Créalo: hay mortales neutrales -no nacidos en Madrid- a los que el FC Barcelona no termina de despertarles algún sentimiento a favor, aun después del apoteósico 2-6 de este sábado en el Bernabéu.

 

De mi afición por el fútbol creo entenderlo casi todo, aun cuando se trate de pasión pura y esta se encuentre -por lo general- atada a la sinrazón. Sé el porqué de mis diversas simpatías locales, incluidos mi aprecio por la pasión que en Chimbote la gente siente por José Gálvez, el respeto a la camiseta decana del Ciclista Lima y el entusiasmo fanático que comparto cada vez que Franciscano San Román gana partidos en Juliaca. También, como he explicado alguna vez en esta página, sé por qué me emociono cuando gana Lanús en Argentina, cuando Vasco da Gama lo hace en Brasil y por qué -desde las épocas de Mauro silva y Bebeto- sigo fielmente los partidos del Deportivo de La Coruña en España.

También comprendo que me sienten bien los triunfos de algunos clubes grandes en el mundo. En Argentina, prefiero que Boca le gane a River, o que Racing derrote a Independiente; que la 'Juve' venza al Milan o que el Liverpool y el Arsenal le ganen al Manchester United o al Chelsea. En todos los casos, hallo una razón sociológica para entender las preferencias: a saber, que los pobres venzan a los ricos, que los que juegan bonito venzan a los amarretes o que el trabajo planificado le gane al peso de los planteles con muchas estrellas.

Por eso, me parece absolutamente contradictorio conmigo mismo que en el clásico español, prefiera que el Real Madrid le gane al Barcelona. Lo he sentido así siempre y lo reafirmo cuando juego Winning con mis amigos: por defecto, exceptuando a los que son explícitamente madridistas, el 90% tiende a elegir al Barça como uno de sus equipos al elegir con quiénes se va a jugar. Y yo jamás lo escojo; prefiero que me den a cualquier otro, así sepa que el pentágono de habilidades es bastante menos perfecto y mis posibilidades de perder son grandes.

Socialmente, tampoco logro comprenderlo. El Madrid es el equipo de la derecha ultramontana, de la dictadura de Franco y las camisas azules de La Falange, y yo no comulgo ni por asomo con esas ideas políticas. Sin estar tampoco identificado con ella, me siento mucho más cercano a la reivindicación de la identidad catalana y a la oposición radical que se hizo a la dictadura en Barcelona -que incluso llevara al franquismo a fundar el RCD Espanyol, en búsqueda de instalarle un rival "español y catalán" al Barça-. En mi entorno cercano, mis mejores amigos del colegio pichanguean con camisetas azulgranas, mis mejores amigos de la universidad organizan almuerzos a la hora de los partidos del Barça y hasta alguien de quien aprendí bastante como don Lucho Puiggrós es un fanático de sus colores. No me entiendo.

Históricamente, lo mismo: no encuentro razón para establecer preferencias en contra del Barça. Aunque El Veco diga siempre que Di Stéfano fue lo mejor que vio jugar, nunca me gustó la idea de que hubiera pasado por tres selecciones distintas (Argentina, Colombia y España), y en ese aspecto se me hizo siempre tan tránsfuga como Ladislao Kubala, otro extraordinario jugador que fue igualmente camaleón (Hungría, Checoslovaquia y España). Hugo Sánchez y Romario me parecían tan admirables frente al arco como antipáticos fuera de la cancha, y que Sotil haya brillado en el Camp Nou me interesa tantos rábanos como que en unos años vaya a hacerlo Cristian Benavente en el Bernabéu.

  • ARRANQUE ENGAÑOSO. Higuaín celebra la apertura del marcador ante la estupefacción de Dani Alves. Luego los merengues se caerían (Foto: FIFA.com / AFP)
  • GOLEADOR Y EXTREMO. Eto'o no anotó esta vez, pero fungió bien como habilitador para sus compañeros. De a pocos, se vuelve un jugador de todo el frente de ataque (Foto: FIFA.com / AFP)
  • ELEGANCIA VERSACE. 'Tití' Henry jugó un monumento de partido y lo rubricó con dos anotaciones (Foto: FIFA.com / AFP)
  • SOMBRAS NADA MÁS. Del Madrid, en su propia casa, solo quedaron destellos blancos ante los festejos blaugranas (Foto: FIFA.com / AFP)
  • ¡MÍRALO, EH! Messi no solo dejó regado a Cannavaro, sino a todo el Bernabéu (Foto: FIFA.com / AFP)
  • CASA TOMADA. El Barcelona festejó una goleada en campo del rival y por eso le supo el doble de especial (Foto: FIFA.com / AFP)

Futbolísticamente, tras la exhibición de esta tarde en Madrid, puedo listar hasta cinco razones que harían inexplicable que a alguien que se diga hincha de este deporte no le guste el FBC Barcelona:

1. Es elegante sin rimbombancias. Trata siempre bien el balón, así sea para sacarlo desde el fondo. No tira pelotazos que no sean prolijos, no rechaza al vacío: hasta en los pases cortos demuestra cariño por el esférico, sin llegar tampoco a abusar del insoportable "ole" ni el chichecito o el firulete inútil que tanta estridencia causa en los partidos de Teletón por estos lares. Tiene, pues, prestancia para jugar: divierte como humorista fino y no como cómico ambulante.

2. Los defensas atacan. Sus dos zagueros centrales son capaces de anotar en un clásico: ¿qué equipo en el mundo se da ese lujo? Uno, Puyol, simboliza el coraje y el derroche de sudor por la camiseta: es el típico guerrero que se vuelca al ataque por impulso y la mete de cabeza, arrastrándose como sea. El otro, Piqué, es el reflejo de la juventud que obedece al sistema y engrana de tal forma de hacerlo funcionar: se suma arriba como parte de un libreto establecido y culmina con solvencia un contragolpe organizado.

3. Nunca sabes cómo va a sorprender en el frente de ataque. Puede que Messi vaya por derecha y te mate con la diagonal, o que vaya por izquierda -como hoy- y desequilibre a punta de gambetas aprovechando el perfil. Puede que Eto'o espere en el área para cumplir con su rol de '9' o desborde como en el último gol para echar el centro justo. Puede que Henry genere -como en Francia- o puede que defina -como en el Arsenal-. Puede que Iniesta se comporte como delantero, puede que Iniesta sea volante, puede que Iniesta marque: Iniesta revisita a Rinus Michels.

4. Las líneas se comportan como tales. La distancia entre bloques nunca es mayor al cuarto de cancha; el desplazamiento es parejo y, por eso, las sucesiones de toques no son la causa del sistema, sino la consecuencia de él. Es decir, para avanzar todos al ritmo del partido, comparten el traslado del balón en vez de que un solo hombre sea el que lo desplace de un campo a otro. Y eso, justamente, es lo que permite que casi todos marquen y casi todos ataquen.

5. Los genios juegan para el equipo. Y la genialidad acaba siendo mayor: la que produce un desempeño colectivo coordinado a modo de orquesta. El mérito de Guardiola ha sido lograr que el tridente -a diferencia de lo que ocurría en los tiempos de Ronaldinho- se tome la libre como tridente, no como Messi, Eto'o y Henry en tanto tres seres individuales. Si hacen la distinta, es porque a lo mejor ella acabará en gol de alguno de los dos restantes, no del ejecutor. Por eso, es un equipo de verdad.

A pesar de todo lo expuesto, cuando en el minuto 93'+ el juez Undiano Mallenco le dio final a la masacre blaugrana en el Bernabéu de esta tarde, solo atiné a apagar el televisor sin musitar ningún gesto de aprobación o admiración. Pensé en mis amigos que estarían celebrando en Barra Brava y me vino a la mente una pregunta que lanzó Juan Pablo Varsky durante la transmisión de DirecTV: "¿Hay algún hincha neutral del fútbol a quien pueda no gustarle este Barcelona?". Quisiera que alguien me explique por qué sí habemos algunos.

Fotos: FIFA.com / AFP

Comentarios ( 3)add
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escrito por joe blatter , May 02, 2009
Porque no te gustan como los periódicos les revientan portadas y como los comparan con dream teams! Un equipo debe ser único y revolucionar desde un plano sigiloso...
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escrito por Roberto M. Gando , May 02, 2009
Particularmente este Barcelona si me gusta, aunque el fútbol español no. Es un equipo al cual da gusto ver en casi todos los partidos que disputa basicamente porque intenta jugar bien y generalmente lo logra, si no lo dejan (como el Chelsea hace unos días) trata de rebuscársela para llegar al arco respetando su estilo y como bonus tiene a un Messi capaz de soltar una apilada en cualquier partido.
Aún asi tengo un mejor recuerdo del Barcelona de Ronaldinho, que si bien no era un equipo tan goleador como el actual, cada vez que el brasileño tocaba la pelota se tenía casi garantizada alguna fantasía de su parte para gusto y admiración de nuestros ojos.
Lo que me pregunto es cuánto tiempo durará el tridente actual, porque a Henry le doy una temporada mas en este nivel pero de ahi ¿quien para reemplazarlo?, Bojan tiene características muy distintas y lo veo más como para sustituir la posición de Eto´o cuando llegue el momento de su partida o retiro.
Sobre tus últimas palabras (que me hicieron recordar el "¡Exijo una explicación!" de Condorito), cada quien tiene sus gustos en todo, por ejemplo yo al Real Madrid no lo paso hace muchos años, ni siquiera al que ganó la UCL con Zidane, Ronaldo, Figo, etc. y desde que les dieron el título de "Mejor equipo del siglo XX" menos. Como siempre el fútbol tiene sus momentos y temporadas, así como en algún momento el Calcio era la mejor liga de Europa y no me perdía ningún partido de los pocos que pasaban en la TV local para ver al Inter desde los alemanes hasta Rubén Sosa, con el tiempo eso cambió y ahora no veo casi ningún partido de esa liga y más bien la que casi no me pierdo (a menos que transmitan a las 6 a.m.) es la Premier que en aquellos años no la soportaba.

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escrito por Manuel Cantuarias , December 05, 2010
Simplemente mátate compare... Visca Barça Campeón mundial! y anti-madridista por siempre!
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