayor en jugadores y con algunos juveniles ya consolidados como adultos en el primer equipo, los resultados eran los mismos del Arsenal sin plata de los años anteriores. Algo se había roto en la brújula de Wenger y ya no pudo volver a recuperarlo.

La última temporada, Arsene por primera vez no logró colocar al equipo entre los puestos de clasificación a Champions y los rumores sobre su salida se hicieron más fuerte. La hinchada –dividida años entre los Wenger In y Wenger Out- parecía más unida que nunca en su afán de acabar con el ciclo del técnico francés. Se contrató mucho, pero en el campo de juego se vio poco. Los problemas eran los mismos de siempre y la pita había llegado a su punto de máxima tensión. Fuentes internas del club señalan que la salida de Wenger quizá no fue tan de mutuo acuerdo y solo se presentó así ante el público. Lo cierto es que todos los hinchas del Arsenal mostraron su acuerdo que ya era hora de acabar el ciclo aun cuando genere tristeza la salida de su máximo ídolo.

Arsene Wenger ha disfrutado estos días del total apoyo público de jugadores, exjugadores, periodistas y técnicos rivales. El ‘Profesor’ deja un legado impresionante en el club de sus amores y definitavemente fue el responsable de llevar al Arsenal a la modernidad en sus primeros años. Lamentablemente, también fue el responsable de sacar al club de la élite pues la misma revolución que él empezó fue la que lo superó ahora. Igual, el club deberá hacer todo lo que está en sus manos para despedir de la mejor manera al mejor técnico de su historia. No todos los días se finalizan 22 años de matrimonio.

Composición fotográfica: Aldo Ramírez / DeChalaca.com


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